Audición especial

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- ¿Tienes otra hermana, Daria?

Preguntó atónito el moreno mientras se acercaba a las Morgendorffer, Daria solo asintió algo incómoda por estar rodeada de tantas personas, no estaba acostumbrada a recibir tanta atención y se sentía afligida por ello, sobre todo porque sabía que su hermana pelearía con cualquiera que intentara dejarla en ridículo. Trent pareció notar la incomodidad de ambas chicas ya que se levantó, siendo seguido por su banda.

- Oye, Janie, es mejor que sigamos la práctica en casa, los chicos no están acostumbrados a tanta atención y tenemos que ponernos al corriente con Angélica para preparar el show. ¿Qué tal si vienen con nosotros?

Su hermana menor asintió y se levantó tomando a su mejor amiga del brazo cuando su hermano terminó de hablar.

- Venga, Daria, vamos a ver los ensayos, presiento que será mejor que estar aquí rodeados de metiches. Si quieres Tom también puede venir, pero sólo si promete estarse callado.

- ¿Tu quieres ir?

Preguntó la castaña menor a su novio quien asintió con una sonrisa mientras salía con ellos del lugar. Tom y Daria fueron en el auto del primero junto con Jane, ya que la banda apenas entraba en el auto de Trent.

Durante el viaje la castaña mayor pudo conocer a sus nuevos compañeros de grupo: Trent, Jesse, Nicholas y Max. Siendo este último el que más interesado parecía en conocer a aquella chica.

- Oye, Angie ¿Cuántos años tienes?

- Primero que nada, no vuelvas a llamarme Angie. Y segundo, tengo 22.

- Pero, tu nombre es Angélica ¿Verdad? Es normal que te llamen Angie.

- No es normal para mí y tampoco me gusta, larga historia con una vecina molesta. Pero puedes decirme Ángel, así me dicen todos.

El chico ladeó la cabeza ante aquello antes de terminar asintiendo de mala gana, la chica le parecía bastante egocéntrica por aquél apodo, pero entendía porqué le decían así. Una voz como la de ella no cualquiera la tenía. Trent estacionó el auto frente a su garaje y todos bajaron mientras seguían haciendo preguntas a la chica las cuales profundizaban cada vez más en el área musical.

- ¿Y porqué comenzaste a cantar?

Preguntó Jesse mientras entraban a la casa, caminando hacia el garaje, ella miró a su hermana quien fruncía el ceño mientras negaba sutilmente. Jane y Tom notaron aquello, por lo que la pelinegra animó a la hermana de su amiga a hablar.

- Bueno, a decir verdad, al principio no lo hacía por gusto. Quinn, mi hermana más pequeña, era muy molesta y ruidosa de niña, pero siempre se quedaba dormida al oírme cantar. A Daria parecía relajarla mi voz también así que cantaba para ella cuando tenía pesadillas, cantar me ayudaba a hacer felices a mis hermanas y mientras crecía me di cuenta que también hacía felices a otras personas. Podría decir que comencé a cantar por eso, porque los demás eran felices cuando me oían.

Los miembros de la banda se miraron entre si antes de asentir, aquella historia les había convencido lo suficiente aunque ambas Morgendorffer sabían que no era del todo cierta. De niñas sus padres habían tenido muchas peleas, llegando al punto en que dormían separados, Angélica cantaba para sus hermanas menores cada vez que sus padres peleaban, así ellas no escuchaban los gritos e insultos de aquellos adultos.

Trent se acercó a ella tendiéndole el micrófono mientras el resto tomaba sus instrumentos, Tom, Daria y Jane habían tomado asiento en uno de los sofás para ver el ensayo.

- Quiero ver que tal te acoplas a la banda, nosotros pondremos el ritmo, tú solo canta desde el corazón.

Angélica asintió a las palabras del pelinegro mientras tomaba el micrófono escuchando a los chicos comenzar a tocar, se acopló al ritmo poco a poco y miró a su hermana antes de comenzar a cantar.

- Cuando la niña quiera caminar, se eche a andar y se caiga al tropezar

Se tiene que levantar porque así mejora, la niña sigue avanzando, la niña no llora

Cuando en preescolar otro chiquitín la quiera golpear la niña se defiende, la niña no llora

Cuando se rían de ella por no actuar igual que otra gente, por pensar diferente y ser abierta de mente

Y ellos desprecien lo que ella valora, la niña los ignora, la niña no llora

No sé si irán al viento estas palabras, pero yo he escuchado al viento hablar

Cuando no tenga a nadie cerca y el dolor no la deje pensar

Cuando se equivoque, cuando con sus limitaciones se choquen y la sofoquen

Ella asume los errores y se incorpora, la niña de eso aprende, la niña no llora

Cuando por amor le duela el corazón y una tentación le nuble la razón

Y descubra que no existe una persona salvadora, la niña se hace fuerte, la niña no llora

Cuando se desmorone, cuando la mejor amiga la traicione y se decepcione

Y sienta que una parte de su alma se evapora, la niña sabrá si perdona, la niña no llora

No sé si irán al viento estas palabras, pero yo he escuchado al viento hablar

Cuando no tenga a nadie cerca y el dolor no la deje pensar

Cuando le propongan algo irregular, cuando alguien con ella se quiera propasar

Ella no renuncia a los principios que atesora, la niña no se calla, la niña no llora

Cuando sienta que no tiene fuerza, que se muere, que nada tiene sentido y que nadie la quiere

La nena no se rinde ni la niña llora, cuando no tenga a nadie cerca y el dolor no la deje pensar

No llora

La banda se detuvo poco después de oírla terminar de cantar, volvieron a mirarse entre sí antes de desviar su mirada a los demás presentes, estaban esperando su opinión. Jane fue la primera en levantarse aplaudiendo suavemente, se había sentido muy identificada con esa canción.

- Es increíble ¿Tú la escribiste? 

- Si, la hice hace unos años, tengo un gran repertorio de canciones en mi cuaderno, si quieren podemos practicar algunas. 

Ambas chicas miraron al pelinegro quien se veía más serio de lo normal, este asintió antes de salir de la cochera donde practicaban, Daria se levantó algo preocupada y, usando la excusa de que necesitaba ir al baño, fue tras él. Trent entró a su cuarto, saliendo apenas unos segundos después con su cuaderno de canciones en la mano sin notar que la castaña menor acababa de entrar al cuarto de baño. 

El pelinegro bajó las escaleras dirigiéndose nuevamente a la cochera, al entrar entregó su cuaderno a la Morgendorffer mayor quien lo tomó sin comprender muy bien la situación, a decir verdad, nadie parecía comprenderlo.

- Quiero que te aprendas las letras, todas ellas, practicaremos arduamente antes del concurso.

Jane no podía creer lo que sus ojos veían, su hermano adoraba ese cuaderno y lo estaba entregando como si nada a una completa desconocida. Iba a reprochar hasta que notó la mirada en el rostro de su hermano, sus ojos brillaban con determinación y algo de esperanza, tal vez ella era lo que necesitaban para que Espiral al fin pudiera despegar.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2023 ⏰

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Mística Espiral - Trent LaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora