La promesa

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Kaoruko: No le temo a la muerte- dijo mientras se encontraba moribunda en la cama- ya he sido honrada con tu amor por lo que no tengo arrepentimientos. Pero hay algo que me preocupa... ¿Quién me reemplazara como señora de la casa?

Futaba: querida mia- dijo muy afligido el esposo- Nadie podrá reemplazarte, no volveré a casarme tu lo has sido todo para mi.- él amaba con todo su corazón a la mujer que estaba a punto de perder-

Kaoruko: ¿Lo juras por la fé del samurai? – Futaba soltó su mano y se puso de pie llevando su mano derecha a su corazón-

Futaba: por la Fé del samurai HAI!!!

Kaoruko: Entonces, amado mio. Te pido por favor que me entierres en nuestro jardín... bajo esos cerezos que plantamos juntos. Tenia mucho miedo de pedírtelo, porque si ibas a desposarte de nuevo, no te gustaría tener mi tumba tan cerca. Desde allí podré escuchar tu voz y ver las flores en primavera.

Futaba: Sera como tu lo desees mi señora- puso una de sus manos sobre su rostro, la mano se sentía helada- pero ahora ya no hables, no es tan grave tu mal asique no perdamos las esperanzas.

Kaoruko: Amado mío... yo ya he perdido la esperanza, no pasare de esta mañana asique te pido una última cosa. Quiero que coloques una campanilla en mi ataud.

Futaba: campanilla?

Kaoruko: como la que usan los peregrinos budistas.

Futaba: Tendrás todo lo que desees.

Kaoruko: Querido esposo. Siempre has sido bueno conmigo, ahora puedo morir feliz.

Cerró los ojos y cayó en el profundo abrazo que en algún momento nos llegara a todos. Aun muerta la mujer parecía hermosa, su sonrisa estaba intacta.

La enterraron en el Jardín bajo los arboles de cerezo que tanto amaba y colocaron con ella la campana que quería. Sobre su escultura pusieron un monumento con una placa la cual correspondía al escudo de su familia.

Pero, Antes de cumplir el año de su perdida, sus amigos y familiares lo comenzaron a convencer de que aun podía desposarse de nuevo... "eres muy joven" decían "si mueres sin haber tenido hijos quien hará las ofrendas a los antepasado?s". todos estos argumentos fueron suficientes para que se convenciera de volver a intentarlo, asique se desposo con una bella chica llamada Karen Aijou quien solo tenia 17 años, Futaba la amo muy tiernamente a pesar del mudo reproche que provino de la tumba que había en el jardín.

Seis días habían pasado desde la boda con la joven y en ese tiempo nada perturbo su felicidad. No fue hasta el séptimo día que Futaba fue llamada a cumplir su deber como samurai, en el castillo. La primer noche que tuvo que dejar a su mujer sola se vio completamente intranquila, no había una razón en especifico, se acostó y el ambiente no la dejaba conciliar el sueño.

Mas o menos a las 3 de la mañana y aun sin poder descansar Karen comenzó a oír un pequeño tintineo, gracias al silencio de la noche pudo distinguir que provenía de una campanilla de peregrinación budista.

Karen: quien estaría tan loco para atravesar los terrenos de un samurai a esta hora!- la chica de sorprendió por que el tintineo se escuchaba del lado que daba hacia el patio- Pero si allá no hay ningún camino!- evidentemente el peregrino se acercaba cada vez mas debido que a cada pausa podía sentir el tintineo mucho mas cerca- Isuke!! Kagaho!?!- Llamo a los sirvientes pero estos no parecían poder escucharla.

Los perros del lugar comenzaron a ladrar y aullar como locos. Como si hubieran visto a la muerte encarnada y estuviera aterrorizados, Karen intento incorporarse para poder correr a encender una vela pero se vió impedida. Una rara fuerza que no entendía la tenia pegada a la cama. De pronto vio que una extraña sombra invadió sus aposentos, tenia aspecto femenino, estaba envuelta en un sudario y traía en su mano la campana que estaba esuchando tintinar, no tenia ojos debido a que llevaba casi un año de muerta y sus cabellos caían sobre su rostro como si fuera una cascada aunasí miraba sin tener ojos y hablaba sin tener lengua.

Kaoruko: Aquí no te quedaras! YO SOY LA AMA DE ESTA CASA. ¡TE IRAS SIN DECIR UNA SOLA PALABRA A NADIE! SI SE LO CUENTAS A ÉL ¡TE HARE PEDAZOS!- habiendo dicho eso, la anima desapareció, la joven esposa cayó desmayada y no despertó hasta el siguiente día.

Karen despertó a la luz del alba preguntándose que debía hacer y si lo que vio fue solo una pesadilla producto de estar lejos de su marido. Cuando Futaba regresó ella se postró frente a él implorando.

Karen: Te suplico que me perdones. Pero volveré a casa! Quiero irme inmediatamente!

Futaba: Es que acaso no eres he podido hacerte feliz?- pregunto sinceramente- Es que te he irrespetado de alguna manera?

Karen: no se trata de eso- dijo casi sollozando- has sido un buen hombre. Pero debo partir no puedo seguir siendo tu mujer!

Futaba: querida esposa- tomo su mano y la llevo a su corazón- es sumamente doloroso lo que me pides y si no me das una buena razón no podre entender porque quieres irte... o es que deseas el divorció?

Karen: si no me das el divorcio morire!!- respondió temblorosa y sollozando intensamente-

Futaba: Entiende que si te devuelvo a casa sin haber cometido falta alguna seria una deshonra! Si me deseas el motivo de tu deseo, algo coherente que me permita dar una explicación honorable, Te daré el divorcio, en caso contrario no puedo hacerlo... nuestra casa debe mantener su honor invulnerable a cualquier reproche.- Karen no pudo hacer mas que acceder y contarle sobre la visita del fantasma.

Karen: ¡Ahora que te lo he contado ella me matará!- cubrió su rostro- me hará pedazos!

Futaba: ¡No lo permitiré! Eres mi esposa y no puedo darte el divorcio por un mal sueño.- la tomo para abrazarla- Lamento mucho que hayas sufrido en mi ausencia. Esta noche tendré que ir al castillo. Pero dejare a mis mejores hombre para que te cuiden, ellos darían la vida por mi.- le hablo con tal afecto que pudo convencerla de que todo estaría bien hasta se sintió tonta por sus terrores.

Tendo Maya y Akira Yukishiro fueron los soldados que se encargarían de cuidar a la joven esposa. Ambos eran fuertes, valientes y simples. Contaron a Karen agradables historias de sus aventuras para mantenerla alegre. Habló con ellos largo y tendido hasta casi olvidar sus temores. Cuando por fin se preparo para ir a dormir ellos dos se apostaron en un rincón del aposento detrás de la puerta de entrada donde se dispusieron a jugar al shogi, pero hablando en voz baja para no perturbar a la mujer que ahora dormía como una criatura.

No fue hasta la hora del buey que despertó aterrorizada... era el tintineo, el maldito tintineo. Karen se incorporo lo mas rápido que pudo y comenzó a gritar.

Karen: ahhhhhhhh la campana!! Ahhhh Maya!!! Akira AYUDA POR FAVOR!!

Sus gritos no hicieron eco, el silencio era total, el sonido espectral, el sonido de la muerte que venia a llevársela. Corrió hacia los soldados que yacían inmóviles, mirándose con los ojos fijos, les miro, los sacudió y les grito, estaban helados. dijeron escuchar la campanilla y hasta sentir los gritos y suplicas de Karen, pero una fuerza los dejo inmóviles, no pudieron moverse ni tampoco hablar.

El alba había llegado y Futaba entraba en el cuarto nupcial vio aterrorizado el cadáver de su esposa que yacía en un charco de sangre y a los dos guardias a los que había encomendado su vida dormidos en cuclillas sobre el tablero del juego que no habían terminado.

Futaba: QUE ES LO QUE HA PASADO!! USTEDES DOS DESPIERTEN!- ante el grito de su capitán los dos hombres se pararon y miraron el horror que yacía a sus pies.

La cabeza de su esposa había desaparecido. No fue cortada por ninguna espada ya que no había indicios de un corte, sino que fue arrancada, rastro de sangre iba desde el cuarto hasta un Angulo de la galria exterior donde las guardapuertas habían sido rasgadas. Los tres hombres siguieron el reguero de sangre hacia el patio y de pronto, en un recodo, se hallaron cara a cara con una cosa de pesadilla, que chillaba como si fuera un murciélago: la figura de una mujer enterrada tiempo atrás, erguida ante su tumba, en una mano portaba la campanilla de peregrinación busdista y en la otra una cabeza ensangrentada. Por un instante se miraron confusos aquella escena de ultratumba, fue hasta que Maya haciendo una invocación budista le dio un golpe seco con su katana que la anima desapareció dejando atrás trozos de sudario, cabello y huesos. Lo único que no se destruyó fue la mano que tenia agarrada fuertemente la cabeza de su segunda esposa....

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