La mujer Yakuza

L U Z N E Ó N

Mi nombre significa arcoíris fue escogido por mi madre y yo...siempre odie ese nombre, no había nada en mi vieja ciudad que me gustase era un ciudad fría y aburrida, después de perder mi primer amor decidí que no quería volver amar, así que un día mientras pensaba: "esta bien si muero" "me gustaría renacer como un perro" "debería envenenarme a mi misma" o "¿que dolerá más? ¿saltar de un puente o ahorcarme con una soga?" decidí que era suficiente. 

tome mis cosas alejándome de esta ciudad de aquella casa y de aquella familia que sentía no me valoraban partiendo hacia Japón, desde pequeña soñaba con venir a este país, me parecía hermoso sus construcciones, el hermoso paisaje y su cultura.

realmente no sabia a lo que me estaba enfrentando al llegar, camine por el aeropuerto con un escaso japonés que al parecer los residentes nativos a duras penas comprendían,  aquella ciudad que me acogió el primer día era una completamente diferente a lo que me esperaba. 

—Oye tu... ¿buscas donde hospedarte? —fueron las palabras de aquel hombre corpulento 

—no—de inmediato negué con la cabeza y comencé a correr, aquellas calles me resultaban todas iguales los pequeños anuncios de restaurantes en aquella callejuela me cegaban por completo, mire varias veces hacia atrás para cerciorarme de que nadie me seguía. 

este ritual se repitió varias veces, al salir del distrito me di cuenta que en aquel lugar había muchos lugares de entretenimientos para adultos, Japón tiene reglas estrictas para la prostitución por lo que es ilegal ganar dinero en dicho negocio, aun así durante aquella noche las luces de Neón invitaban a sus transeúntes a disfrutar de los placeres de algún salón rosa cercano o algún Soapland incluso un sumata  

la imagen que tenia de aquel lugar tan majestuoso lentamente se derrumbo, no tenia a donde ir poco sabia de deambular sola por otros países, solo había viajado en mi propio país, mi teléfono no funcionaba siempre marcando fuera de cobertura.

—Disculpa, no puedes caminar tan noche esta calle es peligrosa —la voz de una joven muchacha me distrajo de aquellos pensamientos tristes 

—Lo lamento, no sabia 

—Es peligroso, ¿eres turista? —mire su atuendo detenidamente, llevaba unas botas de charol negras hasta arriba de las rodillas, unas calcetas blancas que cubrían piernas hasta un poco abajo de sus glúteos, una falda escocesa realmente corta y una chaqueta de cuero. 

—si, llegue hoy 

—¿No tienes donde pasar la noche? —me sorprendió su habilidad con mi idioma, negué con la cabeza mirándola, me sentía a salvo ahora que había encontrado a alguien amable 

—Sígueme

tome mi maleta sobre mi hombro, no llevaba mucho unas cuantas mudas de ropa y el ultimo libro que había comprado antes de marcharme, camine tras de ella la gente nos miraba murmurando, suspiraba al escuchar sus susurros, pero ninguna persona se atrevió a decirlo en voz alta.  

Doblando en una esquina la joven señalo un negocio que parecía ser una tienda de mangas.

—Disculpa no quiero comprar mangas —dije sonriendo 

—No seas tonta en ese lugar puedes dormir por una cantidad mucho más económica que un Hotel o ¿quieres un hotel capsula? —me pregunto con una sonrisa 

—¿hotel capsula? — fruncí el seño mirándola 

—no es lo que te imaginas, rentas una capsula solo para dormir, puedes meter tus pertenencias pero es muy estrecho, En este manga café puedes rentar un espacio, ordenar comida y dormir tranquilamente 

—Entiendo —moví mis manos nerviosa, no creía en dios pero en este momento estaba rezando para que escuchara mis suplicas

—Bueno, suerte y Bienvenida a Japón —al escucharla decir aquellas palabras una sensación de miedo me invadió 

—Disculpa ...mi teléfono no funciona 

ella regreso contrariada, extendiéndome la mano. le di mi teléfono ella se echo a reír al darse cuenta de lo que estaba mal, mi teléfono no tenia cobertura debía adquirir ya fuese una nueva tarjeta o un nuevo teléfono.

—¿Lo necesitas con urgencia? 

—No realmente 

—Entonces, este es mi numero —anoto en un pequeño papel su numero dándomelo 

—puedes pedir el teléfono en algún hotel cuando encuentres uno, te llevare a comprar uno 

deje que se marchara parecía que tenia prisa ¿ a donde iría tan noche? me pregunte entrando con mi maleta en aquel lugar, el joven de recepción me atendió con amabilidad dándome las indicaciones, entre a un cubículo estrecho ¿Cómo podían dormir en aquello?, suspire mirando el menú delante era verdad que tenían servicio de comida 

aquel centro parecía estar echo de luces millones de luces de Neón.

—Igual que en las vegas —me senté mirando atentamente el manga que había cogido, lo ojee un poco solo para darme por enterada que lo que había estudiado de japonés era insuficiente.  

—¡ah! soy una verdadera Inútil —me reproche dejándome caer, el suelo era acogedor y aun así sentía que quería volver a casa 

aquella noche en aquella ciudad echa de Neón comprendí lo pequeña e insignificante que resultaba ser mi existencia.