Parte 3

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Dicen que uno siempre vuelve al lugar donde fue feliz, pero ¿podemos determinar que aquella felicidad es real?

Actualidad

Con el tiempo mamá se la pasaba encerrada en su habitación, mi hermano trabajaba todo el día y con suerte solo lo veía en la noche. Por eso, estaba sola y me sentía de tal forma, a pesar de que mamá estuviese en la habitación de al lado. De repente oí un ruido y corrí hacia el lugar donde provenía tal escandalo.

─Mamá ¿Qué haces?─. grité al ver que estaba rompiendo todo

─Mis pastillas, dame las malditas pastillas─ Gritó provocando que me asustara. Hoy se la veía cansada y ojerosa, demasiado pálida y muy delgada. ─ Cariño, las necesito por favor dámelas─.

─No tengo tus pastillas─. Respondí seca. ─ Tal vez se te han terminado─.

─No puede ser ─. Repetía una y otra vez. ─Cielo, consígueme más ─. Se agarró la cabeza mientras temblaba

─No, no lo voy hacer─. 

─Entonces vete, malagradecida. Vete─. Gritó eufórica y me empujo para finalmente cerrar la puerta de un golpe

Mis ojos se nublaron y mis lagrimas caían nuevamente, me metí a mi habitación y me tumbe en mi cama. Luego de unos minutos de llorar escuche la puerta principal cerrarse, seguramente ella había salido a calmar su vicio. Su estúpido vicio.

Desperté la mañana siguiente, el silencio permanecía por toda la casa. Decidí levantarme y ver como estaba ella. Entre a su habitación.

Frascos vacíos, otra vez.

Ella aún tirada sobre aquella cama, dormida, quien sabe hace cuanto tiempo, sumergida en aquella fantasía, una falsa idea que esas pastillas creaban en su cabeza. Arrebatándola cada vez más de este mundo.

─¡Mamá! ¡Despierta por favor! ─. Gotas resbalaban por mis mejillas

Busqué mi celular y llame a urgencias, pronto llegaron por ella. 

─Necesitamos llevarla al hospital, ¿eres mayor de edad?─. Negué .─ Pues necesito que llames a uno, aun así puedes acompañarnos en la ambulancia

Un tono, dos tonos y buzón. Mi hermano no atendía. Insistía una vez más y no sucedía nada. No me quedó más remedio que llamar a papá. Atendió luego de unos segundos.

─Tranquila, todo va a estar bien ─.  

─¿No sabes nada de Daniel?─.

─Le dejé un mensaje, esta en camino─. Al rato el medico llegó y mi hermano apareció por la puerta.

─Lo siento mucho, realizamos un lavaje de estomago, pero su intestino estaba muy comprometido debido a la enorme ingesta de pastillas. La señora acaba de fallecer, lo lamento─. 

Caí de rodillas, ¿Acaso es una pesadilla? ¿Cómo puede ser posible que ella nos haya hecho esto?

Dolida, rota, patética y abandonada, así es como me sentía. Quería desaparecer pero también entenderla.

El tiempo pasó y me sentía sin fuerzas para vivir. Mi hermano se había ido a estudiar a Chicago y no me quedó más remedio que vivir con papá y su nueva familia.

─No puedes estar así, necesitas ayuda─. Entró de repente a mi habitación.─ Irás a un internado para ver si cambias tu actitud de "no me importa nada"─.

Mi mirada estaba perdida, solo quería dormir e irme a otro mundo.

"otro mundo"

Esa idea vagaba por mi cabeza, ¿Ella se sentía igual? ¿Pero por qué se sentía así?

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⏰ Last updated: Aug 23 ⏰

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