En un mundo donde los omegas son quienes rompen el lazo y deciden dejar a los Alfas, Louis se cree invencible.
Cada mordida de él es una sentencia de un Alfa en agonía que puede terminar en muerte.
Pero cuando muerde por causalidad a Harry, este no...
Poder y control. Te haré caer... Solamente es la vulnerabilidad humana, pero no significaque yo sea débil.
¿Te crees gracioso? ¿Te crees inteligente? ¿Crees que vas a romper mi corazón?
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―Enserio omega, me tengo que ir. ― pero Louis aún no estaba dispuesto a dejar ir a Harry, sus piernas estaban enredadas en el torso de su Alfa y se negaba a soltarlo.
Bueno recapitulemos un poco esto.
Luego de Louis había cedido y dejó escapar su lado más humano, su maldito celo se hizo presente. Dos días en los Eddy se había ido a casa de sus abuelos con la excusa de que Harry se iría de viaje.
Dos días en los que ambos se habían entregado al otro por largas secciones de anudaciones. Y Louis estaba aún meloso con una pequeña marca en su cuello que le era imposible ignorar.
Claro no era tan fuerte como la que tenía el Alfa en su cuello, pero la suficiente como para hacerle extrañar a su Alfa aun cuando este solo iba al baño.
―Por favor Lou, déjame ir, la oficina está en caos sin mí. ― Louis quería acreditar que si el Alfa no trabajaba esa tarjeta plateada perdería fondos y no podía darse sus gustos.
Si, a eso se debía, así que con pereza se separó de Harry haciendo un puchero que luego fue besado para calmar su ira.
―Está bien, te veo en la noche. ― Louis se fue directo hacia el baño cerrando la puerta, Harry suspiró, a veces no entienda la actitud del omega, parecía comportarse como si llevara un corazón de cristal, pero Louis no entienda que por más grueso que esté sea también se podía agrietar.
Se puso su traje, iría por Eddy en la tarde para recogerlo de la casa se sus padres.
Tenía unas inmensas ganas de entrar a ese baño y demostrar a Louis que lo quería a pesar de todo, pero descartó la idea pensando que a él le gustaría un poco de privacidad. Salió dejando una nota y luego se subió a su auto.
Louis en cambio se veía en el espejo, en su interior lamentándose aquella pequeña mordida de su cuello.
Ahora estaba perdido.
Su vida ya no iba a ser la misma, ya no era un rompecorazones, ni un omega bonito con olor a goma de mascar sabor a frambuesa.
Sentía que se estaba perdiendo a sí mismo, que ya no tenía el control sobre esta situación, su poder había desaparecido tan solo por aquellos ojos verdes y sonrisa encantadora, por un cachorro que ni siquiera era de él.
Miró otra vez su reflejo en aquel espejo, no se reconocía a sí mismo, no era más que otro simple omega atado por ambos lados.
