La Torre del Ave Fénix. (Epílogo)

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Una mujer alta, de aproximadamente 38 años, que poseía una larga cabellera azulada y de ojos profundos como un lago, avanzaba con rapidez entre la persistente lluvia y el embarrado camino del campo abierto, mirando constantemente atrás de ella, con miedo a que "él" la estuviera siguiendo.

La segunda guerra Magica entre el bien y el mal, ya no era una preocupación, era una realidad. Una triste realidad.
En una sociedad donde los altos mandos tenían la misión de dominar los elementos, no todo era amor.
El líder del Mal, uno de los más poderosos criminales de Kahano, había logrado escapar de la celda más protegida jamás vista, sin ninguna pista de cómo algo así pasó.

La dama solo sabía que debía avisar a su equipo y prepararse, otra vez...

Ella, se quedó paralizadatras escuchar una rama, y sin pensarlo un segundo, alzó sus manos, dejando unos grandes escudos de agua brotar de ellas, absorbiendo el agua que descendía del cielo haciéndolas crecer. Había activado su Don, el Don del Agua, y estaba lista para atacar.

-¿Nana? ¿Eres tú cabezorra?- Dijo una voz grave detrás de un arbusto. Ella había reconocido la voz y la figura alta y robusta que apareció de detrás de unos árboles.

Un hombre con una media melena cobriza, unos ojos esmeralda intensos y una imponente y robusta figura, dió la cara a la mujer, que bajaba lentamente las manos, con un notable alivio en su expresión.

-¿Qué pasa Nana? ¿Asustada? ¿Preocupada? ¿Temiendo por la casi inexistente estabilidad emocional de tu hijo que seguramente acabe hecha un trozo de mierda?- El de cabello de fuego sonó burlón, pero la Dama tenía un notable enfado que se sumaba a su preocupación y alteración.

Ella lo miró con reproche y comenzó a caminar siguiendo su ruta, seguida de cerca por su compañero.

-La razón la tienes, pero no había necesidad de decirlo así, Rex- Ella habló fría y cortante, lo cual no pilló por sorpresa al mayor. Él se limitó a observarla y a seguir con su camino, asumiendo que si se burlaba del menor, su compañera no tendría la misma calma contra él.

-Deberias usar la teletransportación para llegar antes. Además, con esta lluvia sería menos costoso para ti- Habló él, intentando que su compañera escogiera el camino que más la iba a beneficiar. Comprendía que la mayor preocupación de ella era proteger a su hijo del nuevo y caótico mundo exterior. Ella lo miró, entendiendo al instante lo que intentaba.

-Prefiero hacerte compañía. Me da miedo que no encuentres el camino y volvamos a encontrarte en un arbusto llorando- Habló la de ojos profundos intentando tranquilizar el ambiente. Ella sabía muy bien que no era un día para estar muy feliz, pero las sonrisas son necesarias en todo momento. Él la miró divertido, y continuaron su camino sin decir nada más hasta llegar a una imponente torre, digna de todo un Dios.

Los amigos se acercaron a la puerta, donde tres figuras los esperaban.

Una chica joven y bajita, de apariencia optimista y energética, con una media melena castaña y rizada, y unos ojos marrones que recordaban al barro pero brillaban de determinación, asomaba por detrás de las otras dos personas.

La segunda mujer era alta y esbelta, con un largo y cuidado pelo de un tono rosado chicle, al igual que sus entrecerrados ojos, y vestida con unos ropajes caros y lujosos, miraba a los recién llegados de forma tranquila.

La tercera figura, la de un hombre que aparentaba unos 40 años aproximadamente, poseía un cabello blanco como la fría nieve peinado cuidadosamente hacia atrás. Sus ojos eran lo más curioso de este hombre, pues mientras su ojo izquierdo era idéntico a su pelo, el derecho era negro cual noche cerrada. Tenía la piel clara y unas manos huesudas Pero a pesar de su fría apariencia, todo a su alrededor parecía algo bueno y maravilloso.

La mujer del pelo rosado alzó la mano y las verjas de la muralla que separaban el castillo del exterior se abrieron lentamente acompañada de un molesto sonido chirriante. Cuando estuvieron completame abiertas, la Dama del Agua y el Caballero del Fuego dieron un par de pasos al frente e hicieron una reverencia a sus superiores, El Guerrero del Bien y la Diosa de la Vida. Ellos les indicaron que se levantaran, a lo que estos obedecieron.

Los cinco Defensores pasaron a la Torre guiados por la pareja que la habitaba y fueron guiados a un salón espacioso y cómodo.

La castaña fue la primera en sentarse en un extremo de un amplio sofá, mientras observaba a su equipo y esperaba que hablara alguien. Nana y Rex ocuparon rápidamente el resto del sofá, saludando tímidamente con la mano a la rizada. Los líderes del equipo de sentaron en unos sillones justo enfrente de ellos.

-Ya todos conocemos la actual situación. Esta guerra parece ser más dura que cualquiera que hallamos presenciado. Desplegaremos los ejércitos inmediatamente y reuniremos toda la información posible sobre el enemigo.- Expuso el hombre, con una mirada amable. Nadie intentó interrumpir su discurso, pues respetaban enormemente a su líder.

La mujer de pelo rosado fue la siguiente en hablar:
-Las medidas de seguridad serán más estrictas que la pasada vez. Esto incluye a nuestros hijos, los cuales serán completamente apartados de el peligro

Nana levantó su mano, pidiendo turno para hablar. Cuando le permitieron explicar su idea, sus palabras sonaron preocupadas
-¿Qué va a pasarle a mi hijo?

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Holaaa, soy Álex, el autor de lo q intenta ser un libro
Esta idea la tuve hace un tiempo, pero llevaba muchísimo sin escribir.
Ya tengo las ideas más organizadas, así que, doy comienzo a mi historia!
Este es solo el epílogo, pero no me llevará mucho publicar el primer capítulo, donde ya presentaré a un par de los personajes principales
Bueno, espero q sea de vuestro agrado
Bay uwu✨

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