Parte 10

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—Basta!, Para!....

Se estaba ahogando de dolor, el veneno que el, le había inyectado con sus propias garras la estaba quemando, cada célula, cada partícula de su cuerpo protestaba de sufrimiento, miéntras que ese hombre de ojos carmesís disfrutaba torturarla.

La violación había sido brutal, recordó como se había sentido afortunada cuando el se fijo en ella, sabía quién era el, todo el mundo de la alta sociedad sabía que el era un hombre poderoso y sobretodo rico, se sintío complacida, que él mostrará interés en su persona, ella siempre había estado orgullosa de su apariensa sobre todo de sus ojos claros y azules.
Había sabido escalar y encontrar amantes que mantuvieran su estilo de vida, pero ahora se sentía dichosa al llamar la atención de un hombre verdaderamente rico.

No dudo en aceptar su invitación a la mansion Akuma, no desconfío cúando el le extendió la mano y sus ojos carmesí brillaron, tampoco le importo tanto cuando el la beso y sus labios empezaron a murmurar palabras que ella no entendía, pero en el momento que el la empujó y tiro al suelo empezó a sentir como el miedo la invadía.

—vamos a jugar pequeña puta, esta noche serás mi Kagome, Mi miko.

La carcajada que soltó el hombre le recorrió el cuerpo y lo único que hizo fue levantarse y correr lo más que pudo, no llego tan lejos pues derrepente se encontraba boca abajo en el suelo, mientras que una de las rodillas de él presionaba su espalda y con una mano la tomaba del cabello para levantarla.

El cuero cabelludo le dolió tanto que pensó que se lo había arrancado.

—oh que desepcionante, pero fue mi culpa al tratar que finjieras que eres mi Miko, sabes que viva no vas a salir de a qui ramera.

Las lágrimas caían de sus ojos al escuchar esa voz grave y enloquecida.

—por favor en verdad déjeme ir, por favor no diré nada.

La arrojó a la gran cama al centro de la habitación, mientras el se quitaba la corbata y arremangaba la camisa.

—claro que no podrás decir nada, hasta que termine con tu patética vida, dejaras de sentirte hermosa, te voy a quebrar.

La penetro sin contemplación desgarrandole con su afiladas garras los muslos, dejó tiras de piel colgando de su entrepierna.

—vamos kagome, dime quien es mejor en la cama, tus estúpidos compañeros o yo. Dilo! que yo soy el que te causa mas dolor.

Se aferraba a los muslos de la mujer que para ese punto ya estaba al borde de la inconsciencia.

Se sintió desepcionado cuando el orgasmo lo alcanzó, si es que se le podía llamar orgasmo, no fue satisfactorio, fue la biología del cuerpo, pero no lo disfruto, a si que de un movimiento decapito a la humana.

Se limpio rápidamente el cuerpo miéntras que tomaba la pequeña eco grafía que tenía del feto, lo encontraba fascinante, ya deceaba tener a kagome completamente acorralada y que ella sola buscará la ayuda de Naraku.

El plan estaba saliendo a la perfección, sabía que el abuelo Higurashi no viviría mucho, con ese medicamento que lo desgastaría, en un intento de salvarlo la familia se endeudaria a tal punto que, kagome tendría que ir a suplicarle ayuda y de ese modo el se revelaría ante ella, la llevaría al borde de la locura y el se convertiría en su única ancla, ella le otorgaría sus poderes sagrados y él reinará el infierno junto a ella.

Devoro un gran plato de comida sangrante, las náuseas desaparecieron junto con el hambre, pero se sentía desesperada por comer carne, pollo, pescado, todo sin la cocción adecuada.

—estoy llena ya no puedo mas!

Rechazo el plato que su madre le volvía a servir.

—tienes que alimentarte más.

Shippo sentado en la mesa de  vez en cuando. tomaba trocitos de carne cruda y los comía despacio.

—los bebés yokais necesitan este tipo de alimentos, es lo que papá solía decir, el embarazo será complicado si no se alimenta su lado más primitivo.

La señora Higurashi miro a su hija mientras se estiraba, el vientre seguía plano, pero ese embarazo la dejaba exhausta, lo que había entendido es que el bebé tenía grandes cantidades de energía que agitaban a kagome.
Un bebé sobrenatural era lo que tendrían en casa

—el abuelo necesitas más medicamentos pero el seguro no los cubre hija, ya que trabajas en la farmacia podrías ver si tienes descuento?
La señora Higurashi preguntó algo angustiada, su suegro no se encontraba en las mejores condiciones, y el medicamento que se le había recetado era caro
—claro mamá hoy en la tarde que me presente en el turno lo checare.

El sueldo que kagome recibía era de gran ayuda, el templo últimamente no estaba dando ganancias, se mantenía pero poco a poco eran menos los fieles que buscaban lo espiritual.

Kagome entró a su habitación, dormiría un poco, antes de entrar a trabajar, la compañía era generosa con ella y se sentía en deuda, no fallará, daría lo mejor de ella por ese trabajo.

Se miró al espejo y tocó su vientre, la energía demoníaca le respondió de inmediato, era su hijo creciendo dentro de ella, no sabía de quien era pues él poder yoika que desprendía era una combinación perfecta de sesshomaru e inuyasha.

—Tanto este frasco con doce pastillas.

Se escandalizó al pasar el medicamento por la caja registradora.

—si señorita pero tengo entendido que como usted es la gerente puede sacarlo a crédito y se lo descontarán de su nomina.

Kagome suspiro su abuelo nesecitaba tres pastillas diarias el frasco duraría cuatro días, mentalmente calculo y compro cinco frascos más, su abuelo lo necesitaba y si se lo descontaban poco a poco en un mes lo liquidará.

—Mi señor

Masao se dirigió a su amo mientras la habitación había quedado impecable.

—si gusta descansar, todo esta en orden como lo pidio

—quiero a otra mujer ya sabes las mismas características, pero ahora que este embarazada.

Un escalofrío recorrió al dragón, no comento nada, su señor solía ser sádico en toda la palabra.

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2021 ⏰

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