La albina, ya desde hace mucho antes de conocer al rubio, poseía unas grandes ojeras, pero estas ahora, estaban doblemente remarcadas, aunque ella no era la única, puesto que Meliodas tampoco había pegado ojo en toda la noche por estar vigilandola y cuidando que no se lastimara o quitara los vendajes.
De nuevo la albina le daba la espalda cuando él le intentó dar un plato de fideos instantáneos y ahora incluso le sacó la lengua mientras hacia una expresión de asco. Una gran vena resaltaba de la frente de Meliodas, primero: había sido violado y marcado por una total desconocida, dos: casi es devorado por lobos, tres: no había dormido en toda la noche y la alfa que lo violo y lo marcó lo estaba despreciando. Definitivamente esa no había sido su semana.
Sentía unas enormes ganas de darle un buen golpe a la albina y obligarla a que comiera, puesto que el estómago de esta había estado rugiendo toda la noche y que a pesar de que se estaba muriendo de hambre, ella seguía despreciandolo a él y al alimento que le ofrecía. Además de que cada vez que lo miraba de reojo podía ver como la albina lo observaba como si fuera un insecto, un insecto que pudiera aplastar cuando quisiera. A pesar de que no se lo había dicho directamente, sus ojos hablaban más que su boca. Ni siquiera entendía porque seguía ahí, simplemente pudo haberse olvidado del asunto y seguir su caminó.
Aún no entendía porque había hecho eso la noche anterior, no entendía porque lloró al ver los ojos de la albina, ni de porque la había abrazado, y porque aun seguía ahí. Simplemente no entendía nada y el desprecio y hostilidad que la albina mostraba hacia él no ayudaba mucho que digamos.
No sabía si debía quedarse hasta que la albina se recuperará de sus heridas o irse y seguir buscando rastros del circo de los fenómenos. Ni siquiera podía reportarla a la podía reportarla a la policía, no tenía ningun medio de comunicación y estaba en medio de la nada y aunque pudiera posiblemente lo tomarían por loco, después de todo ¿quién creería en que se había encontrado a una mujer que tenía alas de hueso, uñas y dientes como los de las bestias y una fuerza sobrehumana? Y para colmó que esta misma lo había violado y que ahora esta era su compañera por el lazo que se produjo en la noche en la que esta estaba en celo.
Si la sociedad se enteraba de que existía alguien así... Dios, ni siquiera podía imaginarse lo que sucedería, posiblemente mandarían a capturarla, ofreciendo recompensas inimaginables por ella para hacerle exámenes y experimentos, en el peor de los casos la matarían. No, no podía permitir que eso sucediera, si algo así llegará a pasar se arrepentiría toda su vida, la culpa y el remordimiento no le dejarían vivir si algo le pasara a la albina, pues aunque no la conocía de nada ella no había hecho nada malo para tener un destino como ese solo por ser diferente.
Sus ojos de nuevo se dirigieron hacia la albina de nuevo encontrándose con la mirada fugaz de ésta así siendo ignorado nuevamente. Solto un largo suspiró y rebusco nuevamente en su mochila buscando algo que la albina pudiese comer, por mucho que esta le desagradara no podía dejarla morir de hambre, no era como si fuera un mounstro sin corazón. Sus manos se toparon con un minicongelador que siempre traía consigo y ahí encontró algo que quiza podría comer la albina.
*
—Oye, es hora de comer. —habló Meliodas mientras avanzaba a paso firme hacia la albina, la cual se había puesto de nuevo en guardia al ver como se acercaba a ella. Se detuvo de golpe a escasos centímetros de la albina. —mira, tú no me agradas y yo no te agradó, pero no te puedo dejar morir de hambre y abandonarte. Así que me quedaré hasta que se curen tus heridas, ¡así que come! —dijo lo último mientras le ofrecía un pescado asado.
De nuevo la albina le daba esa mirada de desprecio y asco, pero ella no era la única pues Meliodas también le devolvía la misma mirada desafiante. Meliodas dejo el pescado sobre el suelo encima en un hoja para acto seguido dirigirse a la salida de la cueva.
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El monstruo y el humano [EN PAUSA]
FanficYa no siento nada..... hace mucho que deje de sentir.... ahora mis únicas compañeras son la luna y las estrellas, todo es borroso ¿porque pasó esto?¿porque a mi?.... no lo se, lo único que queda en mi es el doloroso vacío en mi corazón. Hace meses...