La forma en la que decido querer y la intensidad con que lo hago me limita.
Y no elijo, es cómo aprendí, no se si se puede cambiar, no se sí debería.
Por momentos pienso que me encuentro entre un estado de cierre ante cualquier tipo de afecto, como un mecanismo, aunque realmente quiera una fuerza evita que pueda abrirme. O en un estado de éxtasis, estabilidad en el que creo que realmente estoy haciendo lo correcto, pero dudando todo el tiempo de si realmente estoy haciendo bien o si me estoy confundiendo.
No querer te oxida, pero hacerlo esta fuera de mi alcance por momentos.
Se siente como no haber aprendido el trato de manera sensible con el otro como basado en lógica y no en sentimientos.
La vida me formo de esta manera, creyendo que en cierto punto estoy haciendo algo malo, porque en el momento en que un sentimiento de angustia me llena y me deja vacío e inerte, siento que es por una acción que cause.
No se si es mi culpa, pero creerlo va encontra de lo que yo puedo dar, porque da pie a una opción de cambio, entre el sí y el no. El sí, quiere decir que yo estoy haciendo las cosas mal y el no, refiere a que es lo que puedo dar y no puede ser distinto. Pero me gusta más la idea del cambio, tambien aprendí eso.
Entender lo que quiero y saber lo que puedo dar.
Creo que no soy capaz de sobrellevar lo que quiero, porque no tengo las herramientas para mantenerlo.
O simplemente es miedo, uno que busca eso, no dejar que encuentre la manera de dar mi afecto y cultivar lo que genere.
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¿Acaso estas llorando?
Non-FictionIdeas y pensamientos del momento, catársis, desahogo o realidad connotativa de lo lógico.