Capítulo 38

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–Esa chica saca de sus Casillas a cualquiera. No se porque viene si sabe lo que se le avesina. –Con una sonrisa en sus labios mordió un pedazo de su pizza de lo más tranquilo.

–Tienes razón J-hope, esa niña es muy graciosa. –Sonrió Suga.

–Se acabó el espectáculo. Todo muy bonito, incluso gratis, pero es hora de ir a dormir. –Jin nos miró a todos con las manos juntas.

–Vayamonos a dormir, ¡TODOOOS EH! –RM señaló a todos.

Luego de unos minutos nos fuimos todos a nuestros cuartos, bueno, todos menos yo claro. Estaba viendo a donde se iba Kim a dormir, no era nada sorprendente que al cuarto de Tae.

Me acerque a la manija de mi puerta para abrirla y sentí que alguien la abría conmigo, no veía nada. Mierda. Todo estaba apagado.

–¡Aah-!

Me taparon la boca. Al menos sabía que no era un monstruo o al menos era un monstruo humano.

–¿Qué pasó te asuste? –Me habló en la oreja con un tono serio.

–No ¿cómo crees? ¿Lo dices por esto? –Entre al cuarto, prendí la luz e hice una seña entre el y yo.– Naah, me pasa todos los días. ¿Qué haces aquí? –Me senté para quitarme los zapatos. Con el corazón en la mano por el susto.

–¿Podemos hablar? –Jimin mostró un tono autoritario.

–¿Y qué estamos haciendo? –Lo mire extraña, no se que estaba pasando. Eso me quería hacer creer.

–Es verdad que... –Se rasco la nuca nervioso.– Mejor olvidalo me voy a dormir. –Sé giro hacia la puerta.

–Querías hablar, siéntate soy toda oídos. –Le señale la cama.

–¿Estuviste con Junkook? –No lo dudo, hasta creo que se sorprendió de haberlo soltado tan rápido.

–Por eso digo que mejor vayas a dormir. –Le señale la puerta con la mirada mientras me paraba.

–Siéntate soy todo oídos. –Imitó lo que le dije hace unos momentos.

–¿Sabes? –Lo mire– claro que estuve con él, la mayor parte del tiempo lo estoy. Ya sabes no nos despegamos jamás, deberíamos de haber nacido pegados –Me toque la barbilla pensativa– si, claro que debimos de nacer así. Ay, me da escalofrío si lo pienso.

–El día de la pijamada todos dijeron sus confesiones y confesaste que estuvieron, pero no de la manera que me explicas ahora. –Se paro poniéndose delante de mi con una mirada penetrante– Un encuentro sexual.

–Si, estuve con el cuando estaba borracha. –su mirada fue cayendo poco a poco.–Pero no lo recuerdo, esto no te reconfortara lo se, pero no tenía noción de absolutamente nada.

–Te tomo la palabra. Mejor me voy a dormir. –estaba parado en el marco de la puerta cuando pretendió cerrarla.

–Tú y yo no éramos nada. Nisiquiera sabíamos si queríamos serlo.

–Quizás tú no lo sabías, pero yo lo supe desde el primer momento. Hablamos en otro momento. –cerró la puerta.

No podía estar pasando esto. Sin pensarlo dos veces intente abrir la puerta, no pude. La estaba sosteniendo desde afuera. Lo intenté otra y otra vez, no pude. Espere unos minutos para volverlo a intentar y esta vez pude abrirlo.

Estaba con la cabeza apollada en la pared y los ojos cerrados. Me acerque, no pretendía tocarlo, supuse que no querría.

–No éramos nada. Y tampoco sentía nada cuando pasó lo que pasó con él, no tengo que darte explicaciones, pero si eso te hace sentir mejor lo haré. Estaba borracha, las cosas sucedieron, no recuerdo más y ya está. Escuchaste y viste lo que dije estando borracha, ¿Crees que me acuerdo?

–Yo estoy equivocado, no porque yo halla sabido que te quería desde siempre tú tenías que saber o sentir lo mismo por mí, no me debe de afectar, pero es incómodo, es como mi hermano.

–¿dices que me interpuse?–Me miró sin despegar la cabeza de la pared, pero girandola hacia mí.

–¿Lo estás haciendo?

–Claro que no. –Le pinché un cachete y sonrió de lado.

–Por eso no me hablabas. Celos invadiendo a Jiminshi otra vez, pero adivina. –Me acerque estirandole mis brazos para estrujarlo.

–¿Qué? –Sé acerco para abrazarme. Poso su cabeza sobre mí hombro, sentía su respiración en mi cuello.

–Ese día te tomamos una foto, te veías muy feliz durmiendo con Kook. –me rei.

–¿Queee? –Se separó de golpe agarrandome de los hombros, por el movimiento brusco casi me tumba.

–¿Por qué cosas como esas si te acuerdas?

Alce los hombros sin darle importancia.

7 Encantos Y Una Princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora