Lonelytown

CAPÍTULO 1

Ben

Querida mamá: Han pasado diez años de tu desaparición y aún tengo la esperanza de que algún día te volveré a ver. Suena muy loco, lo sé, pero desde el día que escuché tu voz pidiendo ayuda, no paro de pensar en si realmente necesitas ayuda o solo fue imaginación mía.

Haré lo posible para descubrir todo detrás de tu desaparición, te prometo que nos volveremos a ver y seremos la familia que siempre soñamos ser.

Con muchísimo cariño, Isabella Jones.

Olivia, mi madre. Ella desapareció cuando yo tenía tan solo 7 años. La dimos por muerta cuando no encontramos rastros de ella. Enterramos un ataúd vacío en el cementerio del pueblo, el único cementerio que había allí. Era como si se la hubiera tragado la tierra, desapareció de la nada, un 6 de julio en el año 2010.

La extraño, la necesito.

Mi padre para que yo no "sufriera" tanto, lo que hizo fue vender la casa en la que vivíamos los tres y mudarnos a este pueblo, Lonelytown. 

Para mi, fue una pésima idea, yo me sentía cómoda en esa casa, sentía como si mi madre estuviera allí conmigo y por esa razón no quería irme, pero no podía contradecir a mi padre, asique solamente, obedecí.

Y fue ahí, cuando las cosas se empezaron a poner raras y misteriosas. Una noche, aún mi padre trabajaba, oí la voz de mi madre. Lo vi casi imposible.

¿Cómo podía ser eso cierto?.

¿Acaso era solo mi imaginación o realmente estaba pasando?.

Aquella mañana que empezaba mi último año de secundaria no paraba de pensar en ello.

Mientras desayunaba trataba de buscarle sentido, pero no lo encontré asique seguí desayunando.

El regaño que mi madre me hacía cuando era pequeña recorre por mi mente.

"Llegarás tarde en tu primer día de clases, apúrate".

-Mierda-Me dije a mi misma al ver mi móvil y darme cuenta de que eran las 8:15 am. Terminé de un sorbo el poco café que quedaba en mi taza, comí el último waffle que quedaba en mi plato, agarre mi mochila, la carta que le hice a mi madre, y salí rápidamente de mi casa.

Necesitaba pasar por la casa de Ben, el mensajero.

Lo aprecio mucho, desde que nos mudamos a Lonelytown él ha sido muy bueno conmigo, lo que si, él no comprende porque mando cartas al cementerio si se supone que allí están los muertos. La tarde pasada, al dejarle mi segunda carta, me tomé el tiempo de contarle lo que había sucedido. Supo comprenderme y decidió ayudarme y no verme como una loca.

Toco su puerta y este sale en pijama. Al verme, frunce el ceño.

-Hola Isabella, ¿Qué haces aquí?, sabes que hoy es mi día de descanso-Dice con la voz ronca, de seguro recién se levantaba.

-Lo siento Ben, estoy algo apurada, ¿podrías dejar esta carta en donde siempre?-Extiendo el brazo y le muestro la carta.

-¿Segura de que quieres seguir enviando cartas?, dime, ¿Crees que lograrás algo con eso?-Acepta la carta y la deja en la mesa que estaba a un lado de su puerta.

-Te prometo que es la última-Hago una seña de saludo con mi mano y me voy caminando bastante rápido. Vi como Ben cerraba la puerta lentamente, probablemente seguiría teniendo sueño.

Llegué.

Al fin llegué a la secundaria.

Era nueva. Desde que nos mudamos no he ido a la escuela, aunque mi padre siempre fue exigente con ese tema, logró entenderme y darme un descanso.