Me encontraba observando las diminutas letras del refresco que tenía en mis manos, habíamos ocupado una mesa en la cafetería.
Isa estaba enfrente de Bert y yo del pelinegro, sentí unos ojos bastantes pesados encima mío, no pude evitar alzar la mirada, sentí una corriente eléctrica al fijarme en dos ojos que reflejaban una oscuridad sin fondo..El chico pelinegro me observaba fijamente, traté de mantener la vista unos minutos más hasta que no pude evitar sentirme tan pequeña antes su feroz mirada
¿Y a este chico que le pasa?
No tenía ninguna pizca de brillo o algo que iluminará la profundidad de sus ojos. Él estaba tan vacío, como si se le hubiera desgarrado la luz del alma quedando en una completa oscuridad..
Reconocida esos tipos de mirada, que con la sombra penetrante gritaban una tristeza, un dolor, una herida que tarda en sanar.Era la misma mirada que observaban en mi reflejo, cuando perdí a mi padre...
-¿Que hora será el juego? - Preguntó Isa haciendo que desviara la vista de los ojos del pelinegro
-Será esta tarde noche - Bert la respondió
Yo no quería ir al partido -demasiada gente - prefiero estar en la habitación, haciendo nada.. Pero Isa me había dicho que no animaría que observaría desde la grada así que estaba obligada a ir..
***
Ya habíamos terminado la última clase del día, nos dirigíamos a la residencia, Isa conducía moderadamente mientras escuchábamos Twenty One Pilots - Level of Concern, se paso cantando durante todo el camino.
Al llegar me di un baño relajante para luego preparar algo de comer, me encontraba en la cocina sentada delante de la pequeña isla devorando un sándwich, pude fijarme en la silueta de Isa con las manos en los costados fulminandome con la mirada -Me hacía recordar a mi madre - Sabía el motivo por el cual estaba de esa manera, ella estaba muy bien arreglada, tenía un monito turquesa con amotas blancas y sus converse blancos.
La cabellera planchada y su rostro naturalmente, sólo con los labios brillosos qué lo hacían que se vieran más rosadas de lo normal.Mientras yo me encontraba con una toalla en el pelo y una enorme camisola oscura que me pasaban las rodillas
-¿Qué haces? - Pregunto alzando una ceja
- Comiendo...
- ¿Piensas ir así? - Se acercó a mí quitándome lo que tenía en mis manos
- ¡Oye! - Protesté
- ¡El partido es a las seis y media Charlotte! - expresó alterada - ¡¡¡Son las seis!!!
- Aún faltan 30 minutos... Dame eso - intenté tomar lo que me pertenecía
- ¡No! en 10 minutos salimos ve a arreglarte - Dispuso dirigiéndose al sofá, dándole un mordisco al sándwich
Puse mala cara dirigiéndome a la habitación, porque se apura tanto, aún falta 30 minutos la universidad esta a algunas cuadras, llegaríamos en 10. No veo la necesidad de apresurarnos...
Cuando estuve lista fui a la sala junto a Isa, ella se encontraba sentada en el sofá esperándome pacientemente
- Estoy lista - Mis palabras hicieron que Isa se levantará para observarme
- Ahora si estás mucho mejor - Se expresó guiñando un ojo
Me había puesto un jeans negro con una blusa peplum mostaza y sneakers blancos, en cuanto el cabello estaba suelto y aún húmedo.
- ¿No que te apurabas? - Pregunté
- Si vamos - Sonríó.
****
Jóvenes gritando, saltando, riendo a carcajadas mientras esperaban que los equipos entren a la cancha de baloncesto, me encontraba en las gradas sentada con las manos en la cabeza, había demasiadas personas no podría creer que todas eran de la universidad.
Isa se encontraba de pie a mi lado con una enorme sonrisa esperando ver jugar a su amado-Vuelvo enseguida - comenté bajandome de las gradas sin esperar ninguna respuesta
Isa había enarcado una ceja para luego volver a prestar toda su atención a la cancha
Necesitaba un poco de aire
Los pasillos infinitos me hacian recordar a una película de terror, trate de desviar todo mal pensamiento mientras seguía caminando, en cuanto pude notar una ventana me acerqué lo suficiente deslizandola, el aire fresco acarició mi rostro, no pude evitar cerrar los ojos y respirar profundamente llenando mis pulmones con oxígeno. El aroma natural del césped y de los árboles me hicieron recordar a mi hogar y lo mucho que extrañaba mi lugar favorito.
Extrañaba estar tumbada observando la casa del árbol, cuando miles de recuerdos invadía mi mente mientras permanecía en el mismo lugar horas y horas, hasta escuchar los gritos de mi madre ordenandome entrar...Aunque el patio la universidad era enorme, con un césped muy bien cuidado y árboles que parecían rascacielos, aún así no podría llegar a comparar con la de mi hogar, de todas formas seguia faltando la casa que mi padre me había construido...
El sonido de una de las puertas abriéndose interrumpió mis pensamientos, -di media vuelta- quede inmóvil ante la figura que tenía a unos pasos.
El pelinegro me observaba fijamente, salió de una de las salas de clases, pero no entendía porque estaba con una vestimenta casual, se supone que es el capitán del equipo debería jugar esta noche, de hecho en 5 minutos...- Hola - Lo saludé algo insegura
No respondió
-¿Estás bien? - Volví a intentar
Silencio
- ¡Tienes un partido en cinco minutos! ¿Porque estás aquí? -volvi a insistir
- No jugaré.... - Respondido finalmente, dando media vuelta y dirigirse a la salida
- ¿Por que? - Pregunté siguiéndolo - ¡Eres el capitán, te están esperando!
- Pronto será Bert el se encargará.. - Estableció con la mirada hacia el frente
-¡¡También te están esperando a ti!!
- No es un partido importante...
-¡Es tu deber como capitán! -Proteste agarrándolo del brazo
No pregunten porque hice eso..
Se detuvo en seco levantando una ceja, podía notar lo tenso que estaba así que lo solté
-¡Si no eres un buen capitán al menos se un buen amigo! Bert y Isa cuentan contigo - Comenté
Nos quedamos observándonos por unos minutos que parecían una eternidad, Patrick no dijo nada más así que pase a un lado dejándolo solo y así dirigirme a la cancha.
ESTÁS LEYENDO
BAJO MI ÁRBOL
RomanceDesde la muerte de su padre Charlotte se ha encerrado en su propio mundo, aunque su madre y su hermano la han tratado de ayudar, ella aun asi ha evitado todo contacto social desde que terminó su colegio. Pero ahora tendrá que afrontar la vida de tod...