─Tercero.

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—Lix...

—Los supresores. —Felix presionó su estómago con sus dos manos, tratando de que el dolor se fuera aunque sea un poco.

Él quería que el alfa mayor lo consistiera, lo besara por todo el cuerpo, quería enterarse en el cuello del alfa mientras esté maltrataba su interior con embestidas poco amables.

Pero estaba enojado.

—¿Qué? —preguntó el de rojos cabellos, totalmente incrédulo.

—Los supresores. Dámelos. —ordenó débilmente. El mayor maldijo pero aún así fue por aquel frasco de pastillas y un vaso de agua, dejándolos en las manos del omega. Felix tomó unos minutos para sentirse un poco mejor levantándose para irse al cuarto y dormir.

—Ese omega tiene el orgullo más grande que su trasero y vaya que ese hermoso culo es enorme. —murmuró. Fue en dirección al baño y se encerró, tenía que arreglar un gran problema ahí abajo y tratar de tranquilizarse porque aunque no lo demostrara, sentía a su lobo retorcerse de enojo al ver como el omega no le daba el permiso de ayudarle con su celo, siendo grosero y mandón. Un rechazo que hirió tanto a su lobo como a él.

Y ni se diga de el aroma que se llevó todos sus sentidos por completo, queriendo tomar a su omega ahí mismo, pero Chan a pesar de sentir una gran necesidad por consumir al más pequeño, jamás haría algo que Felix no quisiera.

🍚

Hay tres cosas por las que Felix odio esa mañana.


Primero, despertó demasiado agitado, su entrada estaba claramente mojada y su estómago era molestado por unos grandes tirones.

Segundo, tuvo sueños húmedos con su novio y el alfa se encontraba al lado de él, durmiendo tranquilo.

Y tercera, el aroma del mayor realmente lo estaba matando. Su lobito era muy desesperado y pedía a gritos que dejara que su alfa lo tomara como en todos sus celos.

-Lobo enfadoso, ¿Puedes ser menos desesperado? -enojado y adolorido, se recargo en el respaldo de la cama sin querer despertar a Bangchan, sintiendo ha marchar las sábanas con el lubricante y sus pezones se encontraban demasiado levantados y sensibles. Una erección entre sus pantalones molestando.

Alfa

Felix gimió. Estaba mucho más sensible y el aroma a tierra mojada solo lo volvía más débil.

Miró al chico a su lado, recordando los sueños que tuvo.

Chan arriba de él, dando directamente en su punto dulce mientras le susurraba cosas excitantes al oído. O el arriba del alfa, brincando en su largo y grueso pene mientras esté tiene sus manos en su cintura y da embestidas hacia arriba, ayudándole con el trabajo. Tal vez podría ponerse en cuatro, Chan entrando y saliendo de él duramente, sintiendo el largo falo llegar hasta su estómago.

Gimió de nuevo, sus ojos cristalizandose. No resistió más, se subió al regazo del mayor, poniendo sus manos en el duro pecho bajo él. Queriendo sentir fricción, movió sus caderas, su trasero mojado en el bulto de Bangchan con una notable erección mañanera que sólo alteraba las feromonas del menor.

—C-channie...despertar, por favor...ah —cuando miro a Bangchan respirar demasiado rápido, removiendo su cuerpo incómodamente se sonrojo porque supo que estaba despertándose.

—¿L-lixie? —miró con un solo ojo abierto al omega, mientras de su boca salían jadeos al sentir su erección ser apretada por el precioso culo de Felix. Dios, sentía la lubricación de Lee traspasar sus pantalones de pijama. Gimió cuando sus sentidos se agudizaron más, el aroma de Felix embriagándolo por completo.

Mirar a su precioso omega brincar en su regazo, todo necesitado y sonrojado, solo aumentaba sus ganas de hacerle el amor.

—Hy-hyung, ¡A-ayudeme! —pidió con su voz demasiado débil.

Chan sonrió. Esto sería muy placentero.

Oh, claro que lo haré, mi amor.

Enojado  ִֶָ  𝗖𝗵𝗮𝗻𝗹𝗶𝘅 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora