En un día nublado pero cálido, Midoriya Izuku, un niño de cabello verde con ojos color esmeralda se encontraba jugando con el césped. Su madre cerca de él, estaba hablando con una señora, cabello corto rubio de ojos rojos como un rubí. El pequeño niño nunca la había visto antes, sin mencionar que él nunca ha salido de casa, además de ir a la guardería en donde no había conseguido hacer ningún amigo.
—¡Izuku! —Llamó la mujer al chico.
—¿Puedes ir a buscar a mi hijo? Puedes jugar con él antes de que te vayas.
Aquel niño y su madre estaban apunto de mudarse y al nunca querer salir de casa, el hijo de aquella señora y él nunca se pudieron conocer. Por esta razón, Bakugo Mitsuki, su vecina, quiso aprovechar que el niño se dejó ver en ese momento.
Después de que la joven de ojos rubí le indicará cómo se veía su retoño, el pequeño partió en su búsqueda, no era muy lejos donde se encontraba.
«¿Qué es ese ruido?».
El pequeño niño de ojos verdes había escuchado una pequeña explosión. Pensando que pudiera ser un villano y con la intención de ver un héroe se acercó a aquel lugar, pero segundos después se dio cuenta que era un niño peleando con otros dos.
Izuku se escondió en un árbol mirando como aquel pequeño niño rubio terminaba ganando la pelea.
—¿Acaso quieren más? —Dijo el pequeño rubio con algunas lágrimas en los ojos, y los dos niños salieron corriendo.
Midoriya estaba más que entusiasmado con aquel encuentro, corrió como pudo hasta donde su madre, quien lo recibió en brazos y con emoción dijo una y otra vez.
—¡Mami, mami! ¡El hijo de la señora era muy fuerte! ¡Yo quiero ser igual que él!
Aquella señora iba a decirle algo al pequeño pero justo en ese momento se escuchó un carro llegar, Era el padre del pequeño brócoli. Ya iban a partir a su nuevo hogar.
Antes de entrar al carro escuchó un sonido insoportable e instintivamente abrió los ojos, encontrándose en su habitación, se fijó en su teléfono el cual era el responsable del sonido y apagó la alarma.
Con un horrible dolor de cabeza Midoriya se levantó de su cama y empezó a alistarse para ir a la estación de policía, desde hace una semana por fin sus profesores le dejaron hacer prácticas, al no tener una particularidad, a los ojos de sus maestros –incluso a los de su madre– él era indefenso. Lo cierto era que si era débil, pero su desarrollo era de más prioridad para tener más personal pues estos días todos quieren ser Héroes o no están interesados, y como resultado dejan de lado a la policía.
—¡Izuku, tu desayuno está servido, ven a comer! —Llamó su madre, Midoriya Inko.
Su desayuno fue muy tranquilo, como todos los días, no había mucho que compartir pero el chico lograba sacar siempre un tema de conversación.
Un rato después, el hijo de Inko salió de su casa y partió a su destino. No tomó mucho tiempo para llegar, él saludó a todos los que se encontraban con gran alegría y fue al lugar donde se encontraba su compañero y su superior.
—¡Eh! Ha llegado Midoriya. —Habló una chica.
—Buenos días, Riumi-san.
—Vamos que ya llega nuestro primer caso, nos están esperando. —Se acercó al chico y lo tomó del brazo, y así fueron caminando hacia su jefe.
—¿Sabes de qué trata nuestro caso? —le preguntó antes de llegar a su destino.
Antes de tener una respuesta ya se encontraban en la habitación donde se encontraba un joven alto y bien parecido.
—Justo me lo iba a decir Shinjiro. —Señaló al chico delante de ellos.
—Podré ser tu hermano pero sigo siendo tu superior en este lugar, Riumi.
—¡Ah, sí verdad!, tengo que tratarte de senpai ¿no?
Aquella chica era un poco más alta que Midoriya, cabello negro y ojos grises. Su hermano tenía una apariencia similar a ella, sin embargo, su cabello se acercaba más al tono gris, y era mucho más alto.
—Bueno, bueno. Satoumi-senpai, ¿Podría por favor contarnos sobre el caso y terminar con esto?
Sin más perder el tiempo Saotomi Shinjiro les contó que su caso era simple, solo era un robo, así que solo iban a hablar con la víctima y el asaltante para conocer los hechos.
—Este es la víctima del casi robo.
—¿Casi?
Izuku vio a la "Víctima" con más claridad. Un joven rubio de ojos rojos. Lo reparó rápidamente, llamándole la atención el uniforme de la U.A que llevaba puesto en ese momento. Se sentó en la mesa rápidamente y sacó su libro listo para escribir.
—¡Vas a la UA! ¿Cómo te llamas?, ¿en qué año estás?, te ves joven, pero eso nunca se sabe ¿no? ¿Cuál es tu quirk?, ¿cómo funciona?, debes eres fuerte, pudiste evitar un robo fácilmente, aunque no sé cómo quedó el asaltante... Eres un héroe en entrenamiento después de todo, pudiste tener cuidado con él, o quizás no te diste cuenta y te excediste lo cual es normal pero teniendo en cuenta que vas a la U.A no lo creo...
—¡Mierda, ¿te quieres callar?! ¡Tengo que irme de aquí rápido!
—Sí, ¡perdón, perdón, perdón!
El rubio irritado miró a Shinjiro esperando que se moviera rápido.
—¡Claro! Solo tienes que hablarnos de lo que ocurrió. Después de eso puedes irte.
—Acabemos de una vez, Tsk.
Pasaron los minutos, a pesar del poco respeto que había del estudiante hacia los oficiales supo explicar con precisión lo sucedido una hora atrás.
—Muchas gracias, ya puede irse.
—Al fin, me largo.
El rubio dejó la habitación y Midoriya se quedó revisando las notas.
—¿Su nombre es Bakugō Katsuki? Particularidad, explosión. Se ve que es fuerte. ¿Por qué siento que lo vi en algún lado?
—Quizás por el festival deportivo, quedó en primer lugar.
—No, no creo que sea eso, Riumi-san. Yo no logré ver la trasmisión, estuve con mucho trabajo ese día.
—Ah, bueno. Espero que descubras de donde lo viste. Yo tengo que hablar con el asaltante.
—¡Después te acompaño!
Midoriya se quedó leyendo el expediente de aquel joven rubio, sabía que lo había visto y sabía que fue hace mucho tiempo atrás. Pero... ¿en dónde?
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¿Destino? No lo creo [En Edición]
FanfictionSin conocerse fueron separados, pero su destino los unirá, y esta vez no volverán a alejarse. Las consecuencias de su inexistente relación se verán poco a poco amenazando su paz. Nadie sabe cuándo, ni dónde todo va a cambiar. Algunos personajes pert...