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El bullicio dentro aquel bus era muy molesto. Un grupo de jóvenes que se dirigían a su retiro espiritual cuyas conversaciones subidas de volumen en conjunto conformaban un ruido insoportable. Dentro de todos ellos, un castaño en silencio, observaba la pista por la ventana, mientras tarareaba al unísono con los demás. Nadie sabía lo que cruzaba su mente. Por fuera lucía como otro adolescente emocionado por pasar dos noches fuera de casa, como alguien lleno de luz, casi como si encajara allí.

Muchas veces a sus dieciséis años Jungkook se cuestionó cómo podía pretender llamarse así mismo un fiel creyente, cuando aún no podía aceptar su mayor pecado. Sólo la persona de su costado lo sabía. Hoseok siempre había sido alguien confiable, pero incluso si le transmitía sus dudas la respuesta estaba únicamente en su mente y en esos sentimientos que hacían de su mente un remolino. No podía negar que estaba algo emocionado por esta nueva experiencia, pero tampoco era justo ignorar que parte de esa emoción tenían nombre y apellido, por mucho que tratara de ignorar lo que sentía se encontraba sonriendo de sólo pensarlo. 

Durante el resto del viaje trató de contagiarse de la alegría y energía de Hoseok. En cierto modo era bueno que la persona con la que estaba obsesionado no estuviera compartiendo el mismo transporte, de lo contrario su amigo lo molestaría llamando la atención de todos.

— Que lástima que no nos dejaran traer nuestro celular, me hubiera tomado buenas fotos aquí.— por la forma en la que lo decía sonaba como una gran desgracia— tampoco nos dejaron traer golosinas ¡Sólo agua! ¿Cómo puedes estar tan tranquilo?— Jungkook sólo podía reir, hasta que se escuchó una voz más
— ¡Los estoy escuchando!— gritó el catequista desde los asientos del fondo

Unas risitas se escucharon y lo único que se podía escuchar eran las carcajadas. 

Sin darse cuenta ya habían llegado a su destino. Al bajar del bus pudieron ver que los encargados se encontraban dándoles indicaciones en la entrada del centro recreativo. 

— Pasen al ambiente principal y dejen sus maletas por un momento en el espacio de las gradas, el baño está a la izquierda y no se desvíen. ¡Sean pacientes y esperen a los demás! en un momento comenzará la primera dinámica y de ahí cenaremos.— 

Si habían indicaciones luego de eso no pudo oírlas porque fue arrastrado por su amigo para escoger un buen asiento. No eran los únicos apresurados por comenzar. Se ubicaron y esperaron a los demás. Jungkook comenzó a conversar con su amigo hasta que en medio del bullicio sintió una voz familiar, una voz grave y pesada que de forma inmediata lo obligó a soltar una sonrisa nerviosa que no pasó desapercibida por el chico de su costado.

— Kookie, no puedo creer que aún sigas con eso, ha pasado mucho tiempo y no entiendo cómo aún sigues reaccionando de la misma manera.— lo molestó el pelinegro
— ¿De qué hablas? estoy emocionado por saber que habrá de cenar, eso es todo— trató de disimular sabiendo que su mirada se desviaba hacia el joven de cabello desordenado color marrón oscuro, admirando en silencio a la persona que tenía cada uno de sus suspiros

Un fuerte ruido provocado por la coordinadora lo regresó a la realidad. Estaban por comenzar con las dinámicas, cierto. A Jeon Jungkook le emocionaban mucho las competencias y el tipo de cosas donde se requerían habilidades intelectuales o de análisis, no era muy bueno en los deportes. La catequista comenzó a agruparlos al azar. En su mente el castaño rogaba que el Dios o el destino lo junte con Taehyung, pero como sabemos la suerte es una perra y justo cuando parecía que sus plegarias fueron escuchadas y le había tocado con el chico que hacía palpitar su corazón, la catequista decidió cambiarlo de grupo, borrándole la sonrisa en un instante. Por lo que Jeon se limitó a forzar una expresión de emoción cuando vio a sus nuevos compañeros de equipo, sobre todo porque algunos de su escuela estaban junto a él y no se llevaban muy bien. Se comenzó a sentir algo incómodo e intimidado, hasta ansioso, evitó cualquier tipo de acercamiento o conversación, si no podía estar junto al objeto de su obsesión sus únicas motivaciones eran la cena y el anhelado descanso.

Robarle una rosa a María (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora