Mi esposa siempre pensó que no lo amaba (Renacimiento)

Capítulo 23 - ¿Puedo empezar a gustarte de nuevo?

ZhouDu llegó al aula temprano el lunes siguiente. Para su sorpresa, XiaYao, que por lo general llegaba temprano a la escuela, aún no había aparecido.

Cogió el teléfono que tenía en el bolsillo y comprobó la hora; todavía quedaban 50 minutos antes de que comenzara la clase. ZhouDu se levantó de su propio asiento y se cambió al de Chubby, de modo que XiaYao pudiera verlo inmediatamente cuando ingresara al salón.

ZhouDu ya ha tomado una decisión: hoy después de la escuela, iba a confesar sus sentimientos a XiaYao. Por supuesto, también se disculparía por sus acciones el otro día y esperaría pacientemente a que XiaYao aceptara su confesión antes de besarlo.

Lo desafortunado fue que, incluso cuando Chubby llegó a la escuela, XiaYao no apareció.

XiaYao solo apareció exactamente cuando sonó la campana, por lo que ZhouDu no tuvo más remedio que regresar a su asiento.

Cuando XiaYao entró a la clase, sacó su libro de literatura y comenzó a tomar notas en silencio.

ZhouDu mantuvo su mirada fija en la espalda de XiaYao. La Primera Dama estaba observando el estudio matutino de todos desde fuera del aula, y lo primero que vio fue a ZhouDu, que tenía las manos libres.

"¡Ejem!" La Primera Dama se aclaró la garganta mientras seguía mirando en dirección a ZhouDu. Su compañero de mesa reaccionó a tiempo y le dio a ZhouDu un golpe con el codo. Solo entonces ZhouDu finalmente volvió a sus sentidos.

"Las pruebas mensuales son pasado mañana, ¿pueden poner algo de corazón en ello? No creas que puedes bajar la guardia solo porque llegaste primero varias veces. Si esta vez la otra clase ocupa el primer lugar, veré cómo se te ocurre una explicación para eso".

Todos sabían de quién estaba hablando la Primera Dama y todos los ojos se volvieron hacia ZhouDu. ZhouDu, por otro lado, actuó como si no fuera asunto suyo y comenzó a hojear su libro de texto de inglés casualmente.

Para ZhouDu, no había nada más insignificante que las pruebas y los exámenes. En la escuela primaria, todavía se jactaba de cómo obtuvo la máxima puntuación en el trabajo; ahora, incluso encabezar la escuela no podía influir en él en lo más mínimo.

Lo que la madre de ZhouDu siempre le decía era: "Estudiar es algo que haces por ti mismo. Si te gusta, eventualmente te esforzarás, pero si no te gusta, entonces no sirve de nada forzarte".

ZhouDu no podía decir una palabra sobre si le gustaba estudiar o no, solo sabía que estudiar era parte de su vida, era algo tan común como comer o vestirse. Para él, obtener lo máximo en una prueba era lo mismo que obtener la calificación más baja de la clase.

Sin embargo, desde que XiaYao le contó cómo admiraba su inteligencia y sus excelentes resultados, ZhouDu, por primera vez en su vida, sintió que llegar primero era bastante útil. Después de todo, podría captar la atención de XiaYao con ellas, ¿verdad?

Con estos pensamientos, ZhouDu ajustó su postura.

Era el lunes en el que su clase estaba a cargo de izar la bandera, y el representante de la clase arrastró a ZhouDu para que fuera el abanderado.

Para ser sincero, ZhouDu no estaba muy dispuesto a aceptar el trabajo, porque si lo hacía, no podría atrapar a XiaYao antes de que fueran liberados del lugar.

El representante deportivo lo colmó de elogios sin piedad, y también mencionó cosas al azar como el orgullo de clase o cosas por el estilo. ZhouDu no podía soportar sus interminables divagaciones, por lo que no tuvo más remedio que aceptar su solicitud.

Cuando las lecciones del día finalmente terminaron, ZhouDu se quedó fuera de la clase y esperó pacientemente para acompañar a XiaYao a casa. Sin embargo, XiaYao ni siquiera le echó una mirada a ZhouDu antes de pasar directamente a su lado.