CAPITULO III

29 4 5
                                    

Know that you, you dug your own grave

Now lie in it

You’re so cruel

But revenge is a dish best served cold

I see red, red, oh red

A gun to your head, head, to your head, oh

Executioner style, and there won’t be no trial

Don’t you know that you’re better off dead.

La letra de I See Red  componía la única melodía que era audible dentro del automóvil que se movía a gran velocidad, abandonando las calles de Queens, para encaminarse rumbo a Manhattan. Esa canción no ayudaba en absoluto, sólo provocaba que las ganas de mi acompañante de acabar conmigo, aumentasen a niveles que no creí posible visualizar, podía sentir la tensión, que yo mismo había generado, salirse de control. Lo tenía acorralado y esa era una sensación realmente molesta, no sólo para él, sino que para mi también, tener a un erizo acorralado es un arma de doble filo. Hay una probabilidad de un 50/50 de que el resultado sea a tu favor, así como puedes capturarlo, también es posible que termines con sus espinas clavadas. Y con Dave Waldorf podía sentir que me estaba balanceando sobre un delgado hilo a punto de romperse, las posibilidades de que mis planes se cumplieran, eran las mismas que tenía de que fracasaran.

Aunque se tratase de un omega, él era peligroso y más aún cuando se amenazaba algo importante para él, algo por lo que estaba dispuesto a entregarle su alma al diablo.

—¿Dónde está?  —cuestionó, rompiendo el incomodo silencio que se había formado. Lo observé discretamente, mientras él mantenía la vista puesta en frente, podía sentir la furia que emanaba y todo su empeño puesto en controlarlo. Me preguntaba cuanto más podría soportar teniéndome a mi empujándolo hacia el borde.

—¿Qué cosa?



—No hagas preguntas estúpidas y responde.  —La respuesta vino rápida y sin filtro, algo imprudente, pero demostraba que no sentía temor alguno. Eso me agradaba, mientras más orgulloso fuera, más divertido sería acabar con él.



—Me gusta esa actitud. —El comentario le hizo rodar los ojos, yo estaba jugando con su paciencia y  lo estaba disfrutando. Todo en su rostro parecía indicar molestia, ira, inquietud y unas absurdas ganas de lanzarme del coche, yo no podría encontrarlo más divertido—. Bueno, sobre eso… ¿cómo te digo? Ah, no lo tengo. 



—¡¿Qué?!  —Su oscura vista se posó sobre mi, buscando encontrar mi mirada, como si buscara expresarme sin palabras todo su enojo, advirtiéndome que estaba entrando en terreno peligroso, debía tener cuidado a partir de allí—. ¿¡A que demonios te refieres!?



—Evita gritar, estás a tan sólo centímetros de distancia, te aseguro que puedo escucharte a la perfección —puse todo mi empeño en parecer calmado ante la situación, si él viera una pisca de inseguridad en mí, lo usaría en mi contra—.  Y sobre lo otro, bueno, no puedo tener algo que no sé que es.



—¡Jodido hijo de puta! —su cuerpo se movió rápidamente, abalanzándose sobre mi, para cuando me di cuenta, ya lo tenía encima, presionando un objeto puntiagudo en mi cuello.



Consecuente a su imprudente acto, el vehículo se detuvo abruptamente y terminó siendo golpeado por otro automóvil que venía detrás de este. A juzgar por como reaccionó el otro conductor, he de suponer que el daño fue mínimo, pues este sólo soltó un par de maldiciones y siguió su camino.



—¡No puedo creer que me haya dejado embaucar por un cretino como tú! —escupía las palabras con enojo, ejerciendo más presión en mi cuello, tanto que podía sentir mi piel rasgarse levemente. Por unos breves segundos, me perdí en su mirada, una que cargaba la furia de un dios cercano a castigar aquellos que lo han ofendido. Una mirada tan penetrante que te llegaba a estremecer de pies a cabeza, una en la que podías perderte con facilidad si te dejabas llevar; justo lo que yo hacía en ese momento. Desde el comienzo supe que él no era un omega ordinario, es excesivamente recesivo, tiene un carácter demasiado fuerte para un omega, además, su fuerza física no es ninguna broma.  Cualquiera lo confundiría con un beta, incluso con un alfa y aún así, yo decidí atacar su punto débil, creyendo ingenuamente que cedería ante mis caprichos, pero él me sorprendió con la guardia baja. Me confíe demasiado y terminé en esa situación.



—Deberías calmarte un poco, ¿no crees?  —Para mi suerte, mi voz no tembló a la hora de hablar, fue serena y suave, casi como si estuviera en total calma.



—Quiero que me digas todo lo que sabes y no te pases de listo conmigo, porque estás a punto de acabar con mi paciencia.



—Para ser honesto, no sé a quien proteges, técnicamente es un signo de interrogación. No tiene nombre ni rostro y de esa manera es imposible saber quien es pero de algo estoy seguro; existe y sé donde encontrarlo. —Si algo debía destacar, era que Dave era realmente bueno para esconder personas. Por más que me esforcé, no encontré absolutamente nada. No hay indicios de que él tuviera otros familiares, además de su madre, la cual estaba viviendo en el extranjero y aparentemente, no mantenía contacto con ella desde hacía ya más de quince años—.  ¿De que exactamente huyes?



Su mirada me decía que había dado justo en el clavo, sin embargo, su cabeza se meneó con ligereza, negándolo rotundamente.



—No huyo de nadie.



Lo dijo con tal confianza que por poco le creo, de no ser por la información que poseía sobre ese omega, tal vez me hubiese convencido sin ningún problema.



—Mientes. —Sus ojos se abrieron un poco y pude ver un diminuto índice de inseguridad en ellos, fue algo fugaz pero definitivamente lo vi. Puedo decir que eso me trajo tranquilidad, sólo entonces pude confirmar que no sería tan difícil lidiar con él—. La información en el teléfono dice que te escondes de alguien, quiero saber quien es.



—Si eres tan bueno investigando personas, ¿por qué no lo averiguas tu mismo? —Él tenía un punto, antes había mencionado que lo investigué, es sólo que era demasiado difícil investigar más a fondo, es como sí sólo me permitiese llegar hasta cierto punto del cual no podía avanzar, ya que existía una pared que me bloquea todos los puntos de entrada.



—Existen sólo dos motivos para que alguien use un celular tan antiguo, lo primero sería falta de dinero y ya sabemos que ese no es tu caso. El segundo motivo sería evitar ser rastreado, ¿qué es eso tan grave que hiciste como para tener que pasar tan desapercibido? —Su rostro serio y mirada penetrante lo hacían lucir realmente aterrador, pero yo lo encontraba terriblemente seductor, tanto que hasta me sentí tentado por él. Tal vez Dave fuese inconsciente del peligro que corría provocando a las personas de esa manera, debería evitar realizar expresiones como esa, por su propio bien.



—Te estás entrometiendo demasiado en asuntos que no te conciernen, ¿acaso no has escuchado la expresión “la curiosidad mató al gato”?  —El brillo en sus ojos negros se iba intensificando, al igual que la presión ejercida en mi cuello. El metal frío penetraba lentamente mi piel, provocando que mi sangre fuera brotando en consecuencia.

Ese omega estaba dispuesto a matarme, podía ver la determinación en cada punto de su rostro, no existían indicios de dudas y tampoco le temblaba algún musculo, estaba absolutamente decidido.



—Si fuera tú, aflojaría el agarre, no querrás que haga explotar aquella casa y averigüe por mi mismo a quien escondes. Le dije a mis hombres que si no llegaba en los próximos ocho minutos, la hicieran volar.  —era consciente de que necesitaría mucho más que esa simple amenaza para persuadirlo, debía pensar en algo rápidamente si no deseaba morir de esa forma tan patética.



—Tu realmente no sabes nada, ¿cierto? Todo este tiempo has estado jugando conmigo, probando tu suerte para ver si caigo. Debo reconocer que eres astuto.  —Nada me provocaba más molestia que se tomaran mis amenazas como un juego, debí matarlo en ese momento y acabar con todo, ¿pero que diversión tendría eso?



—Te lo dejaré pasar sólo por esta vez, pero en el futuro, no tomes mis amenazas tan a la ligera. Manhattan, calle Dallas 369 casa 592.   —Su cuerpo se tensó por completo al momento de mencionar esa  dirección, podía sentir un leve temblor en su mano, que gentilmente fue aflojando su agarre. Tenía razón sobre su punto débil, a él realmente le afecta demasiado todo lo que tuviera que ver con el—.  Ahora dime, ¿aún crees que estoy jugando?



—¿Q-que sabes de él?  —Por un momento creí haber escuchado mal, pero su voz definitivamente tembló y toda la furia que veía en sus bonitos ojos oscuros, de pronto se esfumó junto con su determinación.



—¿Así que es un él? ¿De quien podría tratarse? ¿Padre, hermano? ¿O un unamante, quizás? Eso no importa, lo que si importa es que él va a ayudarme a conseguir lo que quiero. —Su mano terminó de soltar el arma, que automáticamente rodó por mi pecho hasta llegar a mis piernas, donde también Dave se mantenía sentado. Mi curiosa vista viajó hacia el objeto, queriendo saber de que se trataba—. ¿Me ibas a matar con una pluma? ¿Acaso estás jodidamente loco? —Curiosamente, esa pluma tenía el logo de mi compañía, Dave lo tomó del carro y yo ni siquiera noté en que momento lo hizo, definitivamente debía tener cuidado con él, era un completo demente.



—¿Qué es lo que quieres? Si es dinero, puedo conseguir la cantidad que desees. —Casi me causó risa su ingenuidad, ¿de verdad no sabía con quien estaba hablando?



—¿Dinero? ¡Já! ¿Tu acaso no sabes quien soy yo? —Estaba seguro que ya había visto mi rostro en algún momento de su vida, después de todo, mi imagen siempre estaba en la televisión, internet e incluso en anuncios.



—¿Hay alguna ley que me obligue a conocer a todos los idiotas de esta ciudad?  —Su respuesta provoco que la sonrisa que adornaba mi rostro se esfumara junto con mi buen humor. Toda esa hostilidad me incitaba a volarle la cabeza de un tiro.



—¿A quien crees que llamas idiota?  —Mi puño se cerró alrededor del cuello de su sudadera, atrayéndolo más hacia mi.



—Al único que tengo en frente.  —Su rostro estaba demasiado cerca, podía sentir su aliento chocar contra mis mejillas, Dave mantenía su mirada fija en la mía, sin siquiera parpadear. Viéndolo de cerca, él era un omega bastante apuesto, cualquier alfa caería por él si no tuviera esa actitud de mierda que provocan ganas de matarlo. ¿Cómo pudo sobrevivir en esta sociedad todo este tiempo?



—No lo he dicho antes, pero esta situación me parece realmente caliente —mencioné lo último, llevando mi mano libre hasta su cintura, donde apreté sin gentileza alguna, pegándolo más a mi cuerpo.



—¿Pero que diablos?... —Sus mejillas adquirieron un ligero color rosa, lo cual era sencillamente encantador. No pensé que en esta vida pudiera ver a Dave sonrojado—.  Tú, maldito pervertido, ¿qué crees que haces?  —Su voz se alteró levemente, mientras trataba con desespero alejarse de mi, lo que provocaba que yo afianzara el agarre.



—Pervertido yo? Pero si fuiste tu quien se montó en mi, ¿te gustan este tipo de juegos, Dave?  —Sus manos empujaron mi pecho con tal fuerza que mi vi en la obligación de dejarlo ir. Él se acomodó en su asiento y soltando un largo suspiro, me dedicó una vez más, esa mirada oscura que se volvía cada vez más familiar.

Dave era el tipo de persona que podía intimidar a cualquiera, con esa mezcla de complejo de alfa dominante y actitud mierdera, muchos no se atreverían a acercarse a él. Por supuesto que ese no era mi caso, toda esa arrogancia sólo me hacía quererlo más, me provocaba un profundo deseo de hacerlo caer ante mi.



—Aún no me respondes, ¿qué es lo que quieres?  Si no es dinero, entonces no me explico que más pueda ser.



—¿No lo dije ya? Te quiero a ti.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 13, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

I promise to destroy youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora