JOLIE
- Quiero un chinito como ese – Chillo Heather a la televisión.
La pelirroja y yo nos encontrábamos en la sala viendo una de sus famosas series coreanas. Maia hace dos años le mostro a Heath una y desde ese entonces es lo único que ve.
- ¿Cómo se llama? – Pregunte.
- Sun – Ho – Suspiro – Estos chicos suben mis expectativas en amor un ochenta por ciento, ¿Escuchaste?, un ochenta por ciento.
- Supongo – Me encogí de hombros desviando mi vista al reloj de pared.
Eran las dos y media, fruncí el ceño, sabía que tenía que hacer algo, mas sin embargo, no recordaba el que.
- ¿Qué ves, Jo? – Pregunto Heather desviando su vista del televisor para ver lo mismo que yo – ¡JOLIE! – Exclamo abriendo sus ojos de par en par.
- ¿Qué?
- Tenías que salir hoy con Dam Dam a las tres – Respondió ya un poco más calmada.
Así que eso era, no creo que le importe que no esté lista todavía, si, ¿A quién engaño? Lo más probable es que se enoje demasiado.
- No te preocupes, Heath, ya me cambio – Le dije mientras me levantaba con pereza del sofá.
- Eso espero, Jo, es tu primera cita y ya estas llegando tarde – Exclamo con un puchero.
- En primer lugar, creo que no es una cita. Y en segundo, todavía tengo media hora para arreglarme – Enumeré.
- Entonces mueve ese caído trasero y muévete.
- Hey – Me queje.
- Ya vete – Grito mientras me tiraba uno de los cojines del sofá.
(...)
A las tres, ya Damian estaba plantado en la puerta de mi casa tocando como un loco el timbre.
Sera que ya uno no puede hacer del numero dos tranquila en estos tiempo, hice todo lo que tenía que hacer en el baño y luego baje a abrirle la puerta a Damian.
- Un cuarto de hora tarde, Gamine – Reprocho el antes nombrado – No importa, ¿Y tu celular?
- ¿Para qué? – Le pregunte dudosa, no es que oculte algo pero aun así, ¿Para qué lo quiere?
- No quiero que lo traigas – Respondió sacando las llaves de coche de su bolsillo.
- ¿Me quieres secuestrar? Eso no sería muy varonil de tu parte.
- No creo que me paguen tanto por ti – Carcajeo.
- No has respondido a mi pregunta – Le remarque.
- Gamine, si te quisiera secuestrar ya lo hubiera hecho hace mucho tiempo.
Supongo que tiene razón, sin decirle nada deje mi teléfono en la cocina y luego me fui con Damian a su auto.
Por un momento llegue a pensar que me llevaría a algún parque abandonada pero hermoso, a alguna playa para en un rato para ver el atardecer, pero no, me llevo al restaurante de sus padres, no me quejo la comida ahí es deliciosa, pero ya estuve ahí ayer.
- Ya llegamos – Aviso saliendo del coche.
- No me esperaba que me trajeras aquí – Le dije y no mentía.
- Tenemos todo un día por delante, Gamine, no te estreses.
- No estoy estresada, Dam Dam – Dije haciendo énfasis en su tonto apodo.
Entramos y nos asignaron una mesa en el centro del salón, ordenamos, comimos, pero luego de un rato sentí una vista encima de mí.
Era una chica de una estatura muy baja, ojos marrones, cabello castaño casi negro, debería tener unos dieciséis o diecisiete años, estaba junto a lo que creo que es su familia. Nos estaba mirando a mí y Damian, supongo que le había parecido atractivo el idiota con el que estaba cenando.
- ¿Ves ese grupo de allá? – Pregunto señalando discretamente al grupo que había visto antes, yo le conteste con un sí y el siguió hablando – El chico pelinegro y asiático es uno de mis mejores amigos, él no sabe que mis padres son dueños de este restaurante.
- ¿A dónde quieres llegar? – Pregunte.
- ¿Quieres hacer de Cupido, Gamine? – Pregunto sin rodeos.
- ¿Qué?
- El lleva un tiempo soltero, su novia y el terminaron hace un poco más de un año, y viendo como sus ojos buscan discretamente a la chica a su par supongo que le interesa – Explico.
- Yo creo que a ella no le gusta el – Le mencione recordando como hace un rato miraba a Damian.
- Estarás bromeando, Gamine, se nota a leguas que es correspondido – Espeto – Tengo un idea – Dijo levantándose de la mesa y ofreciéndome su mano - ¿Me acompañas, Gamine?
- Te acompaño – Afirme tomando su mano.
(...)
- Muévete un poco, casi no veo – Susurro Damian mientras me empujaba suavemente a un lado.
- ¿Por qué susurras? – Pregunte.
- Porque eso hace más interesante esto.
- Oh no, no puedo avergonzarme de esta manera – Dije saliendo de detrás de unas plantas que quedaban en una esquina del restaurante.
- Gamine, vuelve aquí, nos van a descubrir – Murmuro
- Dam Dam, es más normal ver a un par de adolescentes disfrutando de una linda cena a un par de adolescentes escondidos detrás de unas míseras plantas de plástico.
- ¿Disculpa? – Pregunto ofendido saliendo de su espléndido escondite – Yo elegí estas maravillosas rosas – Menciono haciendo énfasis en la última palabra.
- ¿No podías si quiera haberlas elegido naturales? – Pregunte.
- Si fueran naturales tendríamos que cambiarlas semanalmente y eso sería un gasto innecesario de dinero
- Pero se verían más lindas.
- Oh Gamine, mejor busca una silla, porque tengo una lista larga de las razones por las cuales son mejores las flores de plástico que las naturales; Numero uno, el uso del agu... - Antes de que empezara con su aburrida lista uno de los meseros se acercó a nosotros informándonos que nuestro plan había salido excelente – Ves Gamine, te dije que estaban hechos el uno para el otro.
- Ya vámonos, Dam Dam – Dije recogiendo mis cosas.
- Pero choquemos los puños – Dijo Damian en un puchero.
- ¿Qué? – Pregunte entre risas al presenciar tan tierna escena.
- Vamos Gamine, no me dejes con el brazo estirado – Lloriqueo a lo cual no me pude negar - ¡Pum!
- Eso fue muy infantil – Mencione mientras salía junto a él.
- Sé que te encanto – Presumió para luego tomar mi mano y salir juntos del restaurante.
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ÉTERNEL©
Romance- Damián - Exclame ya a unos pocos metros de el - Creo que necesito desconectarme un rato. Intento reprimir una sonrisa, pero fue en vano, ya que salio a la luz inevitablemente. - Este tipo de momentos deberían ser eternos - Agregue. - Prefiero dec...