Kumi, una chica que creció y entrenó junto al caballero de cisne, Hyoga, en Siberia con la misma ilusión de convertirse en caballero.
Es llevada por su maestro Camus al santuario para convertirse en una saintia.
Más adelante queda ante la tutela y...
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PRIMER AÑO
Hemos adquirido una buena condición física, tal y como quería nuestro maestro Cristal. Iba a ser un entrenamiento duro claro está, además de ser dividido en las tres fases que nos había mencionado con anterioridad.
Isaac, Hyoga y yo nos encontramos frente a enormes paredes de hielo, Cristal había explicado que tendríamos que lograr destruirlas con nuestros puños.
-Pongan mucha atención, tendrán que concentrar toda su energía en un punto de su cuerpo que será su mano, con ello podrán lograr destruir estás enormes paredes demostrando que tan grande es su concentración justo así- Cristal por un momento cierra los ojos, su puño izquierdo se alza firme y sin titubear se cruza con la helada superficie de aquella pared que en un instante comienza a agrietarse y a desmoronarse frente a nuestros ojos. - Bien ahora es su turno - Sin más se da la vuelta para dejarnos solos.
Miro a Hyoga y a Isaac decididos levantando sus puños en contra de dichas enormes superficies heladas, quiénes apenas cedían a sus golpes dejando ver muy pequeñas grietas en el hielo. Doy un pequeño suspiro antes de seguirlos, levanto mis puños casi pegados a mi cuerpo y en un movimiento rápido suelto un golpe a aquella pared.
- ¡Ay mi mano! - Suelto un fuerte quejido, cubriendo mi mano lastimada con la otra, alejándome unos centímetros de dónde me encontraba, Hyoga al escucharme se da la vuelta y va en mi ayuda para revisarme - Kumi ¿Te hiciste daño? - Toma mi mano entre las suyas con suavidad - Solo tienes ligeros moretones y raspones - Me da una ligera sonrisa para tomar parte de su playera y rasgarla de un extremo, toma ese pedazo para partirlo a la mitad y envolver ambos extremos en mis dos manos - Con esto cuidarás un poco tus nudillos Kumi - Sin más regresa a con la pared, Isaac solamente veía de lejos lo que sucedía sin tanta importancia.
Unos minutos después me levanto y me acerco a la pared para tomar mi postura inicial con ambas manos casi pegadas a mi cuerpo, cierro mis ojos un " Vamos, concéntrate" resuena en mi mente y suelto el golpe hacia la pared con mi mano buena, el impacto apenas había logrado que se abrieran unas pequeñas grietas, pero ya era un avance pequeño.
SEGUNDO AÑO
El tiempo paso tan rápido que el primer año de nuestro entrenamiento paso en un parpadeo mío pero a decir verdad aún lo lograba lo que Hyoga e Isaac habían conseguido, aún no lograba estar a su par.
El maestro Cristal siempre al pendiente de nosotros en los entrenamientos no paraba de darme alientos y muchos ánimos, no podía rendirme, quería cumplir mi propósito pero el trayecto era demasiado pesado para mí.
-Esta vez entrenarán sus reflejos y me probaran que tan ágiles son además de que comenzaremos a probar su resistencia, síganme por aquí - Nos dirige el maestro a un gran cueva.
En un año Hyoga e Isaac habían congeniado demasiado bien, habían logrado hacerse mejores amigos, más bien los tres habíamos congeniado a la perfección, había nacido una linda amistad entre los tres.
