Capítulo 7

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Capítulo siete: Calificaciones y discusiones.

Earlene

Muerdo mis uñas nerviosa, esto no es divertido.

La Sra. Wang dió una prueba sorpresa de la cual está entregando los resultados, algo que me pone los vellos de puntas pues no sabía si había tenido una buena calificación.

Siempre he dicho que disfruto estudiar, y es cierto, puedo pasarme horas realizando ejercicios de matemáticas o leyendo libros de las asignaturas correspondientes, a veces hasta investigo temas que no nos dan en la escuela, pero a la hora de la entrega de notas siempre dudo de mi.

Quizás sea estúpido, pero soy así.

— ¡Señorita Johnson! — la voz de la maestra me saca de mis pensamientos.

— ¡Aquí! — levanto mi mano para que pueda localizarme, pues, como siempre, estoy al final del salón.

Ella se dirige hacia mi pasando por el estrecho pasillo que hay entre cada mesa. — Felicidades, obtuvo un diez. — me entrega el papel que en la esquina superior derecha tiene escrito un diez en color rojo.

Sonrío y asiento hacia ella.

— ¡Señorita Rose! — Jacqueline, a mi lado, levanta la mano y la profesora va hacia ella. — Necesita estudiar más, obtuvo un cinco.

¿Me sorprende? No. ¿Me alegro? Tampoco. No es que ella me caiga bien pero eso no me da derecho a alegrarme de sus desgracias, aunque veo que ella no piensa lo mismo, pues me mira con odio.

¡No le he hecho nada!

— Eres una tonta. — me dijo cuando la Sra. Wang se alejó de nosotras.

— ¿Yo? ¿Qué te hice? — digo arrugando las cejas.

— Siempre tienes que ser perfecta, buenas calificaciones y buena conducta. — dice rodando los ojos.

Yo la ignoro pues, sé que si no lo hago esto se va a convertir en una discusión y no quiero armar un show en plena clase.

=)

— Bien chicos, ¿Quienes han avanzado lo suficiente como para venir a la pizarra? — pregunta el Sr. Anderson.

Si, ya estamos en su asignatura.

Me dedico a levantar mi mano. — no porque he avanzado lo suficiente, sino que he hecho todas las actividades. — al igual que algunos compañeros y compañeras.

— Señorita Rose, venga a resolver el ejercicio. — el profesor llama a Jacqueline la cual estaba en otro mundo, solo miraba sus uñas y a veces le decía cosas a su mejor amiga.

Ella le sonríe y se para de su asiento, meneando exageradamente su cadera, toma la tiza blanca que antes tenía el Sr. Anderson entre sus dedos y nos da la espalda para intentar resolver el ejercicio. De que está fácil, está fácil.

Claro, si prestas atención a las explicaciones.

Jacqueline empieza a garabatear la fórmula. — la cual es parte del ejemplo de cuando don gruñón nos explicaba. — que está al lado del problema, para luego hacer cosas realmente confusas.

Minutos más tarde le devuelve la tiza al profesor y espera que de señales de si está correcto, la respuesta es que no, a menos de que el mío sea el que está mal.

— El ejercicio está incorrecto, Jacqueline. — ¿Enserio la ha llamado por su nombre? Bueno; ella solo se devuelve a su asiento. — ¿Alguien que venga a corregirlo?

Varios levantan sus manos, pero yo ya no. ¿Y si mi resultado tampoco está correcto? Me encojo más en la silla para que el gruñón no me vea.

— Señorita Johnson, venga a la pizarra. — Por Dios, lo que me faltaba.

Me levanto de mi asiento dirigiéndome hacia él, tomo el borrador y lo paso por toda la extensión del pizarrón, deshaciendome de todos los malos cálculos hechos por Jacqueline. Tomo la tiza de los dedos del prof y comienzo a realizar la actividad.

Números vienen y van hasta que termino y le devuelvo la tiza, Nicholas analiza lo que he escrito por varios minutos. — Está correcto, señorita Johnson. — me mira con su típica cara de seriedad que llega a parecer odio, pero aún así me pierdo en sus hermosos ojos.

Son de un color tan bello, un verde inexplicable, son intensos y enigmáticos. Sus pestañas tan largas y pobladas me tienen anonadada y su barba bien cuidada me hace verlo más atractivo, él sin duda es todo un dios griego, lástima que todo eso lo arruine su carácter.

— ¡Eso no es justo! — si, ella me acaba de sacar de mi ensoñación, saben de quien hablo.

— ¿Qué? ¿Por qué? Lo que hiciste estaba mal y yo lo hice correctamente, eso no tiene nada de injusto. — digo tranquilamente, pero ella se para de su asiento caminando directamente hasta mí.

Llego a sentirme intimidada, ya frente a mi ella habla. — Eres una idiota que siempre pretende ser perfecta. — quedo atónita con la forma en que se refirió hacia mí.

¿Miedo? Se acaba de ir a la mierda en este preciso instante. — Si querer tener un buen futuro y no ser una estúpido pedazo de plástico es ser una idiota, pues lo soy. Deberías de dejarme en paz de una maldita vez y trabajar en tu inexistente cerebro. — Todos en el aula me miran sorprendidos, creo que debe ser porque nunca había enfrentado a nadie, nunca, pero eso no me hace una débil.

No soy nerd, soy antisocial. No es que no sepa defenderme, sino que no me gusta estar en problemas.

— Vete al... — está a punto de espetar Jacqueline cuando el profesor Nicholas la detiene.

— Jacqueline, basta. Y usted, señorita Johnson, debe disculparse con su compañera por lo que le ha dicho. — ¿Está de broma, no?

— Disculpe, profesor. No debo disculparme con nadie, quien debe disculparse es Jacqueline pues, ella fue que inició todo esto, además de que le recuerdo que me insultó primero. — digo cruzandome de brazos.

— No me intere... — lo interrumpo.

— Si me obliga le diré a la directora de sus tratos especiales con la Señorita Rose, y créame, a ella no le agradará escuchar que tiene favoritismo. — alzo la ceja derecha mientras todos en el salón emiten un "Uhh".

El Sr. Anderson me analiza y luego vuelve a hablar. — Ustedes silencio. — todos dejan de vociferar. — Ustedes dos a sus asientos.

Le hago caso y me voy al mío ignorando completamente Jacqueline. El profesor empieza a hablar pero no le presto atención, estoy muy enojada para hacerlo ¿Cómo es posible que se vaya a bando de Jacqueline si ella inició el conflicto? Idiota.

Entre tantas cosas que él dice lo único que logro escuchar es. — El próximo miércoles hay examen, preparense.

Oh shit.

Sr. AndersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora