Capítulo Único.

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Suspiro al segundo que me siento en mi escritorio, trato de relajarme un poco por los días del carajo que he llevado

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Suspiro al segundo que me siento en mi escritorio, trato de relajarme un poco por los días del carajo que he llevado. El café dulce llega a mis labios y es un éxtasis. Disimuladamente observo mi lugar de trabajo, mis compañeros ríen mientras otros observan las revistas que han publicado. En parte son idiotas. Dejo la taza a mi lado derecho, y busco algunas nuevos casos que la policía haya publicado, las ventajas de ser una periodista de un canal de televisión son variadas, más si se tratan de casos sin explicaciones o asesinos en serie. Tomo una liga de mi muñeca y recojo parte de mi cabello corto, que llega a mis hombros, algunos mechones quedan al aire.

Unos pasos se aproximan hacia mi; — Brief, hay un nuevo caso. — Habla directamente Raditz, al momento que deja unos documentos sobre mis libros.

Dejo lo que hago y lo observo, — que modales te cargas, eh. — Respondo irónica. Tomo los documentos para leerlos.

La risa del pelinegro llega a mis oídos. — deja de molestar y haz tu trabajo.

— Eso hago, — sonrió al momento que arrugo mi nariz y nuevamente los dejo en el escritorio,— siempre lo hago, ¿recuerdas el misterio de la cabaña? Tu mejor noticia. — me cruzo de piernas, puedo ver como su expresión cambia a una de enojo.

— Una de tantas.

Guarda sus manos en sus bolsillos. — por esa razón iras al centro psiquiátrico Friedrichshafen.

¿Qué? Rápidamente me enderezó, para luego levantarme y apoyar mis manos, — ¿enloqueciste? ¿por qué carajos iría allá? — protesto, arrugando mi ceño.

Raditz se acerca unos pasos y se cruza de brazos. — Hay un reportaje que necesito que hagas.

— ¿Y por qué a ese hospital?

— Porqué vas a entrevistar al saiyajin.

¡Lo que me faltaba!

Dejo salir una risa, de seguro esta bromeando. Acomodo mi blusa rosa, para luego limpiar las palmas de mis manos en mi pantalón negro. Niego con una risa, — ¿otra de tus bromas? — cuestiono.

— No, hablo muy enserio.

— ¿De verdad quieres qué vaya y entreviste a ese maniaco? ¡es un asesino!

Él pelinegro se carcajeó, para luego acariciar su frente, — ¿después de tanto le tienes miedo a ese asesino? — tanteó una broma que no fue de mi agrado.

— Simplemente le digo porque ya hice su reportaje hace un año, no tiene caso.

— Exacto, y lleva un mes en ese centro psiquiátrico, es la oportunidad perfecta para que él diga como asesino a tantas personas.

Entierro mis uñas en mis palmas, no puedo protestar, seria demasiado obvio para mi. Bufo para luego asentir a regañadientes. — lo haré, ¿Cuándo es la entrevista?

My Strange Addiction. || V.B ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora