Empatía.

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-Recuerdo la sangre, el olor metálico y el ardor en mi piel.

Recuerdo identificar frustración, enojo, dolor emocional, una profunda desdicha y el sabor a negligencia en el aire. duda, demasiada duda sobre quien era yo, ¿era el desinteresado monstro egoísta que mi madre describía? o ¿o acaso era una victima de una narcisista en medio de una crisis? ¿mis sentimientos eran reales? ¿estaba sintiendo aquello? ¿y si pretendía sentirlo?¿realmente estoy enferma? o ¿solo soy una adolescente común? una parte de mi que había ido a terapia por tantos años me hablaba con voz dulce y objetiva sobre mis sentimientos y lo que realmente merecía sonando tan irreal mientras que otra voz en mi cabeza me decía mediocre, egoísta, tumor... sonando tan común y familiar,

No había nadie en casa aquel día, había tenido una crisis terrible cuando me arrastre a la cocina sin poder respirar escuchando mi corazón retumbar contra todo mi ser, apenas podía caminar porque mi gata caminaba entre mi pies, restregándose y maullando contra mi, tenia curiosidad y no quería quedarse sola, a mi gata jamás le gusto quedarse sola, por supuesto que en ese momento no pensé en eso, estaba demasiado ocupada buscando un cuchillo para rebanarme las venas, si lo hubiera pensado no habría hecho nada por la culpa rascando mi cuello al pensar dejar sola a mi única compañía, recuerdo veces anteriores cuando lo había intentando, el dolor, lo desconocido, la duda me detenía, al menos en las zonas que me matarían pero esa vez era diferente, era como si nada importara, era como si todo el oro del mundo se hubiera hundido hasta el fondo de las marinas, irrecuperable, nada tenia sentido, era ridículo, estático, como estar dentro de la niebla, el cuchillo se deslizo como si mi piel fuera... mantequilla, fácil e inocente como la curiosidad de un niño.

Había estado sola todo el día, no tome mi medicación, tampoco había estado durmiendo bien, había estado aislada de mis amigos, de mis redes, de mi familia, no creí que alguien llegaría pero mi suerte era mala, el novio de mi mama me encontró un maldito minuto después, creo que ni siquiera fue un minuto, sentí tanto pánico cuando escuche el sonido de sus llaves, de sus paso y la puerta principal siendo abierta, estaba segura que estaría sola al menos unas dos horas mas, al menos para poder perder suficiente sangre, pero me equivoque, desperté en el hospital unos días después, viendo esos malditos ojos juzgándome, ante los doctores se veía tan pasiva, tan buena, tan preocupada, un alma martirizada por mi egoísta mano, se veía tan honesta que r-realmente... me hace dudar de quien soy, pero en el fondo de sus ojos podía ver el oyó repúgnate y rebosante de sus mentiras ponzoñosas y de sus palabras crueles, insistiendo que era mi deber ver por ellas, en ayudarla, que era mi deber tener un poco de empatía y yo...

-Honestamente no lo veo de esa forma.- Comento con una voz tan tranquila, casi susurrante.

-Entonces ¿de que forma lo observa? Doctor Lecter.- cuestione confundida.

-Bueno, la maternidad es una experiencia muy complicada y difícil en si, por supuesto, pero nos nos concentraremos en eso ahora, no somos madres como para saber sobre esa experiencia terrenal, algo que si tenemos en común es que somos hijos, así que, en toda situación el deber de los hijos no es ser el apoyo de su madre, al contrario, el deber de una madre es ser el apoyo de sus hijos, por otro lado, usted lleva años en terapia, a su madre se le a informado de su estrés post traumático, ella sabe de sus medicamentos, de su TDAH, de su depresión y ansiedad, su madre sabe que usted esta enferma y trastornada, aclaro, no la describo de forma despectiva, sino objetiva.

-Entiendo.

-Mi punto es, usted es claramente inestable, ella lo sabe, y aun así sigue buscando un apoyo en alguien que no puede sostenerse a si misma, y no solo eso, sino que espera que una persona enferma actué como si no lo estuviera.

Lo mire a los ojos mientras una lagrima rabiosa se deslizaba por mi rostro, esas palabras me habían dado un poco de claridad, podía sentir la empatía objetivo y la sinceridad deslizarse sobre mis oídos, podía ver entendimiento.

-Siempre me he sentido culpable por no tener la habilidades que se me exigían, por no poder cumplir a la perfección con mis responsabilidades. 

-No es su responsabilidad ser ama de casa, ni madre, o trabajadora, su responsabilidad es ser una estudiante universitaria que cuide su salud mental.

Otra lagrima caliente salió de mis ojos, me gustaba observar las cosas que había en la oficina del doctor Lecter, parecía una persona muy apegada al arte, a mi me gustaba mucho el arte. Me quede callada un tiempo observando el lugar, tratando de dejar de llorar, después de todo este tiempo había desarrollado la habilidad de llorar en silencio, el día de mi intento de suicidio había estado sola y por primera vez en años escuchado mis sollozos y gemidos al llorar, eran tan extraños, como si no fueran míos. Me recordaban a las caricaturas que solía mirar ¿Me pregunto porque ciertas caricaturas toman temas tan adultos? literalmente Steven mato a alguien y luego la revivió, fue...

-Tengo una idea que podría interesarle.

Su voz capto mi atención de mis pensamientos que se había desviado de la conversación inicial, observe que ahora me encontraba parada frente a una pequeña estatua, a veces cuando estaba demasiado centrada en un sentimiento, mi cuerpo reacciona solo y para cuando pongo atención estoy en algún otro lugar, nunca me a pasado mas que unos solos pasos en el mismo espacio, solo era mi falta de atención actuando.

-Lo escucho.- afirme mientras lo observaba sus zapatos brillantemente lustrados caminar cerca de su escritorio. 

-Bueno, es un hecho que usted no va a mejorar...

Pausa, eso dolió, prosigamos.

-... hasta que salga del ambiente toxico en el que se encuentra, por lo tanto considero que podría mudarse a algún dormitorio universitario y antes de que diga pero, tengo entendido que su universidad no tiene dormitorios pero yo varios contactos dentro de varias universidades con muchos amigos que me deben favores, así que su residencia seria gratis y tendría acceso a la cafetería, instalaciones y biblioteca de la universidad en la que se quede y incluso si su madre decide no darle apoyo económico con esta decisión, con su promedio tendría una buena beca que yo mismo me puedo asegurar de consegurle.

¿Alguna vez has visto a la persona que amas declarando su amor por ti? o ¿ver como alguien que te hizo daño estando a pasos tuyos sufre un accidente en cuestión de segundos? ¿mirar tu serie favorita mientras el personaje que amas revive de la nada por un guionazo? el shock, el profundo shock, mi boca se mantuvo abierta varios segundos y trague saliva mientras fruncía el ceño un poco tratando de que la sorpresa de mis ojos se desvaneciera.

Saben yo no soy tan seria y poética al hablar comúnmente pero tener un psiquiatra nuevo me ponía nerviosa.

-¿Usted haría eso...?

-Si.

No me gustaba el contacto físico de parte de desconocidos, siempre fue incomodo tener contacto físico incluso con personas que eran familia, claro que si disfrutaba abrazar a la gente a la cual le tenia cariño, así que hubo una confusión dentro de mi en aquel momento cuando abrace al doctor Lecter, no sabia donde catalogar aquel abrazo que daba con mi seño fruncido sin entendimiento de mis acciones o de lo que pasaría, el intento regresar el abrazo después de su sorpresa pero lo rompí, mirando de nuevo la estatua, aun confundida, mientras mi rostro comenzó a retorcerse por las emociones de euforia burbujeando por mi garganta.

-Entonces... ¿saldré de mi casa?

-Así es. 

Tal vez el paciente posterior a mi se tono una gran sorpresa al escuchar mi chillido de felicidad mientras me tomaba la cabeza para luego aletear mis brazos a todas partes, los sonidos que salían de mi boca parecías mas balbuceos que palabra y el doctor parecía entretenido con mi fuerte reacción, mientras yo, intentaba calmarme.  

Gallery Piece of MontrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora