CAPITULO 30

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Estábamos acostados en la cama abrazados entre las sábanas blancas. Me tenía rodeado de la cintura y yo la rodeaba con mis brazos mientras le acariciaba la cabeza.

- ¿Y donde quieres que nos casemos bonita?- pregunté y ella suspiró.

- Me gustaría casarme aquí- respondió- aquí nos conocimos y aquí nos enamoramos-.

- Me gusta la idea- dije- pero ahora no solo eso, si no que también aquí te pedí que te casaras conmigo-.

- Cierto-.

- Te imaginas una boda en la playa- suspiré- sería precioso y muy emotivo-.

- Sería como un sueño- contestó.

- Si si- respondí.

Al poco rato nos levantamos para desayunar, mi familia se iría ese día.

- ¡Adiós!- gritamos Lu y yo al ver el auto alejándose.

El verano acabaría así que Lu y yo tendríamos que organizarnos.

Me senté en el sofá después de despedirlos y cerré los ojos.

- Fer- me llamó y yo abrí los ojos de mala gana- ¿Cómo le haremos para vernos?- preguntó mientras se sentaba a un lado mío y me abrazaba.

- Yo había pensado en que podríamos turnarnos para viajar a ver al otro- respondí.

- ¿O sea como?- preguntó confundida.

- Mira, un fin de semana yo iría a la ciudad a verte y al siguiente tu vendrías a verme- contesté- ¿Qué te parece?-.

- ¡Me parece una muy buena idea!- exclamó ilusionada y abrazó muy fuerte del cuello.

- ¿Cuándo te vas?- pregunté después del abrazo.

- En tres días- respondió- en una semana empezaré a recibir a mis pacientes entonces quiero tener tiempo para prepararme-.

- Me parece bien, yo regreso en cuatro días a trabajar- dije con cansancio- ¡¿Por que las vacaciones de verano pasan tan rápido?!- grité irritado y ella rio.

- No lo se- contestó- a mi también me gustaría que duraran mas-.

Empecé a trabajar de nuevo y a los pocos días Lu también. La primera semana fue difícil, extrañaba sus besos, su voz y sus caricias.

Suspiré triste en mi oficina mientras veía una fotografía de Lu. De repente el teléfono sonó sacándome del transe.

- Abogado Fernando Colunga ¿En que le puedo ayudar?- dije al teléfono.

- ¿Mi cielo?- era Lucero.

- ¡Oh Bonita!- reí y ella también- eres tu-.

- Si- rio- quería saber como estabas-.

- Muy triste porque no estas conmigo- respondí.

- Ay Fer- suspiró- yo también te extraño demasiado-.

- Ya solo faltan dos días para que vaya a la ciudad- comenté.

- ¡Si!- dijo emocionada- Ya quiero que sea viernes-.

- Yo también bonita, yo también-.

Pasaron los días y por fin llegó el viernes. Subí a mi avión y fui directo al trabajo de Lu.

Trabajaba en una clínica y atendía adolescentes en el área de pediatría. Fui a la recepción de su consultorio y me acerqué a la secretaria.

- Disculpe- llamé a la secretaria- ¿Me podría decir a que hora se desocupará por completo la terapeuta?- pregunté.

Mi historia de amor favorita LC❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora