I

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Con sus brazos detrás de su cabeza, caminando calmadamente mientras lamía una pequeña paleta, alzó una ceja viendo a su lado.

—¿Qué dijiste, Kencchin?—Con su mano derecha saco la paleta de su boca para hablar.

—Ugh...—Ese quejido dejaba en claro que el rubio más alto no estaba cómodo con lo que él mismo había dicho.—Qué tipo te gusta, ya sabes, de chicas...

El joven Sano parpadeó, descolocado, esas no eran las charlas típicas.

—¿Es por Emma?, Si sabes que es mi hermana, ¿Verdad?—Aún chupando la paleta vio a Draken sobresaltarse.

—¡No hablo de Emma!—Volteando a verlo se aprecio esas mejillas ligeramente rosadas, con el ceño fruncido y una notaría vena irritada.

—¿Entonces...?

—Tch.—Chasqueando la lengua tiró un poco de su trenza.—Mitsuya mencionó que, era algo usual hablar con amigos de tus gustos en chicas, pero, me he dado cuenta que jamás tocas el tema de chicas, ¿Acaso no te gustan?

Mikey guardo silencio, aún con la paleta en la boca, veía a Draken inexpresivo. Quizás pensando, eso suponía el rubio más alto al no recibir respuesta durante 3 minutos, haciéndolo enojar.

—¡Mikey...!—Con total intención de golpearlo, el susodicho quitó la paleta de su boca.

—Estoy bien con alguien interesante.—Deteniendo su puño, Draken lo miro algo sorprendido.—Que tenga determinación, objetivos quizás... Y haga lo que quiero si se lo pido.

—Para eso pide un perro.—Draken revolvió el cabello de Mikey con una sonrisa.—¡Eso es muy abstracto, di algo más específico!

—Uh...—Parecía pensar, aunque con el cabello todo revuelto ahora intentó arreglarlo mientras meditaba.—Que me de Dorayakis... Supongo.

—¿Eh?, ¿Dorayakis?, ¿No estás comiendo justo ahora?

—Hay un estómago aparte para el Dorayaki.—Con completa seriedad miro a Draken, quien suspiro, era una conversación propia de Manjiro.

—Entonces alguien interesante, determinada y obediente...—Con una persona en mente soltó una sonora carcajada.—¿Deberías salir con Takemicchi?

—¿Ah?—Casi con una mueca elevó su ceja, sin comprender de donde venía esa conclusión.

—Bueno, justo ahora vamos a casa de Takemicchi, es buen momento.—Aún bromista reía, Mikey no comprendía en lo absoluto, y decidió masticar su paleta, ignorandolo, después de todo no iba a preguntar a qué se refería, se vería muy tonto.

Para cuándo pasaron unos 5 o 7 minutos ya estaban frente al hogar Hanagaki, listos para arrastrar al rubio a alguna divertida pelea.

—¡Oi, Takemicchi!—Draken golpeó fuertemente la puerta, gritando con una sonrisa, aún parecía divertido por lo anterior, Mikey suspiro al no recibir respuesta inmediata, no tenía paciencia para nada.

—¡¿Draken-kun, Mikey-kun?!—La puerta se abrió, dejando ver al chico rubio en un lindo delantal blanco con decoraciones rojas, ropas que llamaron la atención de Mikey, quien lo miro fijamente, pensando que era lindo el delantal.—¿Por qué están aquí...?, ¿Qué tienen en contra de avisar por celular...?

—Es más divertido venir, y...—Ken no evitó parpadear al verlo.—¿Qué rayos haces vestido así?

—¿Eh?—Takemichi bajo la mirada, apreciando y recordado que llevaba puesto el lindo delantal de su madre.—¡Ah, cierto!—Dejando la puerta abierta corrió dentro de su casa.—¡Debo apagar el fuego!—Explicó.

 Simple | MitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora