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Kim Dokja abrió la puerta de su oficina para darle suficiente espacio a Yoo Jonghyuk, invitó a pasar a Jonghyuk, y él entró después.

—¿No quieres algo de comer? ¿Algo para beber?—Dokja buscó por su oficina algo para ofrecer a Yoo Jonghyuk.

—Mencionaste que hablaríamos Kim Dokja, no cambies el tema— Dokja rodó los ojos, solo estaba buscando ser servicial.

—Sí vamos a hablar, déjame preguntar primero ¿Por qué me estás evitando?— Dokja se quedó frente al escritorio, su espalda baja toca el filo de éste y sus brazos se cruzaron.

—¿De verdad? ¿Comenzaremos con eso?— Yoo Jonghyuk se mantuvo unos metros alejado de Kim Dokja.

—Por algo lo estoy preguntando ¿no crees?— Yoo Jonghyuk no dejó de mirarlo de la forma más fría que puede, eso hizo que Dokja se sintiera pequeño.

—Tengo dudas— Dokja ahora estaba confundido.

—¿Dudas? ¿Qué dudas? No, mejor dicho ¿sobre quién dudas?— la mandíbula de Dokja se apretó al igual que sus puños.

¿Yoo Jonghyuk está dudando de él? ¿De su cariño? ¿De su amor?

—Dudo de mí mismo Kim Dokja, no de ti— la mente de Kim Dokja se quedó en blanco, no había absolutamente nada además de la imagen deprimida de Yoo Jonghyuk frente a él.

—¿Qué?—

—Me pregunto ¿seré suficiente para Kim Dokja? ¿Por qué elegiste a alguien como yo? ¿Qué si te lastimó? Aunque creo que ya lo hice— Yoo Jonghyuk suspiró.

Pasó noches con mucho remordimiento y dudas sobre sí mismo, él no era una mínima parte de lo que era Kyrgios Rodgraim, para comenzar era al menos ocho años mayor que él ¿a Dokja le gustaban los hombres mayores? Fue su primera duda.

Luego pensó en lo exitoso que era ¿tenía suficiente fama y dinero para complacer las necesidades de Kim Dokja? Se movía constantemente en la cama pensando y preguntándose ¿yo seré suficiente?

No quería externar esos sentimientos a Kim Dokja, no quería verse débil y vulnerable frente a la persona que él amaba. Joder, lo había aceptado hace semanas. Yoo Jonghyuk quería estar con Kim Dokja por mucho tiempo. Pero después de esa cena, la comida no supo igual, los brazos de Kim Dokja no se sintieron igual, Kim Dokja se sintió diferente.

—¿De qué estás hablando Yoo Jonghyuk? ¿De verdad crees que tú no eres suficiente? Mierda— Dokja se sostuvo la cabeza, no cree lo que acaba de escuchar.

—Yo me pregunto cada noche si soy suficiente para ti, siempre están rondando en mi cabeza las preguntas sobre cómo puedo estar con alguien como tú, qué hice para gustarte, si tú, me quieres de la forma en que yo te quiero— Yoo Jonghyuk, no se movió, su respiración se atascó en la garganta.

—Pero sabes qué, todos esos estúpidos pensamientos se van cuando estás conmigo, cuando me besas, cuando me abrazas, cuando me sonríes, cuando me haces el amor y me repites cada mañana que me quieres. Aunque yo esté dormido sé que siempre besas mi frente y mejillas. Me preparas un desayuno delicioso cada mañana y, sé que me quieres, sé que darías todo por mi. Yo haría lo mismo Yoo Jonghyuk, así que jamás vuelvas a pensar que no eres suficiente, eres completamente suficiente, eres más de lo que yo merezco— Dokja hizo a un lado las lágrimas y su corazón latiendo tan rápidamente para abrir los brazos.

—Ven aquí y abrázame bastardo— Yoo Jonghyuk no necesitó más para dar los pasos suficientes y tomar la cintura de Dokja con fuerza, enterró su rostro en el cuello contrario.

Si, ese lugar siempre había sido para él y solo para él.

—Kim Dokja— el oficinista tomó con cariño la cabeza de Yoo Jonghyuk con una sonrisa idiota, ambos son realmente idiotas por dudar si son suficientes.

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