s e i s

72 5 0
                                    

—CARIÑO, estoy en casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CARIÑO, estoy en casa.–exclamó como en las películas cuando entró por la puerta del departamento.

Luego de varios vuelos y de pasar mucho más tiempo del que le gustaría en los aeropuertos, Charlotte llegó al departamento que comparte con su mejor amiga Sarah en la ciudad de Nueva York.

—Esposa, ¿eres tú?–le siguió el juego la castaña desde su habitación.

Lottie sonrió soltando su maleta, dejándola en la entrada del lugar y se agachó al escuchar aquellas cuatro patas que le brindaban felicidad. Su cachorro Goodwin, que adoptó con sus hermanos como regalo de cumpleaños.

Sarah conoció a la ojiazul casi al mismo tiempo que su carrera como fotógrafa inició. Se conocieron en la inauguración de un pequeño antro al que a la rubia le habían encargo fotografiar y en el que la castaña estaba cantando como corista. Charlotte creía que tenía mucho talento y que se merecía hacer más que los coros en una banda cuando ella podría ser la cantante principal.

—¿Me extrañaste?–le hablo al perro mientras él lamía su rostro.–¿Mami fue buena contigo?

—Soy buena mamá, no me hagas ver como el policía malo.–murmuró Sarah saliendo de su habitación.

—Hola, extraña.–saludo con dulzura entrando a la cocina.

—¿Cómo estuvo tu vuelo?–la ojiazul siguió a la rubia.

—Vuelos, en plural.–corrigió.–Horrible, no creo que vuelva a pisar un aeropuerto de nuevo.

—Mientes.

Lottie abrió el refrigerador con la esperanza de encontrar algo que fuera comestible a parte de las manzanas que estaban sobre el mesón de la cocina.

—¿Hiciste algo de comer? La comida del avión no es comible, solo de verla me dan náuseas.

—¿Cómo está tu británico favorito?–ignoró a su amiga.

Lottie blanqueó sus ojos.

—Tom está bien.

—Tienes ese brillo en tus ojos.

—¿Qué brillo?–cuestionó frunciendo el ceño.

—El brillo de haber pasado más de una semana con Tom, es como el de una novia cuando vuelve de su luna de miel.

La rubia soltó una carcajada sonora a pesar de que sabía que su amiga estaba tratando de molestarla.

—¿De qué estás hablando?

—No te hagas la loca, estás tan enamorada de ese tonto que luego de pasar mucho tiempo con él vuelves desplandeciente.

—Sarah, ya hemos hablado de esto.

—Si si, no quieres arruinar la amistad y él no siente lo mismo, bla bla bla.–se burló.–Las únicas personas que no saben que están enamorados el uno del otro son ustedes.

La pequeña Evans se dio la vuelta para abrir la nevera de nuevo con la ilusión de encontrar algo para comer y no tener que seguir hablando de sus sentimientos por su amigo británico.

—¿Cuándo le vas a decir a Tom todo lo que sientes por él?–insistió.

—Nunca. No voy arruinar nuestra amistad, prefiero ser solo su amiga a no ser nada.–murmuró Lottie tomando una manzana con amargura.

—Lottie, te amo pero eres una tonta.–refuto.–Él esta loco por ti, tú no te das cuenta y él no se da cuenta que tú te mueres por él. Deja el miedo.

Evans soltó un suspiro.

—Sarah, no voy arruinar nuestra amistad por mis tontos sentimientos.–alegó dándole la espalda para sacar un cuchillo de la primera gaveta y picar la manzana.

—Cariño, tus sentimientos no son tontos.

—A veces solo hace falta ser amigos para saber todo lo que podrían ser juntos sin necesidad de arriesgar la amistad.–encogió sus hombros con una sonrisa triste.

Sarah miró su amiga con pena porque sabía todo lo que sentía por el actor británico y al mismo tiempo con rabia porque sabía que esa tonta excusa de no arruinar la amistad era solo para evitar salir lastimada si Tom no le correspondía, lo cual era poco probable porque lo veía en su mirada, veía lo enamorado que estaba de su amiga.

—Eres una cobarde. Gallina.–soltó haciendo sonidos del animal para molestar a la rubia.

—¡Basta!–exclamó Evans entre carcajadas.

—Tienes que ser feliz, Lottie, no siempre será suficiente ser su amiga.–murmuró mirándola a través del mesón.

La rubia bajó la mirada. Su amiga tenía razón pero era mejor imaginarse en su cabeza todo lo que nunca serían a dejar de tenerlo en su vida.

—Puedo vivir con eso.

—¿Vas a verlo de nuevo?–consulto cambiando un poco de tema.

Charlotte subió la mirada asintiendo levemente.

—¿Que? ¡Pero si acaban de pasar casi un mes juntos!–exclamó la castaña sorprendida.

—Me pidió que trabajara con él. Voy a ser una de las fotógrafas de la próxima película de Spiderman.

—¿Ese es un trabajo real?–pregunto Sarah con gracia.

—¡Por supuesto!–exclamó la rubia golpeando levemente el hombro de su amiga.–¿De donde crees que salen fotos de los actores mientras graban algo?

—¿Internet?

—Alguien tiene que tomarlas, Sarah, no se toman sola.

—Así que te pidió que trabajaras con él.–la rubia asintió.–¡Abre los ojos! Te dio un trabajo tonto solo para que pasaran más tiempo juntos. Esta loco por ti.

Lottie soltó una carcajada rodeando el mesón terminando de comer su manzana.

—Tienes que dejar de ver tantas telenovelas.

—Lo haré cuando tú le digas a Tom que te mueres por él.–cantarruo.

La ojiazul fulmo a su amiga con su mirada. Y como respuesta le saco la lengua camino a su habitación para cambiarse de ropa.

—¿Podemos ir por algo de comer?–pidió con voz alta.–No voy a sobrevivir a punta de manzana.

—Claro, ¿que quieres comer?–consulto Sarah dirigiéndose a la habitación de la rubia.

—Pizza suena bien.–alegó.–¿Joey está en la ciudad? Podemos invitarla.

—Si quieres seguir escuchando lo gallina que eres por no decirle a Tom lo que sientes por él, seguro, podemos invitar a Joey.–canturreo la castaña sentándose en el borde de la cama.

Lottie blanqueó sus ojos seguido de un suspiro.

—Invítala. Voy a ducharme.–anunció despojándose de su chaqueta para entrar al baño.

—¡Gallina!–exclamó Sarah para seguir molestando a su amiga.

JUST FRIENDS || Tom HollandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora