1| La Carta

83 12 3
                                    

Una tarde acogedora y cálida se manifestaba en el ambiente aquel día, presenciando a la niña de lindas pestañas que se encontraba jugando a escondidas con la varita de aquel hombre que la cuidaba.

Esa niña describiría al hombre como alguien: agradable, de lo más bondadoso e inteligente, a veces alguien agresivo y distante, la única familia que conocía; lo prefería llamar como un "tutor" o como en muchas de sus anécdotas escuchó, "Lunático".

— ¡Alaska! — escuchó su nombre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡Alaska! — escuchó su nombre

La niña alarmada deshizo el hechizo Avifors dejando caer al suelo el pajarito de papel que había echo volar. Se levantó del frío suelo, característico del ático de la actual casa, arreglando un poco su falda rosa y escondiendo inútilmente la varita mágica en sus pequeñas botas cafés.

Lupin adivinó fácilmente el escondite que acostumbraba la niña, llegando a ella con una mirada incriminatoria.

— Alaska te he dicho una y mil veces que no robes mi varita— la niña agachó la cabeza, algo avergonzada por el escondite tan evidente. Remus suspiró rindiéndose ante los ojos de ella —¿Ahora que hechizo hacías?

Alaska sacó la varita de su bota apuntando nuevamente al pajarito de papel caído en el suelo — ¡Avifors!— y como hace unos segundos, el pájaro de papel comenzó a volar alrededor de Alaska sacándole una bella sonrisa.

Lupin con el tiempo aprendió que la niña tenía las malas mañas de su papá, las reglas les resbalaban, ellos solo querían disfrutar su vida sin tener que aguantar la mala actitud de los demás con sus prejuicios y sus imposiciones.

—Tu sabes que jamás pasa nada malo, además ya tengo 10 años. ¡La próxima semana cumpliré 11!—chillo emocionada —Ya no me tendrás que soportar cuando vaya a Hogwarts.

—Gracias a Merlín— bromeó mientras sacaba una barra de chocolate —¿Quieres?

—Si, gracias

Alaska llegó a los brazos del hombre lobo la misma noche que Harry Potter llegó a los brazos de los Dursley.

¿Por que están separados estos hermanos? Cuando fueron a la casa de los Potter luego del terrible suceso hecho por Voldemort, Hagrid, el encargado de ir por los niños, estaba que no podía con si mismo con el simple hecho de pensar que el-que-no-debe-ser-nombrado hubiera pisado la misma casa hace un rato; el miedo se apoderó del momento llevándolo a tomar rápidamente a Harry dejando atrás a la pequeña niña de un año que también se encontraba allí.

Esa misma noche, Remus Lupin al recibir la noticia de que su mejor amigo, el Merodeador James Potter, había muerto junto a su familia lo dejó más desecho que una luna llena.

La terquedad de no poder asumir dicha muerte lo llevó a ir él mismo a la casa del Valle de Godric por su cuenta.

Cuando llegó al lugar se le fue el aire al ver a dos de las personas más importantes de su solitaria vida en el suelo sin vida, la sensación era indescriptible. Él lo llamaba Un Crucio sin magia; queriendo ver la pesadilla completa se acercó a la cuna de los bebés esperando ver las únicas dos opciones: ver los pequeños y débiles cuerpos inertes de los bebés o ver la cuna vacía sabiendo que La Orden del Fénix se encargaría de ello.

La niña del mito; saga Harry Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora