-Tree

717 73 24
                                    

Ya casi habían pasado cuatro meses prácticamente desde mi llegada a la ciudad de Edda, todo va muy bien dentro de lo que cabe, realmente me está gustando vivir aquí en realidad, aún no se mucho sobre mi o más bien mi antigua yo, Hela, solo se lo que me ha contado Wotan bueno podría decirse que Odin, y algunas cosas que eh investigado por mi cuenta pero internet no es tan fiable como piensan.

-Dios, todo es tan lindo!- dije feliz mientras marcaba otras botas en aquel catálogo entre mis dedos.

Una amiga de mi padre lo había traído está semana para ver si es que quería comprar algo, aunque muy amiga no creo que sea, la puerta de mi habitación se abrió dando un portazo causandome un sobresalto y haciéndome brincar en la cama y lanzar el catálogo a lo que sea que abriera la puerta.

- Papá!, ¿Que te sucede casi me da un paro cardíaco?!- grite con una mano en el pecho.

-Los Paros cardiacos solo le dan a ancianas- dijo a carcajadas mi padre sentándose a los pies de mi cama.

-Jaja que gracioso eres, me muero de risa- hablé sarcásticamente pero termine riéndome por su cara.

-¿Y que hacías eh?- cuestionó dándome el catálogo del suelo.

-Nada, ya sabes solo marcaba unas cosas que me gustaron- señale el catálogo entre sus manos.

-Vas a mandarme a la quiebra si sigues comprando tantas cosas- dijo dándome el catálogo mientras reía.

-¿Hoy no vas a salir con Magne?-me pregunto.

-No, está lloviendo y no estoy de ánimos como para caminar medio hora hasta su casa bajo la lluvia- respondí obvia.

-Ah si, pues yo te tengo la solución, ten- me entrego una pequeña caja de color lila.

La tomé entre mis manos con cuidado, realmente esperaba unos aros o un brazalete, aunque realmente no se cómo eso sería una solución para no mojarme al salir a la lluvia.

-¿Es para mí?- cuestione sacando una llave de auto que estaba en la caja.

-Si!, Feli cumpleaños hija, échale un vistazo- señaló la ventana de mi habitación que daba justo a la entrada de la casa.

Corri directo a esta levantándome de puntas, en la entrada había un lindo Jeep en color negro con un gran molo rojo sobre el techo de este, corri lanzandome a los brazos de mi padre y abrazándolo.

-Ev solo asegúrate de que está vez no acabe en el en fondo de ningún lago, hay que cuidar el agua- salió de mi habitación luego de sacudir mi cabello.

Demonios era el mejor maldito regalo de toda la vida, es literalmente el mejor día de mi vida, ahora soy una adulta y además ahora tengo un auto nuevo. Me di una ducha rápida y me vestí con ropa deportiva cómoda, deje mi cabello suelto aún húmedo y subí a mi nuevo auto.

- Eres tan increíble- susurré tocando el volante y tome rumbo a casa de los Seier.

La música sonaba mientras estacionaba mi auto frente a la casa de los Seier, baje y golpee la puerta suavemente tres veces para que la señora seier me abriera con aquella sonrisa amable que solía tener.

-Hola Ev, entra vamos- me pidió dejándome pasar.

Ambas nos encontrábamos charlando en la cocina mientras le ayudaba a hacer de comer ya que Magne y Laurits habían salido a comprar algunas cosas al supermercado.

-Y entonces....- La voz de Laurits se escuchaba por la entrada hablando con Magne pero cuando estuvo frente a mi se quedó en absoluto silencio.

Magne me sonrió y corrió dejando las bolsas de la compra sobre la mesa caminando a paso rápido a mi lado para estrujarme entre sus brazos.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐎𝐃𝐃𝐄𝐒𝐒 𝐎𝐅 𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇 | 𝘓𝘈𝘜𝘙𝘐𝘛𝘚 𝘚𝘌𝘐𝘌𝘙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora