20 razones para no enamorarte de mi.

Razón N° 6. Mis amigos son personas extrañas.

Dejando un lado que acabo de follar con mi contrincante, me siento bien, me siento listo.

— Bien, chicos, está es la segunda ronda de preguntas, las instrucciones son las mismas, yo digo la pregunta y el primero que toque el el botón rojo y contesté correctamente acumula un punto. Al final quién tenga más puntos pasa a la siguiente ronda. ¿Quedó claro?

— Muy claro — dije animado.

— Por supuesto — dijo el chico a mi lado.

~

Terminando la sesión acumulé 7 puntos, las preguntas teóricas eran más de memorización y sobre personajes de matemáticas, claramente terminé ganando.

Al salir del salón me dirigí a la cafetería para comprarme un sándwich de embutidos y me encontré con Ari, es curioso, ayer estaba fastidiandome pero hoy la noto algo triste ¿Debería hablarle?

Está bien, tal vez ayer les dí la mala impresión de que la odiaba, pero no es así, solo me molestó su pésima actitud de querer investigarme. Al diablo, voy a intentar establecer una conversación.

— Hola — dije sentándome a su lado abriendo mi sandwich.

Ella volteó a verme y la sorpresa estaba puesta en sus ojos, ella no entendia que el chico que la trató mal ayer estaba sentado con ella intentando hablarle.

— Hola — me dijo con una media sonrisa.

— Lamento incomodarte con mi asqueroso sandwich, solo noté que estabas algo triste y yo estoy aburrido. ¿Te parece contarme? — dije dándole una mordida a mi sandwich.

— Tú no me cuentas nada de ti. ¿Esperas que te cuente algo de mi? — dijo mientras se volteaba a mirar sus manos.

— Bueno, yo soy alguien que no le cuenta nada a nadie y tú eres alguien que habla hasta por los codos, es raro verte apagada. — le di un intento de sonrisa.

— No me conoces ¿Por qué asumes que hablo hasta por los codos? — me miró con el celo fruncido.

— Tienes razón — suspiré — No te conozco, no debería asumir nada de ti, me voy — me levanté de la mesa y ella se sorprendió.

— No, espera, solo estaba jugando, al parecer en el poco tiempo que nos conocemos has hecho un análisis sobre mi casi perfecto. — dijo tomando la manga de mi sudadera.

— No es para tanto — reí.

— Ah, sabes reír — dijo ella riendo también — Pensé que solo eras una cara amargada.

— Oye también puedo reír — le dije mientras me sentaba — No tienes que contarme como te sientes si no quieres, solo me acerqué para darte una disculpa decente, ayer estaba tan molesto conmigo mismo y con los demás que no medí mis palabras.

— ¿Contigo mismo? — puso su mano en la mejilla mientras se daba cuenta que no debía preguntar cosas personales de nuevo — Oh, no tienes que decirme, lo siento.

— Hagamos una cosa. Yo te digo porque me sentía mal ayer y tú me dices que te pasa hoy. ¿De acuerdo? — Era un gran paso pasa mi, no me gusta relacionarme, pero creo que merece esto.

— Bien, tú primero — se inclinó sobre la mesa y se recargó en las brazos los cuales estaban acomodados en forma de nido.

— Yo, bien a mi no me gustan las personas nuevas, no me gusta el ciclo que tiene la "amistad", irónicamente he tenido muchas amigos, pero casi ninguno se queda y esto me frustra demasiado. Al ver que eras tan insistente por conocer cosas que a casi nadie le importa me fastidié y terminé estallando, lo siento mucho. — escondí mi cara entre los brazos de igual manera que ella. — Es todo lo que estoy dispuesto a decir.