Pequeño brote.

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Sakura 5 años //// Sasori 14 años

El recorrido del País del Viento hacia el País del Fuego era agotador. Pasar de un ambiente extremadamente caluroso y sofocante, a otro prácticamente húmedo y fresco era, de alguna forma, reconfortante.

En este momento se encontraba en una aldea remota al País del Fuego recolectando información sobre unos criminales de rango S de su aldea natal. Vestido de civil, para no atraer atención innecesaria, salió a dar un recorrido por el lugar, a simple vista pareciera que es solamente un niño buscando con qué distraerse.

Pero lo cierto es que, a pesar de tener un porte tranquilo e indiferente, observa con atención a cada ciudadano que pasa cerca de él. Estando completamente alerta por cualquier incidente con kunai escondido entre sus ropas.

A pesar de que solamente tiene 14 años, ya era un ninja en toda la extensión de la palabra. A la corta edad de 8 años fue ascendido al rango chunnin debido a sus increíbles habilidades e inteligencia que poseía a temprana edad.

El ambiente a su alrededor era tranquilo, las personas iban de aquí para allá sin preocupación alguna. Tendría que tomar medidas más desesperadas si en este tiempo no podía obtener una información relevante.

Dando vuelta en una esquina, se topa con un ambiente incomodo y molesto, las escenas delante de él le llenan de un enojo crudo y un resentimiento infinito.

El parque de juegos donde la mayoría de los infantes están acompañados de sus progenitores.

" Padres..."

Palabra que él ya no puede pronunciar, pero de manera inmediata empujo los sentimientos negativos que amenazaban por salir a flote después de tanto tiempo. Estaba por seguir su camino ignorando completamente los gritos de felicidad y risas de las familias que se encontraban en ese lugar, pero un destello rosado llamo su atención.

Un poco más apartada del bullicio, una pequeña niña de cabello rosado se encontraba hincada en el pasto con un vestido blanco que contrastaba de manera perfecta con su piel y su cabello.

Por un momento su mirada café permaneció en la pequeña niña.

"No es asunto mío"

Dijo para sus adentros, pero contrario a sus pensamientos, siguió estático viendo el pequeño bulto blanco. Por alguna extraña razón, sus pies se dirigieron a donde ella estaba, cuando por fin pudo notar el repentino acercamiento, todo pensamiento sobre alejarse de ella murieron completamente.

La niña pareciera completamente centrada en el par de muñecos que tenía en ambas manos, la situación le extraño ya que no veía a alguno de sus padres cerca de ella puesto que la niña parecía no tener más que 6 años.

La manera en que la niña trataba de recrear ciertos escenarios con los muñecos le pareció estúpida y entretenida a la vez. De repente los movimientos cesaron y un par de ojos jade redondos lo miraron directamente con desconfianza.

Sus ojos conectaron con los de ella, y eso basto para que volviera a sus cabales.

"¿Qué demonios estoy haciendo?"

Se reprocho frunciendo visiblemente su ceño y viendo a la pequeña niña con algo de molestia, decidido a irse de ese lugar, una pequeña voz a sus espaldas y un tirón en su pantalón lo detuvieron.

–¿Cuál es tu nombre? – cuestiono la niña.

Dudo en dar su nombre, pero se le hizo ridículo el pensar que esa niña pudiera hacer algo contra él, así con voz impasible le respondió.

–Sasori.

La niña no le toma demasiada atención a la manera brusca que se lo dio, en cambio, una sonrisa aparece en su regordete rostro.

–Mi nombre es Sakura.

Le dijo de manera efusiva con un brillo ciertamente particular en sus ojos. Él no se atrevió a decir más, así que zafándose un poco brusco del agarre en su pantalón decidió preguntar por lo obvio.

–¿Dónde están tus padres?

–Me dijeron que esperara aquí un momento...

Por un lado, ya había saciado su curiosidad y era hora de irse, pero en cierta medida se sentía un poco incomodo con dejar a la pequeña niña sola en un lugar apartado de los demás.

"Esto no me puede estar pasando a mí, ahora seré su maldito niñero"

El fastidio lo inundo, ciertamente era algo que no le incumbía a él, pero aun así se quedó a un lado de ella esperando que sus padres volvieran pronto y no la hubieran abandonado en un lugar como ese.

–¿Quieres jugar?

La miro con una mueca irritable, pero la manera inocente en que le tendió uno de sus muñecos le impidió siquiera rechazar su oferta.

Sintiendo un poco de pena por ella observo los juguetes, en ese momento, una idea se le cruzo por su mente.

–¿Quieres ver algo genial? – le pregunto a la niña.

La manera en la que sus ojos demostraron emoción con tan banales palabras le sorprendió.

–¡Sí!

Dicho esto, se sentó en el piso e imitando sus acciones la niña se posiciono a un lado de él.

De manera precisa moldeo el chakra hacia la punta de sus dedos, formando hilos que conectaran con las partes importantes del muñeco de madera para facilitar el movimiento.

Con ayuda de su habilidad para manejar los títeres a su antojo, logro hacer que el muñeco imite un baile, logrando sacar una expresión de asombro a la niña.

–¡Increíble! – exclamó sin despegar sus ojos brillosos del muñeco. – ¡Eres increíble Sasori-san!

Dichas palabras logran una sensación incomoda en él.

–¿Cómo lo hiciste? – inquiere la chica mirándolo con ojos brillante.

El chico, dudando si responderle con la verdad o inventarle una excusa, pero viendo como la niña es demasiado pequeña para comprender la manera de moldear el chakra, se decidió a decirle una excusa lo suficientemente creíble para los niños de su edad. No necesitaba perder más su tiempo en cosas estúpidas.

–Con magia.

Decide responder, a lo que la niña expande aún más sus ojos por el asombro.

Pero antes de que pudiera replicar algo más, una voz dulzona llama la atención de la chica.

–Sakura...– la figura de su madre esta frente a ellos. – Perdóname si tarde un poco más, veo que hiciste un amigo nuevo.

La sonrisa dulce de la madre logra incomodarlo aún más.

–Si mamá, Sasori-san sabe usar magia – la emoción es palpable al decir esto.

–Vaya, con que un mago...– la madre acaricia suavemente la cabeza de la niña, pero sus ojos siguen posados en Sasori. – ¿Dónde están tus padres?, ¿Están de acuerdo si te invito un helado por haberte quedado con Sakura-chan?

Ante la mención de sus progenitores una sensación de molestia se instala de nuevo.

–No es necesario, tengo que irme. Adiós Sakura.

Dio media vuelta y no volteo hacia atrás por ningún motivo, aun sintiendo la mirada de Sakura y su madre siguió su camino.

***

Los días siguientes al encuentro con la niña pelirosada inconscientemente siempre pasaba por el mismo parque, muy en el fondo sabía que su presencia no fue tan desagradable. Pero desafortunadamente no se la encontró ni una sola vez.

Aun habiendo completado de manera exitosa su misión, no la volvió a ver.

Pero durante ese tiempo, la sonrisa sincera de la niña ya no le parecía molesta o estúpida.

Aun cuando sea solamente en sus recuerdos.

Primavera RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora