14. Interrogatorio Maternal

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Voten y comenten :) Este cap lo he vuelto ha publicar pq no tengo los mismos votos ni ocmentarios

Dylan se ofreció a llevar a Mer a su casa y ella accedió haciendo que solo me quedara con Luke, quien también ya quería que se vaya. Me hacía sentir extraña, ya no era lo mismo, antes hubiera amado este momento, estando los dos solos, pero ahora es diferente. Podía sentir cada segundo que pasaba, haciéndose cada vez más eterno, el silencio empezaba a incomodarme aún más.

-Luke.- lo llamé y este levantó la mirada del suelo. Como un perrito desconsolado me miraba, se había dado cuenta de la situación, no estábamos bien, había problemas en nuestra relación, como todas, pero en mi interior no sabía si era de esas que se podía solucionar con una simple conversación.

-Ya me debería ir, ¿no?- preguntó levantándose del sillón de mi sala.

-Creo que sí- dije a la misma vez que abría la puerta. Este se colocó su chaqueta y se me quedó observando por unos segundos demás.

-Sienna...si quieres podemos hablar...- sus palabras se volvieron más lentas cuando empecé a negar con la cabeza. -Nos vemos en la escuela- fue lo único que pudo salir de mis labios. Quería evitar el tema a toda costa, si lo íbamos a hablar tenía que estar segura de mis sospechas.

Volví a ir a la cocina y abrí el grifo para empezar a lavar los platos. Mientras recogía uno y lo ponía cerca del fregadero una lágrima cayó por mi mejilla sin previo aviso. Luke es un idiota, creo que ni se ha dado cuenta de lo que sospecho. Pero que puedo pensar si cada vez que le digo para salir o hacer algo SIEMPRE me mete la excusa de la banda, maldito 5SOS. Debí haber de escuchado a Mer en su momento -Si te enamoras de un músico es como enamorarte de un futbolista solo que sus entrenamientos son sus ensayos.

Tenía razón al final, pero ni los futbolistas tenían tantos entrenamientos, más que estuvieran en campeonato, pero 5SOS con la justas conseguía algunas presentaciones. Algo me está ocultando, eso sí estoy segura.

-Al menos coge un plato ¿no crees?- me sorprendió mi madre cuando me vio que tan solo remojaba mis manos en el lavaplatos. -¿Qué tanto piensas?- continuó mientras se colocaba a mi lado y dejaba caer su mano sobre mi hombro.

-Nada.- respondí un poco distante y me apresure en hacer lo que me había dicho mi madre.

-Entonces ¿qué paso ahora con Luke?

-Nada- repetí. No quería descargarme con nadie, se me irían a salir las lágrimas, la cólera explotaría en mí. -Solo déjame.

-¿Es algo serio?- insistió. No se lo podía contar a ella, confiaba en ella, la quería, pero no, no podía, sabía que me empezaría a decir que son solo estupideces y me recordaría que la adolescencia es difícil y me haría sentir cada vez más inútil cada vez que me repita yo te lo dije.

-Mamá, en serio, para. Háblame de otra cosa si quieres pero no esto, por favor- supliqué mirándola directamente a los ojos, pero no fue por mucho porque tuve que desviarla, sentía como los ojos me brillaban, la garganta se me hacía un nudo que no me dejaba pronunciar bien las palabras, esa presión en el pecho, que sí, también estaba.

-...Te entiendo...- susurró -¿Crees que yo tampoco tengo mis dudas?

¿Ah? ¿A qué se refería? ¿Dudas? ¿Cómo sabía? ¿Acaso leía mi diario? Ni siquiera tengo uno. ¿Y cómo me puede entender si nunca le ha pasado lo mismo? ¡Ni siquiera sabe del tema!

-¿De qué hablas?- pregunte desentendida. Seguí fregando el plato que tenía en las manos.

-Nada.- respondió rápidamente -Olvídalo...Pensé que te referías...

-¿A las dudas?- continúe insistiendo pero sabía que lo único que lograría es que le cuente todo a mi madre.

-No, bueno si, pero olvídalo.

De pronto la puerta se abrió y nos sorprendió a ambas, tanto así que nos hizo dar un salto. Había sido mi padre.

-¡Llegué!- saludó alegremente. Antes hubiera saltado a abrazarlo, ponerme emocionada por su llegada era usual, pero ahora todo era diferente, desde que se ha cambiado a ese estúpido trabajo, todo es distinto, ya no le tenía el mismo cariño, era como un desconocido más, para mí.

-Me voy a dormir.- dije con cierta indiferencia. No espere respuesta alguna para dar vuelta con mis talones y dirigirme a las escaleras que me llevaría a mi habitación.

No necesitaba el cariño de mi padre, quien se desaparece por todo el día y llega en la madrugada, según él que ha estado trabajando, pero yo no le creo. Dentro de mi hay una furia acumulada contra él, por eso trato de evitar el más mínimo contacto con mi -lamentablemente- padre.

Abro la sábanas y me meto en mi cama, esta fría, pero eso me refresca. Espero que eso también lo haga con mi mente, y no solo con mi cuerpo.

Tenía problemas en mi vida, y varios que eran, haces unas semanas la consideraba perfecta, pero ahora, que recién he abiertos los ojos, nada es perfecto, ni lo más mínimo. Vivía en un mar de problemas, y al parecer ni sabía cómo sobrepasarlos. La vida es tan injusta que tan solo quisiera vivir en mis sueños.

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¿Amigos? ¿O Algo Más? || Dylan O'Brien ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora