Capitulo 1

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Un joven de mediano tamaño con aproximadamente 14 años, se hallaba sentado en el borde de la ventana abierta, mientras el agua de la lluvia caía sobre su delgado y proporcionado cuerpo, cubierto solo por una camiseta corta y un pantalón cómodo. Su melena corta y castaña se hallaba chorreando por encima de su ojo derecho, el cual solía cubrir por ninguna razón más que por gusto. Sus ojos azulados y verdosos y brillantes brillaban observando el cielo iluminado por las estrellas.

Había visto a todos los defensores reunirse en la entrada del castillo.

Podía intuir que algo había ocurrido, ya que él se hallaba en esa torre por seguridad desde hace mucho, pero nunca con todas las precauciones incluidas unas pocas horas antes de la reunión. No lo reconocería, pero comenzaba a tener miedo.

Bajó de la ventana hacia su cuarto para cambiarse a un pijama seco. Le daba igual la posibilidad de haber cogido un resfriado. Cuando se sienta en la ventana consigue desconectar de los problemas. Aunque esta vez no funcionó.

Una vez cambiado se secó un poco la cabeza y se sentó en su cama con un libro de magia entre sus manos.

Paró en seco.

Escuchó unos pasos aproximándose a su habitación. Analizó un poco más el sonido e inmediatamente se tranquilizó. Reconoció los pasos de el hombre de cabello blanco, Helios, y dedujo enseguida que todos los defensores irían con él.

Continuó leyendo unos segundos hasta que unos golpes en la puerta interrumpieron su soledad.

Sonrió satisfecho, orgulloso de su habilidad deductiva y se levantó de la cama con intención de abrir la puerta.

Giró el pomo de la puerta y solo dejó ver su cabeza, para ver a los cinco adultos con un rostro sombrío, a excepción de Helios, que sonreía amablemente.

Nana se acercó al niño, que terminó de abrir la puerta para encontrarse con ella y recibir un cálido abrazo.
-Mamá, ¿qué está pasando?¿Por qué estáis sufriendo?

La mujer se limitó a sollozar, mientras su hijo en sus brazos perdía la expresión de preocupación y la convertía en la indescifrable cara sería tan común en el que tanto preocupaba a la mayor.

Nadie respondió a la pregunta del joven, hasta que la joven castaña, Sarai, decidió cambiar de conversación.
-Vinx, peque, ¿por qué no vamos con Ilizia y hablamos todos más tranquilos allí?

La falsa sonrisa de la Dama no convinció a Vinx, el cual solo salió de su cuarto y cerró, antes de liderar al grupo al cuarto de su anteriormente nombrada amiga.

No tardaron en divisar las puertas blanquiznas de la habitación de la niña, de la cual provenían gritos de dos personas. Vinx dedujo enseguida que la hermana menor de su compañera también se hallaba dentro. Golpeó dos veces la puerta y los gritos cesaron.

La puerta se abrió lentamente y unos ojos negros aparecieron detrás. Rodaron por todas las personas hasta que la puerta se abrió por completo, dejando ver a la joven rubia de 13 años y rostro apagado.
Ella no sonreía, solo miraba a todos mientras colocaba su gorro gris sobre su cabeza, como siempre hacía. No era más alta que Vinx, pero la diferencia de tamaño era mínima.

Se retiró para dejar paso a el numeroso grupo y miró de forma extraña a su amigo, el cual se situó a su derecha sin saber responder.

Vinx se fijó también en la otra niña. Era mucho menor (tendría apenas 8 años) y eso también se notaba en su baja estatura. La pequeña parecía un cisne, con sus ojos y cabellos blancos, y vestida de forma sencilla pero elegante. Leticia era su nombre

Rex se sentó en el suelo, y así lo hicieron todos.

-Tenemos que hablaros de algo...- Dijo de forma inexpresiva Nana

Todos los menores se miraron entre ellos, y tragaron saliva.

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No os acostumbreis a q actualice rápidamente, soy muy tardón, pero mira es lo q hay :v

En fin, espero q os halla gustado y pos na, hasta la próxima uwu

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