Nunca pensé que pudiese llegar a estar tan asustado como lo estoy ahora. Habíamos quedado en hablar a la salida del instituto, pero las clases han terminado hace horas y aún no ha contestado ninguno de los siete Whatsapps que le he enviado. ¿Me estará evitando? Seguro que se ha enfadado por lo de ayer; aunque también puede que esté exagerando, a lo mejor ha vuelto a discutir con sus padres. Sí, tal vez sea eso. Todavía siguen empeñados en que vaya a la universidad y estudie una carrera como sus hermanos, pero eso no va con ella. Es una artista que fantasea con viajar y ver el mundo a través del objetivo de su cámara. Tendríais que conocerla. En los días buenos habla con tanta pasión de sus sueños que es imposible no contagiarse de su entusiasmo y su vitalidad pero, como ya se sabe, en esta vida todo es tan relativo y… por desgracia, el de ayer no fue un buen día. Estaba distante y pensativa; era como si estuviese haciendo acopio de valor para pronunciar esas palabras que uno jamás querría oír de unos labios aún húmedos por un beso. Ni siquiera ahora que estoy sólo en casa me atrevo a pronunciarlas en voz alta, porque la parte irracional de mi subconsciente está convencida de que si lo hago estaré invocando a la mala suerte y mi peor pesadilla se materializará.
Sí, es bastante bipolar, lo reconozco, pero curiosamente ese aire melancólico es lo que me enamoró de ella. Es tan intensa y misteriosa algunas veces… en realidad jamás sé en qué está pensando, pero es como si dentro de su cabeza siempre estuviese sucediendo algo fascinante: me vuelve loco, en el mejor y también en el peor de los sentidos. No sé lo que voy a hacer con ella, pero aquí estoy, recluido en mi cuarto un viernes por la noche, cuando se supone que tendría de estar en el cine con mis amigos. Aquí estoy, sufriendo por una chica a la que robé un beso en un alarde de estupidez y que aún no sé si querrá salir conmigo. Puede que para ella no haya significado nada, pero durante estos últimos cursos no he pensado en otra cosa: me he imaginado besándola cada mañana, viviendo con ella en un pequeño apartamento en el centro y también viajando por el mundo de su mano, mientras lo fotografía todo. Sé que apenas nos conocemos, pero ya siento que es la única. Supongo que eso es lo que ocurre con el amor, que siempre hay alguien que sufre más por él que los demás. La pasión es relativa y no se siente igual en ambos sentidos, porque no hay dos corazones que latan a la misma velocidad y eso hace que haya personas que vivan más tiempo enamoradas que sus parejas, y me temo que yo soy una de ellas.
Suena mi móvil; lo desbloqueo y aparece un mensaje suyo con una carita sonriente. ¡No me lo puedo creer, a lo mejor le gusto! No sé ni qué escribir, pero tengo que contestarle. Mira por dónde, es posible que el que creía que iba a ser el peor día de mi vida, termine siendo el mejor. Al final todo es así de relativo. Y ahora si me disculpáis, tengo que contestar: deseadme suerte.
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Relatividad
Teen Fiction«No saber nada de ella me está volviendo loco ¿Quién habría imaginado que la vida en el instituto sería tan desconcertante?» Relato corto escrito para un ebook propio de Casa del libro: http://bit.ly/1ElqnX2 Créditos imagen: https://unsplash.com/szo...