El chico de mis sueños

1: Oscuridad

POV: Jin

Me encuentro solo en medio de la oscuridad...

Pero a lo lejos observo a un chico, sin embargo no me muevo, no por que esté asustado ni mucho menos simplemente tengo la duda de que pasará si logro ver su rostro.

De un momento a otro y sin haberme percatado el chico empieza a acercarse hasta que se queda quieto, no muy lejos de mi. Lo primero en lo que me pude fijar fue en sus ojos, esos ojos oscuros pero brillantes.

Escucho un ruido detrás de mi y me giro para ver que lo ha causado, pero no logro ver nada solo oscuridad, decido darme la vuelta para volver a observar esos ojos que tanto me llamaron la atención sin embargo me encuentro con la nada...

El ya no estaba y me encontraba nuevamente solo... como siempre.

Empiezo a escuchar un ruido constante y molesto a la vez de que todo se va haciendo poco a poco más claro, logrando por fin observar dónde estoy.
Me siento en el borde de la cama y apago la alarma, me quedo pensando un rato en el chico de mi sueño, quiero saber si en realidad existe o solo es alguien que mi mente a creado.

Estoy tan sumido en mis pensamientos que no me doy cuenta de que mi madre me estaba llamando hasta que abre la puerta.

– Jin cariño, que pasa?– me preguntó asustada

– Nada mamá, por?–

– Como no habías contestado ni nada me había asustado– me dijo mientras se sentaba a mi lado.

–No te preocupes solo estaba pensando en que me voy a poner hoy– tampoco le voy a decir que estaba pensando en  un chico con el que he soñado.

– Deja de pensar tanto, que cualquier cosa que te pongas te quedará precioso– me dio un beso en la frente y se levantó – y date prisa que es desayuno se enfría y vas a llegar tarde a tu primer día de clases– dijo y salió de la habitación.

Hace una semana mis padres y yo nos habíamos mudado a Seúl. Hoy era mi primer día de clases y estoy muy nervioso ya que me cuesta un poco relacionarme con los demás, por que soy muy tímido, en Gwacheon solo tenía a mi amigo YuGyeom, no digo que sea un mal amigo pero al igual que otras personas él tenia más amigos no solo yo, por eso me hubiera gustado tener a alguien más, para no encontrarme tan solo.

Decidí levantarme y pensar ahora si en lo que me iba a poner, cuando ya estuve listo bajé para desayunar.

– Hola papá, buenos días – le di un beso en la mejilla

– Hola hijo– me dio un abrazo y me revolvió el pelo– corre a desayunar que llegas tarde en tu primer día.

Llegue a la cocina y vi que mi madre había hecho mi desayuno favorito, tortitas con fresas, la miré y sonreí.

–Sabía que ibas a estar nervioso en tu primer día así que quise levantarte un poco el ánimo– me sonrío y se fue al salón.

Siempre pienso que tengo los mejores padres del mundo a pesar de todo lo que tuvieron que soportarme. No digo que me portara mal o que les desobedeciera, pero decidieron mudarse aquí por mi. Cuando decidí hacer mi sexualidad pública mis padres me dijeron que no me preocupara, que ellos me iban a querer siempre y que no importaba quien era, yo escribía quien ser y como ser en la vida. Sin embargo cuando lo hice en público no me fue tan bien, la gente de mi instituto se metía conmigo hasta que llegó a un punto en el que no lo pude soportar más así que mis padres decidieron que mudarnos sería lo mejor.

Ya había cogido el autobús para ir a mi nuevo instituto pero recordé que no lo conocía, no sabía dónde estaban las clases ni nada, me empecé a  agobiar pensando en que tendría que ir preguntando a la gente, pero por otro lado eso sería una buena opción para relacionarme con los demás.