2.En el Viaje

86 8 6
                                    

- ¡Sonrían! -gritó mi hermanita menor, encandilándome con el flash de la cámara fotográfica.

Sonreí intentando parecer normal y no arruinar mi foto de graduación. Era muy importante porque no planeaba ir a la Universidad, y sería un recuerdo de que si estudié alguna vez. Más para mis padres que para mí.

Estaba entre mis padres posando para la interminable sesión de fotos de mi hermana, me había tomado fotos con mis amigos, cuando recibí mi título, incluso con algunos profesores que todavía estaban en shock porque me había graduado. En serio, nadie me tenía fe, ni mis padres me creyeron cuando se los dije, pensaron que había falsificado la firma de mis profesores.

- Ya déjalo en paz, Jess. Si le sigues tomando fotos a tu hermano, se romperá la cámara. -dijo "bromeando" Dan, pasando el brazo por los hombros de mi hermanita. Mi padre y yo lo miramos mal, haciendo que él retirara su brazo.

- Bien, creo que ya son muchas fotos Jess. -dije caminando hacia mi hermana para alejarla de las zarpas de Dan, el mujeriego.- Y se nos está haciendo tarde. Adiós, mi pequeña hobbit. En lo que esté de viaje no quiero que salgas con ningún idiota. ¿Entendido? -sí, era algo sobreprotector con ella, pero sólo tenía quince años y debía protegerla de los neandertales que quisieran abusar de ella.

¡Era una niña!

Y un claro ejemplo de neandertal era Dan.

- No te prometo nada, hermano. -contestó burlonamente mi hermanita. Lo hacía para provocarme, ella sabía que era capaz de buscar a los chicos con los que salía.- ¡Anda, que se te hace tarde! Cuídate y besa mucho a Hannah. -me guiñó el ojo mientras me empujaba. Sabía que lo decía en chiste, le encantaba jodernos a Hannah y a mí con cosas así.

- Adiós, mamá. -abracé a la mujer de cabello rizado que se encontraba detrás de mi hermanita antes de que se soltara a llorar. Su abrazo fue largo, casi me quita el aire mientras me susurraba cosas entre sollozos, diciéndome que nos cuidáramos, que fuera responsable y que no me perdiera. Era demasiado paranoica.- Lo sé mamá, no hablaré con extraños. No te preocupes estaremos bien. No me caeré en un pozo, lo prometo. Adiós papá. -dije viéndolo una vez que mi madre separara sus brazos de mí. Mi padre se mostraba reacio a compartir sus emociones, sólo me advirtió que si estropeaba mi nueva Jeep, me mataría. Era un hombre de pocas palabras.

- Adiós señor y señora O'Donell. -saludó, gritando Dan.- Adiós Jess, espérame que volveré por ti, nena. -siguió coqueteando con mi hermana en vano, ella siempre lo rechazaba. Cuando decidí que era suficiente humillación de su parte, lo arrastré hasta el estacionamiento para encontrarnos con los demás.

- Creí que ya lo habíamos hablado, Dan. No te acerques a mi hermana. ¿Oíste? -le recordé por milésima vez, él era un testarudo sin remedio.

- Ya te oí. ¿Pero no ves que es ella la que esta loca por mí? -explicó hablándome como un niño pequeño. Rodé los ojos ante su estupidez.

Cuando llegamos, notamos que faltábamos nosotros dos. Ya todos estábamos ansiosos por irnos, pero la histérica de Hannah seguía revisando su lista para saber si no faltaba nada importante. Era un poco perfeccionista, ella se encargaría de arruinarnos la diversión con tal de tener todo calculado. No sabía lo que era divertirse, pero supongo que su padre tenía la culpa por haberla criado así.

- Hannah está todo listo, no es necesario que revises otra vez. -dijo Lyn en un intento desesperado por calmarla. Me acerqué a Hannah, le quité la libreta y la aventé en los asientos traseros de mi auto para que terminara de una vez. Demás esta decir que por poco me mata, si no fuera por Alex, que la sujetó a tiempo antes de que me golpeara, no estaría vivo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 01, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Juguemos en el BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora