Capitulo 2:

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 "Escribí esto para mi más bello amigo

pero, mientras trataba de mostrar

que no me importaba,

intentaba no hacer todos

mis movimientos a la vez

para no ahuyentarlo

él no puede ver que me vuelve loco ahora

No creo que sepa que es asombroso, cómo

me tiene aguantando la respiración

así que no supondré que soy poco

apropiado, apropiado para él

y si me preguntas por lo que

estoy sintiendo, es elogio

y oh se va a demostrar

la moraleja del cuento es

chico quiere al chico y así continua

pero la manera como se desarrolla

aún se está por contar."                                                                

*6 años después*

-¡Harry apúrate o llegaras tarde! –Gritó Anne desde la planta baja.

-Ya voy, no me apures. –Respondió molestó el menor.

-En un rato vendrá Louis a recogerte, lo retrasaras a él también. –Dijo la mujer sabiendo que de esa forma su niño de ya catorce años se apuraría.

-Ya estoy mamá. –Contestó saliendo de su habitación y dirigiéndose a la cocina. -¿Me veo bien?

-Estas hermoso, amor. –La mujer acarició los risos chocolate de Harry. –Solo irás a la escuela, no tienes porque preocuparte tanto.

-No es solo eso, también... también esta Louis. No quiero que me vea feo. –Confesó y sus mejillas re tornaron de un rojo carmín.

Antes de recibir una respuesta, el timbre sonó y el rizado se abalanzó sobre la puerta para poder abrirla y recibir a quien era su mejor amigo, por más que el sintiera más que solo amistad por él.

-¡Harold! –Exclamó el castaño proporcionándole un ligero abrazo. -¿Estás listo?

-Claro. –Tomó su mochila y antes de irse saludó a su madre. -¡Adiós mamá!

-Adiós, cariño. –Respondió Anne con una sonrisa. Ella sabía que su hijo siempre se veía más feliz cuando estaba en compañía del muchacho de ojos azules.

-Hoy en la noche Zayn dará una fiesta- Comentó Louis. –Supongo que iremos, ¿No?

-No... no lo sé. Sabes que eso de las fiestas no es lo mío. –Dijo el rizado con algo de pena.

-Anda, vamos, te divertirás. –Rio el ojiazul proporcionándole un leve empujón a Harry. –Además quiero confesarte algo muy importante y solo si vas podré decírtelo.

-Está bien. –Aceptó el menor, pesando que quizá, solo quizá esa sería la noche en la cual al fin podría tener la historia que tanto había deseado con Louis.

10:00 PM.

Harry daba vueltas por todo su cuarto buscando algo decente que ponerse. Había decidido que ya era hora de dejar se esconderse, hoy le diría la verdad a Louis, le diría que estaba perdidamente enamorado de él desde que lo conoció.

10:30 en punto sonó el timbre de la casa de rizado, y este salió disparado, no podía ver la hora que estar con su chico de cabellos castaños y piel bronceada. Pero cuando abrió la puerta en la cara de Harry se pintó una gran mueca de decepción. Junto a su amor se encontraba una chica de pelo largo color chocolate.

-Hola, Harold. Ella es Eleanor, una amiga, espero que no te moleste que venga con nosotros.

-Eh... No, claro que no. –Respondió el ojiverde.

Sin decir más, se dirigieron hacia el auto del mayor. La muchacha se sentó en el asiento del copiloto, lugar que siempre ocupaba el rizado, haciendo que este se sentara en la parte de atrás.

En todo el trayecto nadie dijo nada más que algunas palabras de Louis, quien intentaba aligerar el ambiente. Sabía que su amigo estaba molesto y era por su culpa. Por otro lado, Harry se sentía traicionado,  pensó que esa noche sería especial, que al fin tendría lo que tanto había anhelado. Aunque no se rendiría tan fácil, en algún momento la nueva amistad de su chico se alejaría de ellos y tendrían su momento, estaba decidido, cueste lo que cueste declararía su amor. 


365 días contigo. |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora