Capitulo 3

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Después de que el vaquero despertara volvieron a Alexandria dónde a Christine le esperaba una madre con chancla en mano y con cara de te espero en la casa. En cuanto miró a su madre emputada volteo a ver a su amiga con una expresión de horror pidiéndole ayuda.
MC– ven para acá chamaca hora si vas  a ver lo que te espera
C– no por favor amá no pegues
MC– vamonos para la casa ya órale
Enid– señora por favor no me deje sin mejor amiga
MC– aún que quisiera no puedo porque es mi hija lamentablemente
C– no que me querías tanto mujer
MC– yo nunca dije eso así a caminar
Enid– POR FAVOR NO MUERAS
Le gritó Enid a su amiga ya estando lejos mientras ella y su madre entraban a la casa.
PC– ahora sí en dónde estabas escuincla
C– solo salí con Enid a conseguir dulces
MC– y entonces porque no me avisas que no soy tu madre
C– ahora sí eres mi madre, papá mamá me dijo afuera que lamentaba que yo fuera su hija
PC– bueno puede que tenga razón
C– tu también no puedo creer que sean mis padres
MC– bueno es suficiente y de castigo irás esta noche a la fiesta que organizo Diana en su casa
C– pero odio esos eventos y sabes que la familia de Ron va estar ahí
MC– por eso para que convivas con otros niños que no sean Enid y además sabes te encontré un bonito vestido rojo para que no vallas fodonga
C– pero ....
PC– nada de peros señorita hágale caso a su mamá
C– BIEN
Tomo el vestido y subió a bañarse para ponerse su vestido.
C– MAMÁ AYÚDAME
MC– que te pasó
C– no puedo ponermelo
MC– pero es que está al revés niña y ni siquiera abriste el cierre, tenías que ser burra
Después de esa situación su madre le cepillo el cabello dejándolo bellísimo.
C– má la neta no me gusta esto
MC– pero si te vez muy hermosa
C– parezco tamal mal amarrado
MC– no digas eso
PC– porque tardan tanto las estoy esperando abajo, que bonita te vez hija
C– gracias supongo
Se fueron caminando hacia la fiesta y en cuanto entraron llamó la atención la joven señorita de vestido rojo.
Diana– o valla que te vez preciosa niña
C– gracias pero no tiene que fingir que me veo bien
MC– oye no seas grosera, mejor ve a divertirte
C– si claro ahora así le dices a torturarme
Ron– pero mira que trajo el destino una chica horrorosa y olorosa, porque sabes que aún que te duches no dejas de apestar
C– acaso yo fui la que se callo en la caca del perro del vecino
Sus amigos se empezaron a reír.
Ron– pues yo no soy el que se golpeó a si mismo pisando un recogedor
C– al menos no me creo Eduard Collin con ese peinado ridículo y tu ropa sacada de un tianguis
Ron– pues mírate en un espejo porque ese vestido que traes parece que lo hallaste en la basura
C– muy bien ya me harté
Ron– y que vas a hacer golpearme con tus manos de espagueti .....
El chico no termino de hablar porque un puño se estampó en su cara.
C– que decías basura humana que no te escuché
Ron– no nada
C– más te vale y creo que te debes poner hielo porque se puso el ojo morado
El chico junto con sus amigos se retiró cuando llegó otra víctima de esta chica a saludar.
Carl– hola veo que tienes un carácter muy fuerte al igual que tus puños
C– si lo mejor será que te alejes si no quieres llevarte un ojo morado y una mano rota a tu casa
Carl– me arriesgaré por cierto te vez muy linda
C– estás bien porque hace unas horas recuerdo haberte mojado con un balde de agua helada que no te gustó mucho que digamos
Carl– si estoy bien y aún lo recuerdo
C– entonces estás bebiendo cerveza o que te pasa
Carl– no que acaso no puedo decir que estás linda
El chico se acercó a ella demasiado asustandola.
C– oye ya me estás asustando y mucho
Carl– porque, te sientes nerviosa
La chica rápidamente le lanzó una bofetada y salió huyendo de la casa.

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Carl Grimmes y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora