𓆜 𝐎 𝐍 𝐄 𓆝𓆟

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Doscientos años después

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Doscientos años después.


Seungmin se dejó caer sobre la roca, moviendo la aleta de la cola de ida y vuelta en un movimiento ausente. En la distancia, el trueno retumbó, señalando el acercamiento de una tormenta. Cerrando los ojos, presionó su mejilla contra la roca fría y se estremeció.

—Odio esto, Kkami —dijo—. Quiero decir, me encanta la superficie, pero no soy el único, ¿verdad?

—En absoluto —respondió el delfín—. De hecho, por lo que mi madre me dice, tu tía abuela era muy...

Seungmin cortó al delfín con una fea mirada.

—No quiero oírte hablar de ella así. Una y otra vez, tu tía abuela hizo esto, tu tía abuela lo hizo lo otro. Padre nunca se cansa de contarme las historias. Simplemente no entiendo ¿Por qué debo sentarme aquí y esperar a que pase un humano para poder enamorarme de él? Es ridículo.

—Está en la maldición —señaló Kkami inútilmente—. La única forma en que el dolor de Seunghee desaparecerá es si una de sus líneas de sangre gana el amor de un humano.

—Y para hacer eso, se supone que debo sacrificar mi cola —Seungmin resopló—, como si lo hiciera de buena gana.

Kkami lanzó una carcajada como de silbato, que se adaptaba a su aparentemente siempre... cara alegre.

—Y sin embargo, aquí estás, esperando.

Seungmin habría llorado: según Kkami, los humanos hacían eso cuando estaban tristes, pero los ni tritones ni las sirenas tenían lágrimas.

—No es como si pudiera negarme —susurró—. El océano se está muriendo. Tú lo sabes tan bien como yo, Kkami. Todos los días escucho los gritos de protesta de los peces, de las ballenas, de los corales. Y es toda mi responsabilidad. Heredé la voz de mi tía abuela. Tengo que salvarnos.

Kkami le dio un codazo a Seungmin con su hocico.

—No estés triste, Seungmin. Su historia no es la tuya. Has salvado humanos antes, y no pasó nada.

Seungmin volvió a mirar el horizonte y se preguntó qué quería realmente. Sí, él había sacado a mucha gente de las aguas del océano. Hombres, mujeres y niños. Él había usado su voz para hacer que se olvidaran de él, porque ninguno de ellos le había llamado a su vez. Se suponía que se enamoraría de un humano que rescatara de un naufragio. Pero, ¿Cómo funcionaba eso realmente? En Atlantis, los merfolk tenían rituales elaborados para llegar a conocerse antes de que pudieran discutir la posibilidad lejana de besos y apareamiento. Y, sin embargo, el destino de Seungmin había sido marcado con "amor a primera vista". Al contrario de lo que los merfolk habían creído una vez, tenían almas, y Seungmin sentía que la suya estaba a la venta.

Él no confiaba en ello. Tampoco confiaba en los humanos, porque eran ellos quienes estaban empujándolo a esto, no solo a su padre. Contaminaron el agua, se aprovecharon de los recursos del océano, y dejaron solo la devastación atrás. Cómo podía Seungmin amar a alguien así.

MERMAN'S STORY ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora