Ningen

Capítulo: 8

Caminando por el largo pasillo de mármol con paredes hermosas de color blanco, suelta un suspiro exasperado mientras escribe en una libreta.

En momentos como este se odiaba a sí mismo "sin esta habilidad, mi vida sería más sencilla..." aparentemente es el único que puede hacer lo que él hace. Demasiado trabajo, horas y horas de vigilancia sin ningún sentido.

Es más, hace un momento revisó una por una las cientos de "piezas" que se le dijo prestar atención especial.

"Vaya mierda de trabajo" dijo en voz alta entrando en una gran y majestuosa sala, observa con cansancio los 10 gigantescos pilares repartidos en los alrededores. Cinco de ellos sobresalen del resto, dado que cada uno de ellos se distinguen por colores diferentes. El dorado de estos 5 resalta a la vista.

Chasqueando su lengua akami juitchoro un hombre de cabello negro corto, ojos café oscuro junto con un rostro simple. Revisa dichos pilares de manera atenta viendo lo que solo él podía. A medida que observa anota en su libreta.

De repente mientras revisa el sexto, un sonido resquebrajoso le pone alerta. Moviendo su mirada al que según su orden sería el octavo pilar, grietas masivas cubren la superficie oscura hasta explotar en escombro hacia fuera. Actuando rápido, logra esquivar por poco el pequeño fragmento que se dirigía a su rostro, un rastro de sangre emerge del apenas detectable corte en su mejilla.

Ignorando el ardor en su mejilla izquierda, juitchoro observa con incredulidad los restos del que fue una vez el firme pilar de color negro. "Q-Que..." esto debe ser reportado directamente a su jefe.

En una habitación oscura sobre una lujosa cama, juitchoro abre los ojos conmocionado. Respirando con dificultad se sienta en la acolchada superficie, aún no lo asimilaba por completo. Este acontecimiento será impactante para todos "lord drácula ha muerto".

Respirando suavemente y calmando su mente sacude su incredulidad, sale del cuarto a informarle a su jefe, ¿tal vez le den un aumento por tal descubrimiento?.

Fue solo cuestión de días para que la noticia se extendiera por todo el mundo sobrenatural. Conmoción e incredulidad llena la población supernatural, en algunos casos sembró una semilla de temor en sus corazones. Aunque no se sabe con exactitud que mató al emperador vampiro, la posibilidad de que exista un ser capaz de asesinar inmortales es muy llamativa para ignorarla. Este hecho contaminó la mente de los más débiles.

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Sentado en su merecido trono construido en oro con incrustaciones de diamantes, observa la brillante sala ante él. Paredes relucientes decoradas en oro, colgando del techo hermosos candelabros de oro, suelo de mármol bellamente pulido sostiene 2 sillas frente a él también de... ¡Oro!. Hermoso y extremadamente reluciente ¡Oro!.

La fascinada sonrisa mientras admiraba el oro decayó cuando pasó su vista en la miserable subordinada de rodillas ante él. "Por favor déjeme ir ya" fue el pensamiento de dicha subordinada, ya cumplió con su deber de informarle. Su lindo hijo de 10 años le espera "debería apresurarme y llevar el pastel" su niño está cumpliendo años hoy, recuerda cómo mientras dormía el niño le sorprendió saltando en su cama emocionado. Una sonrisa cariñosa casi mueve sus labios.

"Entonces", voz pretenciosa y delicada salió de la boca de su señor cargando su cuerpo de tensión "¿dices que el murciélago murió?". Nerviosa asiente sin atreverse a hablar, sería un insulto hacerlo sin su permiso y siendo como es, siempre trata de ser lo más respetuosa posible hacia su señor.

"Hunm, ya veo... Era de esperar de un alguien tan insignificante" escuchando atentamente, nota como su amo enfoca la mirada en ella intensamente, el sudor baja por sus mejillas y con temor baja la cabeza con vehemencia lo máximo posible ocultando aún más su rostro entre su túnica, "aún más importante..." su cuerpo se pone rígido mientras escucha el tono de voz de su señor, su vista pegada al suelo. "¿Quién te permitió irritar mis ojos con tu asquerosa presencia?, ¡COMETISTE EL PECADO DE OPACAR LA BELLEZA DE MI ORO!", casi quedándose sin aire le grita a todo pulmón escupiendo saliva de su boca. Con horror y temblorosa, alza la vista "m-mi se-" un movimiento de muñeca y desapareció en átomos sin dejar rastro.