Prólogo

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Ya es invierno y sigo tan jodida como hace 5 meses. Ese puto verano, ojalá simplemente hubiera acabado con mi vida cuando tuve la oportunidad. Aunque ya no me vale de nada replantearme que hubiera pasado, supongo que nunca lo sabré.

Tengo frío, mucho frío. Siento como mi cuerpo empieza a temblar al sentir la brisa marina golpeando mi pálida piel. Siento como el poco sol que quedaba se va desvaneciendo y perdiéndose en el horizonte, dando pie a la noche.El momento perfecto para esconder un cuerpo, o eso dicen siempre en los libros y series de asesinatos.No porque yo necesite esconder uno eh, o al menos ya no.

¿Conocéis el efecto mariposa? Seguro que sí, pero os lo voy a explicar de todas formas. Esta teoría explica como el mínimo cambio, la mínima acción que realicemos, puede conllevar unas consecuencias increíblemente drásticas e inimaginables, como es el caso de mi historia.

Todo comenzó por un despiste, ese maldito despiste que ha generado que esté ahora aquí, en el suelo del barco al que llamaba hogar, desangrandome hasta morir ya que nadie parece venir a ayudarme. Estoy sola, y siempre lo he estado...

Me lo merecía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora