Entre inicios

8 1 0
                                    

Cuando tenía nueve años, mi mamá me cortó el cabello, era la segunda vez que lo hacía y le guardaba rencor por esta situación.

No quiero ir a la escuela, me daba pena que mi nueva clase me vea así, es la segunda vez que mi madre me cortaba el pelo al estilo "hongo", en verdad la odio y la detesto por este hecho.
-¿Qué eres niño o niña?- mencionó mi tía Iris.
Me voltie a ver a mamá con furia.
Pero hoy es el día de la escuela, a mi hermana le hicieron el mismo corte, pero a diferencia de mí, a ella le quedaba muy bien el pelo recortado, por lo tanto en este momento está recibiendo halagos por parte de sus nuevos compañeros y las madres de ellos, mientras yo permanezco en el vacío de mis pensamientos, imaginando como sería la vida de mi familia, si yo no existiera; pero la mirada de una señora interrumpió súbitamente mis pensamientos.
-Tú otra hija no se ve bien con ese tipo de corte, Abril es más bonita que...
-Azalia - termina mi madre
-Sí, Abril es más bonita que Azalia - confirma la señora.
Me quedé callada sin mostrar reacción alguna, pero era verdad aquel comentario de la señora, de mis tres hermanas, soy la menos agraciada de todas, a pesar de ser mis hermanas y "convivir" supuestamente con ellas todos los días, nunca he encajado, siempre he estado sola desde que tengo memoria, siempre absorta en mis pensamientos que no tienen vacío; y así mismo estoy en medio de esta multitud de personas que esperan el final de la ceremonia para dejar a cada uno de sus hijos en sus salones.

Mi mamá me deja en lo que será el resto del año mi salón entre 190 o 195 días que es lo máximo que puede durar el ciclo escolar. Me adentro con la ilusión en el corazón que este año va a ser diferente, afortunadamente ningún compañero del año anterior está aquí, y todos son diferentes, por fin un nuevo comienzo para mí, pero todo se viene abajo en segundos, por que al parecer todos se conocen entre si y hablan entre ellos animadamente, así que me siento en un lugar vacío, cerca de la puerta para poder distraerme con mis pensamientos, y alejarme de la realidad que siempre me ha condenado. Pronto entra la maestra haciendo la típica presentación que realizan todos los años, y eso es bueno porque siempre me permite saber como lidiar con ellos el resto del año, y por supuesto como comportarme.
Mis pensamientos se enfocan en la explicación del tema de la maestra, pero está sale al notificarle la secretaría que tiene que acudir a dirección para atender un asunto importante. Entonces mis pensamientos fluyen de nuevo, volteo a ver a los demás, pero como siempre paso inadvertida, me resignó rápidamente a que este año va a ser igual que el anterior, siempre caminando por los pasillos de la escuela, indiferente, ni tan siquiera un amigo que me acompañe al lado, pero vuelvo a meter mis pensamientos del vacío donde siempre salen, y me dispongo a anotar las dos tareas que tengo que hacer, porque es lo único que puedo hacer para distraerme
-Hola
-¿Quién eres?
-Ahmm, mi nombre es María
-Yo soy Esther y ella Alejandra
-¿Nos podrías prestar tu libreta?
-Sí
Se las di y se alejaron de mi y a los cinco minutos me la devolvieron, y mi esperanza volvia a surgir, este año iba a ser diferente, anhelo que sea diferente. Pronto llegó el receso y traté de acercarme a las compañeras que me habían hablado, pero tan pronto me vieron venir se alejaron rápidamente, así que las busque por toda la escuela y no las encontré, iba de regreso a mi salón, cuando una niña me tomo por el hombro.
-Me podrías acompañar a la tienda escolar.
-Sí.
Por primera vez en toda mi vida escolar no me encontraba sola en primer día de clases, sentía una alegría inmensa en mi corazón, a pesar de que no hablamos en el camino estoy feliz; entonces lo arruiné, mi compañera regreso con unos tacos, en verdad yo no sé que hay en las personas que le encanta comer ese tipo de comida, pero a mí hay algo que me provoca y son unas tremendas náuseas que se pueden hacer realidad, así que para no quedar en vergüenza en frente de la mayoría de la escuela salí corriendo lo más que pude, cuando llegue a mi salón me sentí mal por haber dejado sola a esa chica que tenía buenas intenciones conmigo, y yo lo heche a perder, tengo ganas de disculparme con ella, no sé como hacerlo así que me quedo callada, cuando la veo evito su mirada y el que se acerque a mí, en verdad estoy muy apenada.

-¿Cómo te fue?
-Bien
-A mí me fue excelente conocí a...
Y ya no presté atención en lo que decía mi hermana Abril, me hundí de nuevo en mis pensamientos, este año sería el séptimo año escolar sin amigos, porque si Azalia, nunca ha tenido amigos en toda su vida escolar, si es que contamos todo el preescolar, porque la educación inicial
no la quiero contar, me sentiría más lamentable si añadimos otros años más.
A lo mejor se preguntarán ¿Nunca has tenido un amigo?, Mi respuesta es no pero ¿Has tenido personas con quién juntarte?, Si aunque las experiencias no han sido agradables.
En todo el preescolar nunca le hable a nadie, cuando ingresé al primer año de primaria tuve cuatro compañeros a los que era unida, a Gabriela y Jessi las perdí por no dejar que se aprovecharán de mi inocencia, o más bien dicho quitarme mis cosas, Oswaldo y Alejandro los perdí porque Oswaldo se me declaro y yo a esa edad no tenía las hormonas alteradas ni tampoco ahora y lo rechaze; así terminó todo en el segundo año me junte con niñas presumidas que ni tan siquiera se para que me hablaban, pero nunca me sentí a gusto con ellas, luego al tercer año conocí a una niña llamada Viridiana que era manipuladora pero nunca me dejé, más bien dicho nunca me he dejado; podré estar siempre sola y podrán haber muchas cosas para que las personas me molesten pero no ha pasado porque se defenderme pongo el alto a sus comentarios, insultos, burlas, golpes indirectos que se muy bien que son directos.
Y así han pasado nueve años entre el rechazo, la manipulación y las conveniencias deseando que algún día pasé algo diferente.

Atrapada por el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora