Razón N° 1. No me gusta ver porno, me gusta leerlo.

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La música sonaba en el club donde me encontraba, no soy una persona que sale a menudo pero me gusta experimentar cosas nuevas. A lo largo del tiempo que he estado aquí me han ofrecido droga tres veces; las cuáles he rechazado.

El ambiente comenzó a marearme, tantas personas se estaban divirtiendo y yo solo estaba sentado en uno de los sofás tomando ginebra con fresa. Hasta que una chica se me acercó.

- ¿Quieres bailar? - dijo mientras se agachaba a mi nivel y se pasaba un mechón de su cabello corto detrás de su oreja.

- No, yo no bailo - dije sonriendo mientras movía mi mano libre de un lado a otro para indicar que no.

- ¿Por qué no? - preguntó la chica.

-;Estoy algo borracho y me desmayaría si intento entrar en ese bullicio de gente - le contesté sin dejar mi sonrisa.

- ¿Puedo sentarme? - dijo señalando el lugar cerca de mi.

Yo solo me limité a asentir y la chica procedió a sentarse.

- ¿Tienes novia? - me preguntó acomodándose en el sillón.

- No, no teng... - la chica no me dejó terminar la oración y comenzó a besarme.

¿Saben? No voy a desaprovechar esta oportunidad, la chica es linda y me da igual si no me preguntó antes.
La tomé de la cintura con mi mano izquierda acercandola más a mi y con mi mano derecha la tomé del cuello haciendo el beso más intenso. Nos separabamos en pequeños lapsos, solo para respirar y volvíamos a lo nuestro. La lengua de la chica rozaba con la mía y eso me prendía demaciado, ella besa bien; no es como las demás que quieren meter su lengua en tu garganta.

- Acércate más - dije subiendo a la chica en mi regazo tomándola de la cintura con ambas mano.

Seguimos besándonos y pequeños gemidos salían de ambas bocas; hasta que ella mordió la parte de mi labio donde se encontraba un piercing, justo en medio. En ese momento dejé de besar sus labios y comencé a besar su cuello bajando a su clavícula, era lindo su cuello, el collar de girasol que lo adornaba me parecía adorable.

- ¿Quieres ir a mi casa? - preguntó la chica susurrando en mi oído.

- Prefiero ir a la mía - dije subiendo a su oreja.

- Perfecto ¿Tienes auto? - tomó el lóbulo de mi oreja con su boca, dios, era tan caliente.

- Tengo moto, pero puedo llamar a un Uber - dije separandome de ella un momento y mirarla a los ojos.

- Vamos en mi coche entonces.

No le respondí más, la tomé de la mano y salimos hacia su coche, en el camino no pasó nada extraño, le dí mi dirección y condujo hasta mi departamento.

Llegamos en poco tiempo, mi departamento no estaba muy lejos del club donde estábamos antes.

Justo después de abrir el departamento con las llaves y entrar, ella se lanzó a seguir besándome y yo correspondí, esta vez los besos eran más calientes, la chica se acercó mucho a mi y sus pechos se sentían en mi pecho. Era mágico.

Seguíamos besándonos mientras yo guiaba mis pasos hacia mi habitación; llegamos y ella me tiró a la cama, se quitó la blusa que traía y yo me quité la camisa. Ella se agachó hasta mi lugar y comenzó a besar mi cuello, sus besos eran húmedos, se podía sentir como en algunos lugares ponía más presión dejando pequeñas marcas. Yo me límite a rozar mi rodilla en su entrepierna tratando de exitarla igual que yo.

Yo ya estaba duro, mi entrepierna comenzaba a apretarse dentro de mi pantalón, ella lo notó y lo desabrochó quitando su atención de mi cuello.
Sacó mi miembro del boxer y lo tomó con sus manos calientes.

20 razones para no enamorarte de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora