𖤜 Línea Erotica | ᶜʰᵃⁿˡⁱˣ

• Tres•

Era una tarde muy soleada, el cielo estaba despejado, apenas había nubes decorándolo. Los pájaros cantaban con alegría y entusiasmo y muchas personas se encontraban fuera disfrutando de un buen día. A pesar del día tan agradable que nos ofrecía el cielo hoy, estaba en mi casa jugando a un videojuego como de costumbre.

Mi vida no era alocada, divertida ni mucho menos. Mi vida era monótona y bastante tranquila. Podría haber optado por ir al parque de atracciones con MinHo y JiSung, pero iban más personas aparte de ellos y eso no me convenía tanto, por lo que puse una toma excusa para no tener que ir.

Miré mi reloj y marcaban las cuatro y seis de la tarde, Christopher había entrado a trabajar have tan sólo unos minutos. ¿Le molestaría mucho si le llamaba? Bueno, su trabajo se basaba en responder llamadas, así que no debería importarle.

Pausé el juego y cogí mi móvil dispuesto a llamarle y así conversar un rato con él sin ser interrumpidos. Al final esto iba a acabar convirtiéndose en una costumbre.

Tres toques y la voz de Christopher apareció.

—Erotic line, buenos días. Está hablando con...

—Christopher Bang, lo sé. Y también sé que estás a mi servicio— le interrumpí su saludo con diversión.

—Vaya, Félix, no te esperaba tan temprano— sonó animado.

—Y yo no me esperaba que fueses a reconocer mi voz.

—Nadie interrumpiría mi saludo a excepción de ti.

—Tienes razón— sonreí.

—¿Se te va a hacer costumbre llamarme todos los días?— preguntó.

—No sé, ¿debería?

—Como quieras, ya sabes que estoy a tu servicio— contestó con doble sentido.

—Es un honor saber eso, Christopher Bang— reí.

—¿Qué se te ofrece hoy?

—Me gustaría hacerte varias preguntas de nuevo, en esta ocasión estás en todo tu derecho de elegir si quieres responder o no. ¿De acuerdo?

—Muy bien, adelante— me dió pasó a qué comenzase con las preguntas.

—¿Cuál es el tiempo que más sueles durar con tus clientes?

—No me esperaba esa pregunta para nada— rió levemente—. Lo que más suelo durar es entre veinte y treinta minutos. Casi nunca es menos a no ser que esa persona tenga más facilidad de terminar o aguante menos— aclaró.

—¿Te pones cachondo con algunas llamadas?— me sonrojé demasiado al hacer esa pregunta.

—La verdad es que no, no me provocan los gemidos de los demás ni nada. Aparte, no sé cómo son esas personas y me da grima eso de ponerme cachondo por alguien que ni siquiera he visto. Así que no, no me pone— respondió con toda la sinceridad.

—Entiendo, pienso que a mí me pasaría igual que a ti.

Nos quedamos unos segundos en silencio, por lo que decidí hacerle otra pregunta.

—¿Te gusta más que te llamen chicas o chicos?

—Me da igual. Soy bisexual, no tengo problema con ninguno de los dos géneros. ¿Tú eres bisexual también?— se atrevió a preguntarme.

—Sí.

—Guay.

—¿Quieres que use tu servicio y te dé dinero?

Hice esa pregunta de broma, pero él se la tomó en serio.

—Como quieras, el dinero nunca me viene mal— rió levemente.

—¿No te daría vergüenza tener sexo telefónico conmigo?— fruncí el ceño.

—Bueno, tal vez un poco porque hemos mantenido conversaciones normales desde el principio. Pero si tú algún día quieres, es mi trabajo hacerte disfrutar— dijo con simpleza.

—Si tú no disfrutas yo tampoco, hyung.

—¿Lo dices por lo de que no me provocan las llamadas que tengo?— cuestionó para asegurarse.

—Exacto.

—Ya sabes que no sé cómo eres. Por mucho que contigo esté manteniendo conversaciones normales, eso no significa que me vaya a sentir distinto.

—Lo sé, aun así no quiero nada de eso.

Mi idea era siempre rechazar la posibilidad de hacerlo.

—Estás en tu derecho de elegir.

—No insistes, eso me gusta— elogié.

—Mi deber no es ese, solo quiero que te sientas cómodo.

—Y realmente lo logras, siento como si estuviese hablando con un amigo— confesé.

—Me alegra mucho saber eso. Yo me siento igual, y de verdad que me agradas. Puedes llamarme siempre que te apetezca.

—Muchas gracias, Christopher. Me alivia saber que no soy un estorbo en tus horas de trabajo— suspiré.

—Nunca pienses eso, me divierte hablar contigo.

—Seguiré llamado entonces— sonreí contento.

—Y yo seguiré respondiendo tus llamadas.

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