¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bueno, los chocolates no habían funcionado según lo planeado; pero no había forma de que fracasara de nuevo.
Esta vez pusó expectativas en unas galletitas que fueron cuidadosamente horneadas por él, para Lan Wangji no era una opción rendirse. Incluso la tarde anterior había llamado a su madre tan solo para pedirle ayuda y consejos de cocina. Sí, lo había regañado al principio por no haberle dicho antes que estaba detrás de alguien y por no llamarla antes, sumando que ahora también quería conocer a Wei Ying. Pero sin duda aquel regaño y platica que recibió era nada si se comparaba con la suavidad y lo deliciosas que habían quedado sus galletas, sentía que se derretía con solo darles un mordisco. Amaba a su mamá, tendría que darle muchos besos y abrazos cuando la visitara, que se notara lo agradecido que estaba.
Cuidado Wei Ying, que tu hombre va con todo.
Así con una nueva cajita decorada con lazos azul pastel y un par de banditas en sus manos —debido a que se quemó en sus múltiples intentos de sacar la bandeja de galletas antes de que se quemara todo, incluyendo su existencia— se encaminó con mayor seguridad al dueño de su corazón.
— ¡Wei Ying! — le habló, su seguridad desvaneciéndose hasta cierto punto mientras notaba como el chico de hebras largas y sedosas le miraba frunciendo el ceño apenas miró la caja de galletas.
— ¡Lan Zhan perdoname, otra vez no tengo dinero!
Y aquí vamos de nuevo...
— Pero si me dejas explicar-
— ¡Si quieres te ayudo a venderlos, pero no me odies Lan Zhan! — interrumpió otra vez, mirando al más alto con ojitos de cachorrito.
¿Por qué eres tan bonito?
— Los voy a vender todos, tú ve a descansar y ser la persona más hermosa que siempre eres. — revolvió el cabello del pelinegro, haciendo que este se sintiera indefenso y sus orejas se sonrojaran de una manera adorable ante los ojos de cualquiera, incluyendo a Wei Ying.
Tal como el día anterior, no pudo hacer más que observar como su Wei Ying tomaba la caja, llevándose sus expectativas del día con él.
Aunque si lo miraba por el lado positivo —si es que lo había—, al menos esta vez había tomado los dulces. No era lo que tenía planeado, pero ya era un avance, quizá para el día siguiente lograría que probara algo.
— ¿Hoy no traes chocolates? A mi novio le gustaron. — ¿Y tú quién eres? — se atrevió a preguntar Wangji, no reconociendo al chico frente a él.
— Jin ZiXuan, te saqué de pobre ayer — habló con tranquilidad, antes de analizar la cara larga del chico y el puchero casi invisible en sus labios. — aunque empiezo a sospechar que ni siquiera querías vender algo.
Lan Zhan suspiró, sin tener idea o ganas de decir algo.
— ¿Problemas de amor? Mira, solo tienes que ir directo y decirle “quiero tu lengua enredada con la mía”, a mí me funcionó — explicó antes de estirarse y bostezar — Uh, ahora que lo pienso, tal vez el chico bonito de ayer prefiera otra cosa...
Wangji se alarmó. — ¡No puedo decirle algo como eso a Wei Ying!
— Como sea, sé más directo con Jing o como sé llame, tal vez el chico es lento y en lugar de un empujón necesite una bofetada.
— ¿Por qué me dices todo esto?
— No sé, quería saber que se siente ser cúpido y tú tenías cara de querer matarte. Así que decidí hacer mi buena acción del año. — ríe levemente, en ese momento Lan Zhan creyó que el chico en realidad no era nadie malo y que parecía un pavo real cuando reía.
— Bueno....Gracias Jin ZiXuan, ¿supongo? — Oh no, ahora llámame 'doctor corazón'
Buena manera de iniciar una amistad.
┉┅━━━━━❰ • ✿ • ❱━━━━━┅┉
Jiang Cheng miraba extrañado a su hermano, quien hacia tan solo unos minutos estaba tan “ocupado” vendiendo galletitas, que se encontraban en un empaque que para él se veía bastante detallado y bien hecho si la intención original era venderlas de manera individual. Algo no cuadraba ahí.
— ¿Me estas diciendo que Lan Wangji te pidió que venderías galletas por él?
— Yo no diría que lo pidió pero...Estoy seguro de que estará feliz cuando vea que logré vender todo. — Sonrió con una pizca de orgullo, ignorando la mirada que le daba su hermano.
— ¿Y tú como sabes que las quería vender? ¿Acaso él te lo dijo?
— No, pero...es Lan Zhan, él siempre esta ayudando a los demás y- una vez lo ví dándole de comer a unos perritos en la calle y antes ya ha vendido comida aquí, ¿no crees que es como un ángel? ¡Además es muy lindo y no muchos lo notan, pero sus ojos siempre están tienen un brillo como si estuvieran sonriendo! No puede tratarse de algo más porque...Él es así — su sonrisa sólo creció, su rostrose iluminó de inmediato al nombrar un par de cualidades del jade. Porque podría haber extendido mucho más la lista, pero eso sería en otra ocasión.
— Estas enamorado de él. — Setenció Jiang Cheng — Estoy enamorado de él. — Le da la razón antes de percatarse de lo que acaba de soltar — ¡No! ¡No era eso lo que quería decir!
— ¿Hay algo que quieras contarme?
— No...
Pero en realidad, quería contarle que en el fondo de su corazón anhelaba escuchar que todos esos dulces eran para él. Que alguna vez podría ser el motivo de ese peculiar y hermoso brillo en sus ojos. Porque además de despistado, Wei Wuxian también era inseguro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
