Capítulo 39

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Kim

No pude dormir y se que no es por el alcohol, hay un pequeñito inconveniente perturbandome en ese cuarto. Siento la cabeza dar vueltas, los ojos se me cierra y eso de bostezar ya se me esta haciendo un hobby.

–¡Pero que sueño! –Grite un tanto para mí.

–¿Y por qué no te vas a la cama a dormir?

Mierda.

No me gire. Me asuste. Me orine ensima. Le rece a Dios en todos los idiomas habidos y por aver. La voz se escuchaba distorsionada, pero era de hombre. ¿Acaso ya vinieron por mi?

Me quice girar, pero no pude, mi miedo pudo más que yo. Me encogi en el mueble pegando mis piernas al pecho mientras los abrazaba y hundía mi cabeza en ellas.

–Lo siento. –Me tocó.

–¡¡AAAHHHHHH!!

Me levante de golpe tirando el cojín en dirección de donde había escuchado la voz.

–No grites puedes levantar a alguien. –Jungkook estaba de lo más tranquilo pasando por detrás del otro mueble para sentarse frente al que yo estaba.

Juro que se me iba a salir el corazón. Sentía que latía mil por segundo. ¡Segundo!

–¿Qué haces aquí tonto? ¡Sabes...! –me calle cuando me di cuenta que ni me iba a hacer caso. Me acomode otra vez en el mueble.

–Vine porque no puedo dormir, ¿y tú?

–Porque no tengo donde dormir. –Le mostré una sonrisa falsa y tire la cabeza para atrás.

–¿No estabas en el cuarto de Tae?

–Sii pero...–No dije más.

–Oohh no me digas ya me imagino que paso.

–¿Así y que te imaginas? –Me levante para mirarlo, me choque con su mirada.

–Tú en un cuarto con 3 chicos que puede uno pensar, así estaban jugando a las escondidas, luces apagadas, cuarto grande, poco ruidoso. –Se rio.

–Si, estábamos jugando a las escondidas –me tire para atrás.–y me canse, así que salí a la sala.

–¿No quieres ir a domir a mi cuarto?

–¿Para qué luego digas "una chica en un cuarto con un chico"? Oh si, ya no son 3.

–Oye no te estoy proponiendo nada malo. Además hay dos camas, ¿Sabes qué son dos camas y una sola persona en ese cuarto?

–Bueno, suena a soledad y tranquilidad, pero ¿No está Jimin ahí?

Tiro de mi brazo para levantarme, cuando estuve parada me dio empujones para volver a subir.

–Está con tú amiga en su cuarto. –Sonó serio.

–¿Te gusta?, –Lo mire– te gusta.

Me separe de él rápidamente.

–Callate. –Llegamos al cuarto. Abrió la puerta y me señaló la cama de la derecha.–Duerme ahí, se ve más tú.

–¿Cómo más yo? –mire la cama. Era grande, color oscuro, algo desordenada. Tenía un dibujo dorado que no le encontraba sentido.

–¿Dejaste de inspeccionar la cama? No tiene pulgas eh.

Se tiro a su cama mientras seguía mirando cada uno de mis movimientos.
Imite su acción así que estuve en la cama en segundos, miraba al techo, tenía la frasada hasta el cuello. Le di una ojeada a Jungkook y estaba igual que yo, solo que con un brazo en la cabeza.

–¿Crees que tenga oportunidad con ella?

–Quizás. –no tuve más palabras en mi cabeza.

–¿Debería de arruinar lo que tiene con Jimin?

–Deja que ella se de cuenta, por más que quieras tenerla es mejor dejarla que reaccione, o quizás si tenga sentimientos por él. No juegues, dejala que primero vea lo que realmente quiera.

–No jugaría. No con ella o con él.

Silencio. Silencio puro.

–¿Quieres saber algo?

–Lo que quieras.

–Solo tiene atracción sexual por él, no puedo asegurar que sienta amor por ti o algo parecido a eso, pero creeme que son dos cosas distintas, dos cosas distintas. –Cerré los ojos, creo que esto lo dije más para mí.

–Deberías de quedarte con quien te complementes. No dejes algo de por vida solo por un gusto momentaneo, probablemente... –pensó lo siguiente que diría– Puedas perder mucho si te das cuenta tarde.

Ahora él lo dijo para si mismo. Los dos pasábamos por cosas de amores. Amores confundidos. ¿Cómo podríamos darnos ánimos él uno al otro?

–mañana lo harás bien. No te preocupes por temas del amor, a veces cupido apunta bien, pero la flecha le tarda en llegar a uno de los dos.

–Lo haré bien. Lo sé. Toma una buena desicion, no comparó, pero mira lo que hace tú amiga y toma de ejemplo eso, comete tus errores, si ves los de ella evita hacerlo. Se que solo está en su mundo sin mirar a los demás. Me Gusta. –Susurro.

Lo sé. Siempre será así.

Ya no lo escuche. Paso un buen rato en el que hubo silencio. Me quedé yo sola mirando el techo con estrellas que tenía el cuarto, pensando en todo y a la vez en nada. Debo de hacer las cosas mejor, no debo de dañar ni dañarme.

Solo escuchaba mi respiración y a los segundos.

–¡Kiim!

–¡Deja de roncar!

Si, le tire la almohada en la cara con algo duro dentro de ella para que llegara a él.

7 Encantos Y Una Princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora