La brisa era fresca, el viento movía las hojas de los árboles a su ritmo, y las nubes se movía en el cielo lentamente, se podría decir que era un hermoso día para salir a pasear o pasar el rato, pues si, todas las personas salían con sus mascotas o con sus parejas, todas excepto una... una azabache, que regresaba a casa con las compras que su “madre" la había encargado para la cena.
Regresando a casa, dejo las compras en la mesa de la cocina y se fue para su cuarto. Cerrando la puerta con seguro se sentó en su escritorio empezando a escribir su día en un libro pequeño.
Día: xxx / xx/ xx
16 años pasó desde que caí por aquel pozo, recuerdo que, por más que gritaba ella no aparecida, incluso empiezo a creer que todo fue un sueño, que aquel lugar no existe y sólo fue parte de mi imaginación, pero algo dentro de mi se niega a creer que sólo fue una alucinación, que todo lo que recuerdo es real, fue real.
Sí tan sólo supiera en saber que es verdad o mentira.
Cerrando su diario lo guardo en su escritorio mientras soltaba un suspiro de tristeza. Quisiera creer que todo fue un sueño y que así es donde pertenece realmente, que no hay otro lugar más que su familia.
— sólo fue un sueño? — se pregunto mirando la ventana que estaba en frente.
Sus pasos eran tranquilos y serenos, no producía sonido alguno en su andar, con un arco en su mano y flechas en su espalda, ella se dirigía hacia un lugar en específico, siempre lo hacia y ya no recordaba porque iba a ese lugar cada año, es más, ni siquiera recuerda porque empezó a ir a ese sitio en primer lugar, sólo sabía que en ese lugar puedo algo que era importante para ella, pero no sabía que.
— onee-Sama — un pequeño gritó se escucho a sus espaldas, dejando de ver aquel oscuro pozo dirigió su mirada hacia la pequeña que se dirigía hacia ella.
— Qué sucede kaede — dijo cuando la pequeña se acercó hacia ella.
— los aldeanos te están buscando — contestó mientras recuperaba el aliento perdido.
Se quedó pensando, no recordaba haberse demorado tanto como para que la mande a su pequeña hermana a llamar. Sí, esa niña es su hermana menor, o mejor dicho la adoptó cuando era una recién nacida, aún recuerda como fue. Había sido hace doce años atrás, en uno de sus viajes cuando encontró a una joven embarazada que estaba en peligro, el hombre estaba muerto por proteger a la mujer que estaba en cinta, y ella como estaba en entrenamiento, lo mató después de tres intentos. La mujer no había soportado y dio a luz en ese mismo lugar, haciéndole prometer que la cuidara, para después fallecer en aquel sitio. Recuerda que se le fue difícil hacer que su superiora aceptara quedarse con la recién nacida, dio su palabra y no la iba a romper por nada.
Sin mencionar que también que lo hizo por otro motivo, uno por la cual ya había quedado en lo más profundo de su mente.
— entonces aceptaras? — pregunto su amiga ayumi.
— lo haría, pero tengo cosas que hacer — contestó mientas seguía caminando.
Hoyo, él chico popular, la había invitado a salir en una cita, y como era costumbre sus amigas habían escuchado su conversación sobre la cita y la habían dicho que aceptara cosa que no lo hizo.
Despidiéndose de sus tres amigas, subió las largas escaleras para ir a su habitación, no sin antes pasar por el árbol de las edades, mejor conocido como “árbol sagrado", sabía que algo la unía, algo que la llamaba.
Pum!!
— hum... — salió de su trance cuando escucho un ruido seco porvenir del templo sagrado, empezó a caminar en su dirección encontrando a sota su hermano menor arrodillado en la entrada de dicho lugar — ¿Qué haces aquí? — pregunto sobre saltando al menor.
— puyo es el que desobedece — contestó sin dejar de apartar la vista.
— ahg, por eso el gato no está contigo — resoplo molesta mientras empezaba a bajar por la pequeña escalera que había dentro.
Al bajar el último escalón sintió una corriente de aire que provenía del pozo, se congeló en su lugar, su mente empezó a hacer muchas teorías en segundos, segundos que para ella fueron eternas, si no fuera por que el gato se hubiera apoyado en su talón se hubiera quedado ahí, sumergida en sus pensamientos.
— no molestes, yo fui quien bajo a buscar al gato — dijo molesta cuando él menor le dijo que no le asustara de esa forma.
Cuando estaba por subir, sintió un escalofrío recorrer toda su columna vertebral, algo o alguien la tomó por su ante brazo y la jalo hacia el pozo soltando al gato en el proceso.
— al fin... Al fin podré vengarme por lo que me hiciste — escucho una voz femenina mientras la tomaba de ambos brazos — no podrás escaparte de mi sacerdotisa kikyo — gruño mientras le apretaba más sus ante brazos.
La azabache se quedó en shock, no por la criatura si no por lo que había dicho, sabía que no había sido su imaginación, que todo realmente había pasado, que tenía una hermana, y que ella no pertenecía realmente a ese lugar.
Un fuerte dolor hizo que deje de estar en trance y regrese a la realidad, viendo como este “cosa" la había herido al costado de su cintura.
Soltó un grito de dolor y como pudo se liberó de esta criatura rasgando su blusa dejándola un poco confundida.
— *¿Porque quería vengarse de mi hermana gemela?* — se pregunto aún flotando en el aire.
Después de un buen rato, topó el suelo, perdiendo un poco el equilibrio puso sus manos al frente mandó aún confundida la tierra que estaba al frente.
— Qué fue todo eso — murmuró aún sin poder entenderlo del todo — sota llama al abuelo ¡Sota! — gritó pero no hubo respuesta, maldiciendo una y otra vez al menor por dejarla sola y escaparse como un cobarde.
Cuando pudo salir por fin del pozo, se sorprendió al ver que estaba en una especie de bosque, y no en el templo de su abuelo, y todo en su cabeza pareció conectar puntos.
— estoy...de regreso… regrese a mi hogar...
Lamento la demora y si hay falta ortografía.
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el cariño y amor de mi hermana gemela
RandomKikyo y aome son hermanas gemelas que tienen que sobrevivir desde niñas por el peligroso bosque. un día aome desaparece dejando sola a kikyo, aome es criada en la época actual y kikyo es criada en su misma época. Aome abrirá el pozo por accidente y...