II

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Las piernas le ardían con cada paso que daba, pero tenía que obligarse a seguir corriendo

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Las piernas le ardían con cada paso que daba, pero tenía que obligarse a seguir corriendo.

"No mires atrás. No te atrevas a mirar atrás", esperaba desesperadamente. "Junghyung"

Su corazón latía a mil por hora y muy dentro de él sabía que solo era cuestión de tiempo para que lograran alcanzarlo debido al ardor en sus músculos de sus piernas, y la falta de aire que lo hacia jadear ruidosamente, no obstante no quiso rendirse. No debí aceptar aquello, no quería. 

El golpeteo constante de su mochila hacia que fuera vagamente consciente del dolor en su espalda, pero lo que le dolía más eran las consecuencias que debía pagar.

"Mamá" 

"Papá"

Un sentimiento de rabia lo embargó por la injustica.

Y sabía que su condición física había bajado, lo supo cuando unas simples rocas lo hicieron resbalarse y caer de rodillas, y aunque quiso levantarse un fuerte tirón en su cabello le hizo dar un grito de agonía.


Los ojos de Jimin se abrieron abruptamente con el sonido de su alarma sonando, cerró los ojos al notar aún la luz proveniente de su ventana y tuvo que parpadear varias veces tratando de adaptarse a la luz del día, se talló los ojos y estiró su brazo derecho hacia el pequeño librero junto a su cama en un intento por apagar el sonido del despertador que provenía de su teléfono; su alamar marcaba las 5 de la tarde. Una vez que hizo su aparición se dejó caer de nuevo boca arriba y suspiró con la vista en el techo, parpadeó lentamente de pronto algo desorientado y un poco angustiado. Que sueño tan raro había tenido, aunque a decir verdad, sabía que llevaba días repitiendo el mismo sueño.

Pero si era sincero consigo mismo, a penas y podía recordar algo de lo que veía, todo se volvía difuso conforme pasaban los minutos e intentaba darle sentido a aquel sueño. Se rascó el cuello y un movimiento a los pies de la cama le hizo sonreír, segundos después tenía la cara de su perro viéndolo desde arriba antes de que Cronos decidiera llenarle toda la cara de baba, Jimin sinceramente no sabía de dónde sacaban que los pitbulls eran agresivos.

Una vez que decidió Jimin que era momento de levantarse, hizo a un lado a Cronos y se paró de su cama aprovechando estirarse cuando sus pies tocaron el piso, disfrutando así el crujido de sus huesos, estaba completamente aliviado de que recién comenzaran sus días de descanso después de los eventos de una semana ajetreada con sus horarios nocturnos. Una vez que se sintió más despierto fue camino a la cocina para hacerse algo de comer.

Al llegar frente este y abrirlo, su cara se iluminó al ver Kimchi de rábano en su refrigerador y arroz, se alegraba de haber guardado una ración de aquella vez que su madre le había preparado un poco para llevar, se sirvióla última ración en su plato y antes de sentarse en el pequeño comedor y disponer a almorzar, también le sirvió de comer a Cronos, quien con gusto se puso a comer junto a Jimin. El castaño vio con gusto a su perro alzar varias veces la cabeza e inclinarla de vez en cuando, unas veces hacia él, otras hacia su costado.

Junto a ti [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora