— Oh dios mío, en verdad viniste -estaba aturdido y comenzaba a escuchar los murmuros de los mirones detrás mío.
— ¿Creíste que no? ¿Porque? -se cruzó de brazos con una sonrisa en el rostro- Alguien prometió darme mi recompensa si lo hacía. Ahora, como el hombre de negocios que soy, exijo que te hagas cargo, Kim Seokjin.
Suspire sintiendo mi rostro como tomate.
Jungkook en realidad no dejaba de sorprenderme en ningún momento.
Nuestra relación de casi más de dos años se mantenía más sólida que nunca. Justo al salir de aquel bar y ser llevado a mi casa por el hermoso convertible negro de Jungkook y su dueño al piloto dándome miradas que me hacían temblar en mi asiento, había tenido a Jimin saltando desde la puerta de mi hogar para preguntar todo sobre lo que había sucedido.
Pero el silencio se extendió por unos minutos cuando ambos, Jimin y Namjoon, miraron a Jungkook que esperaba por despedirse de mi.
Las cosas fueron algo cómicas esa noche.
Jimin me sacaba cualquier rastro de información haciéndome la comida e incluso limpiando mi hogar, Namjoon se había retirado junto a Jungkook para hablar de "cosas" y me habían dejado solo con un pelinegro que revisaba por todas partes para comprobar si no tenía marcas de mordidas, arañazos o cualquier indicio de haber perdido lo que me hacía puro ante el señor.
Recuerdo que lo llamo "la suerte del incauto".
Mis salidas junto a los chicos no cesaron. Luego de que Jungkook amablemente me pidiera que le dejara verme más tiempo en su bar, accedí a ir un par de veces junto a los chicos, tomándome por sorpresa que esta vez fuera el mismísimo Jungkook quien me invitara una bebida servida por su hermano.
Que resultó ser el chico de las bebidas de esa noche.
Con el paso del tiempo, ambos fuimos conociendo más y más. A pesar de que esa noche le confesé que yo era virgen y que deseaba con todo mi ser que él fuera quien me tomara...
Se tomó su tiempo y todo lo que hacía era decirme tantas palabras lindas, seguir invitándome a lugares costosos, pagar obsequios que seguían llegando a mi departamento en donde ya no cabían en mi habitación y los tenía que mudar a la ex habitación de Jimin...
Había resultado ser más de lo que deseaba.
Incluso Hoseok dijo estar celoso de mi gran suerte.
Nos habíamos echo amigos luego de ese día. Él de verdad que estuvo preocupado por mí y Taehyung también se disculpo muchas veces conmigo por haber sido tan imprudentes y dejarme solo cuando paso aquello.
Pero no estaba molesto.
Al menos ya no.
Aquel intento de violación dejó algo bueno después de todo. Creo.
— Uh-hum, ¿y qué es lo que quieres que haga por ti? -subimos a su hermoso coche.
Otra de las cosas que hacía por mí, era salir del trabajo e ir en busca de mí al mío. Su excusa era tan vaga pero aún así no me negaba a que lo hiciera si con eso nos besariamos unas cuantas veces en el trayecto.
— ¿Crees que hoy sea 'la noche'? -se lamió los labios y apenas me dio una mirada para saber de lo que hablaba.
Mi mirada avergonza recayó en el hermoso aro dorado en mi dedo anular. Se veía aún más precioso si recordaba el significado que este tenía.
— Hagámoslo, daddy~
Jungkook sonrió como un bobo por el término que a veces utilizaba en él para juguetear y provocarle a hacer cosas indebidas. Porque sí, de ambos yo era el que buscaba cada encuentro sexual diciendo que estaba más que listo para tenerlo dentro. Pero seguía negándose en cada ocasión.
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Sir. fuck me; jungjin
ФанфикJin va a un bar, comienza a sentirse mareado y es encontrado por el dueño del lugar en un estado poco adecuado. En su aturdimiento, le confiesa que desearía ser follado brutalmente por un sexy pelinegro con aires de estrella de rock y suggar daddy...