En un mundo donde los omegas son quienes rompen el lazo y deciden dejar a los Alfas, Louis se cree invencible.
Cada mordida de él es una sentencia de un Alfa en agonía que puede terminar en muerte.
Pero cuando muerde por causalidad a Harry, este no...
🎵Soy el chico por el que morirías Te masticaré y luego te escupiré Por qué te esto se tratael amor joven Asíqueacércate y bésame fuerte Voy a explotar tu corazón de chicle.🎵
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Como punto uno tenemos que escoger bien a nuestra presa, estos Alfas pueden ser manejables, pero no tan estúpidos después de todo.
―Entonces. ― retorcía sus dedos en la corbata de aquel Alfa que no podía quitar su pervertida vista de sus piernas descubiertas ― ¿Me pagarás estos tragos? ― El chico asintió sin meditarlo, bien otro Alfa hormonal.
El omega sonrió falsamente, mirando como aquel chico le pedía al barman otro mojito para él.
― ¿Buscas un acompañante? ― Preguntó de repente, Louis no sabía de dónde había salido aquellas palabras, siempre escogía a los Alfas más inocentes y puros que su instinto podría percibir.
―Tal vez. ― Susurró sonriendo, el Alfa era medio tonto, solo le lanzó un beso entregándole el pequeño vasito de vidrio. ― Aun no encuentro al Alfa ideal.
― ¿Y si yo soy el indicado? ― El omega se quería carcajear, pero en vez de eso solo batió sus pestañas, con una mirada de inocencia que sabía manejar muy bien.
Todos los Alfas eran la misma cosa, se creían grandes por poner un jodido nudo dentro de los omegas y luego salir librados sin repercusiones. Y el omega no sabía cuándo los seres humanos se volvieron así, tan crueles e inhumanos, dispuesto a hacer todo por simple diversión.
Así como cuando su madre tuvo su primer Alfa, la omega había estado tan feliz de compartir su vida con aquel hombre, que después de haberse acostado le dejó en estado y con un cachorro en el vientre.
Jodidos Alfas, ni siquiera le tiene miedo al maldito lazo. O tal vez por eso no se dejaban morder por cualquier omega.
Querían un mundo libre sin ser atados a nada. Pero Louis se encargaría de hacerles saber que no podías contra su naturaleza. Un omega bonito de falda color rosa con tacones de aguja, con una mirada de inocencia y con olor de goma de mascar sabor a frambuesa iba a ser su perdición.
―Nadie quiere nada serio en estos días. ― hizo un puchero mientras meneaba el mojito con un popote ―Los Alfas piensan que estar atado a un omega es lo peor, tienen miedo a morir.
Louis entonces cruzó sus piernas, su trasero sobresalió haciendo que luzca más abultado de lo normal.
Dio un suspiró lastimero y vio de reojo como aquel Alfa pasaba saliva.
―Podría intentar... ― Louis negó con la cabeza, puso la mejor cara de dolor y vio al Alfa con ojos llorosos.
―Sé lo que vas a decir. ― Louis bebió un poco de su trago, luego acomodo su flequillo ―Que lo podríamos intentar ser algo sin estar atados y luego ver qué pasa.
