Capítulo 18

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Capítulo dieciocho: pensamientos.

Nicholas

*Domingo*

Llego a mi apartamento, me baño y me acuesto mirando al techo con mi mente echa un mini desastre, la emoción mezclada con nervios es algo que no domino mucho, nunca había estado así siquiera, no entiendo por qué ahora.

Es decir, Earlene es una chica muy bella, interesante e inteligente, por eso me llama la atención pero, las cosas que provoca en mi no son propias mías.

Es como si ella fuera un imán que me atrae  cada vez que la veo, es algo difícil de explicar, todo de ella me hace querer conocerla a fondo, saber qué es lo que más le gusta, qué es lo que le apasiona, sus hobbies, conocer su familia. Esto último es lo más arriesgado, ¿por qué querría conocer a su familia?

Es como si quisiera una relación más allá con ella.

¿Eso es lo que quiero?

Obvio que eso es lo que quieres imbécil – mi consciencia suele ser un poco ruda.

Aunque es obvio, si lo piensas es porque lo quieres, al menos eso es lo que acostumbro a creer, porque al final, si algo te llega a la cabeza es porque quieres hacerlo, como cuando la besé...

Ese día me la pasé toda la clase echándole miradas aunque ella no se diera cuenta. Bueno, siempre la miro entre clases. No me malinterpreten, no soy acosador, solo es que ella... ella es hermosa.

La manera en que los mechones de pelo caen en su cara por no peinarse, como se acomoda los lentes y lo concentrada que se ve haciendo los ejercicios que pongo. Lo que más me gusta de ella es lo tierna que se ve cuando aún con sus lentes no ve bien algo del pizarrón y se inclina hacia adelante arrugando su naricita y achinando sus ojos.

Inconscientemente sonrío al recordar esta acción.

Me pregunto si ella también piensa en mí, no como el odioso profesor de matemáticas que la tiene harta sino como algo más. El beso en la sala de maestros aún no sale de mi mente, siendo sincero fue muy espontáneo, al principio si quería que me ayudara en algo, pero luego, al vernos solos allí todo lo que pensaba era volver a probar sus labios, tan dulces y suaves.

Me pregunto dónde o con quién habrá aprendido a besar tan bien. Bueno, no quiero saber eso, me daría celos.

Empiezo a sentirme asueñado y entre escenarios imaginarios de lo bonita que sería una relación con ella, me duermo.

*Lunes*

Como todos, soy un amargado que odia los lunes, pero me motiva dar clases.

Te motiva verla, no seas mentiroso.

Bueno, también eso.

***

Ya es el final de la jornada escolar y creo que fui un idiota. A primera hora no volteé a mirar a Earlene y al parecer se dio cuenta y para coronar el pastel, me quedé con Jacqueline en el aula.

Sé que a Earlene no le agrada mucho y por eso he tratado de mantenerme lo más alejado de ella posible, pero ella me había dicho que no entendió el tema que expliqué así que mi deber como maestro era intentar hacerla comprenderlo.

Juro que si no fuera por eso, ni me le acercaría, no quiero que la enana tenga malos pensamientos sobre mi.

La llamaste enana

Pues lo es.

Sabes que fue con cariño

Puede ser.

Dios, ella me tiene mal.

En fin, tomo mis cosas y voy directo a la salida donde aún quedan pocos estudiantes parados entre ellos Earlene, parece estar esperando al alguien y parece ser su prima pues no está con ella. Quiero acercarme a ella y hablarle.

Lo haré.

Cada paso más cerca a ella me pone supremamente nervioso, ella provoca eso en mi.

Entonces, cuando estoy cerca siento que alguien me agarra del brazo, me da la vuelta y pega sus labios contra los míos. 

¿Lo peor de todo? No es ella, es Jacqueline. 

=)

¡Hola!

Capítulo un poco más corto pero igual quería que tuvieran este para que vean como Nicholas piensa.

Espero que les guste.

¡Hasta pronto!

–littlegirl2801 

Sr. AndersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora